domingo, 23 de octubre de 2016

REFLEXIONES ANTE LA REVOLUCION TECNOLÓGICA.


REFLEXIONES  ANTE  LA  REVOLUCION   TECNOLÓGICA.

La pregunta que tendríamos que hacernos todos, y no solo los ciudadanos de a pie, sino los sindicatos de clase CC.OO. y UGT y los partidos políticos que se plantean transformar el actual modelo de sociedad, en otro modelo más justo, y más protector de sus ciudadanos, es sí: ¿Debemos tener miedo o alegría ante la posibilidad de que la tecnología permitan a la Humanidad liberarse de la alienación del trabajo? 
No hace mucho, en el 2013 se hizo un estudio en la Universidad de Oxford, en el que pronosticaba que dentro de dos décadas, el 47% de los puestos de trabajo de EE.UU. serán sustituidos por procesos automáticos. Y esa aplicación a los sistemas productivos gracias a la innovación tecnológica, lograran que las empresas reduzcan ente un 25% y un 40% sus costes laborales, con la consiguiente ganancia en competitividad, así que, será rara las compañías de cualquier parte del mundo que no se aferren a la “autonomofobia”.
Si estas previsiones se cumplen, y no hay motivos para pensar en que no se cumplan, la reconversión industrial que se va a producir, no será por automatizar los procesos de bajo valor añadido, ó para evitar tareas peligrosas que exigen un desgaste físico.
La “Revolución Tecnológica” va a desarrollarse para lograr máquinas, que hagan los diagnósticos y tomen decisiones. Y el resultado, no será que todos los empleados actuales van a pasar a ocupar esos puestos de esas características e intelectualmente sofisticados. Solo habrá unos cuantos puestos disponibles, para ocupar esos puestos, con esa competencia y esas características. Y la lucha por ocuparlos será feroz. Y la mayor parte de empleados no serán necesarios.
El discurso del final del trabajo, no es nuevo, viene de lejos. Abraham Lincoln, en su primer discurso en el Senado de EE.UU. en 1861, señaló que: “El trabajo  es previo al capital. El capital es tan solo el fruto del trabajo, y nunca hubiera existido si no hubiera existido el trabajo. El trabajo, es superior al capital y  merece un reconocimiento mucho mayor”.
Más tarde, a lo largo del siglo XX, no faltaron políticos y economistas que teorizaron sobre como los progresos tecnológicos, nos llevarían hacia un Estado de Bienestar, desde el socialismo científico de Oscar Lange al reformismo de J.M. Keynes, que cubriendo todas nuestras necesidades, al mismo tiempo nos permitiera dejar de trabajar.
Y esta superación, generaría una gran transformación: Una sociedad más justa, sin pobrezas, ni guerras.
Uno de los más lúcidos pensadores - al menos para mí – Ernest Mandel, en elucubrar ese sueño, afirmó que para él, la tercera revolución tecnológica representada por la inteligencia artificial, permitiría un salto cuántico para erradicar el trabajo alienado.
Pero Mandel era consciente que era necesario producir y aplicar la tecnología desde otro modelo cultural, con objetivos productivos diferentes.
Hoy, en la segunda década del siglo XXI, ya hemos empezado a experimentar las consecuencias de convertir el desarrollo científico y tecnológico en una fuerza invencible dentro de la economía de mercado.
Y entre las consecuencias que vamos a constatar, son el crecimiento del desempleo, que seguirá siendo un resorte principal dentro de esta nueva fase de la racionalización técnica.
Pero no tenemos que engañarnos, cada persona  y cada generación vivimos nuestros problemas como si fuera la primera vez que sucede.

Y hay que recordar, desde una visión global cómo ha evolucionado las relaciones entre trabajo y capital, a lo largo del siglo, y veremos cómo los hombres hemos ido saltando de crisis en crisis, de revolución  a revolución, entre el miedo y la esperanza.
Desde hoy, y a partir de hoy en adelante, el trabajo va a disminuir como consecuencia de la revolución  de la Nano-tecnología, pero nunca desaparecerá. De lo que se trata es que hay que ir organizando un Estado de Bienestar, que garantice las condiciones de vida dignas, para nosotros y para nuestras familias. 
Retomando  las palabras de Lincoln; el capital no es sino el fruto del trabajo y, por lo tanto, este nunca desaparecerá. El modelo de trabajo deberá evolucionar y, una vez más adaptarse al progreso científico y técnico.
Pero siempre deberán existir esfuerzos por mejorar nuestro Estado Social, la situación de aquellos que nos rodean ó la calidad de nuestro entorno, sin que las máquinas decidan por nosotros. Y una vez más, el nacimiento de un modelo económico alternativo deberá permitir crear más riqueza y más eficiente.
¿Por qué tendríamos que asumir, que es imprescindible sacrificar millones de puestos de trabajo, durante el proceso de tecnologización?
Si somos conscientes de cómo la historia se repite cíclicamente, estaremos mejor preparados para hacer frente a los problemas, a los que nos enfrentamos, y a los que vendrán.
Y no de esos grandes problemas, es que aquellos que se vean desplazados de su puesto de trabajo, tengan garantizado las ayudas y protección del Estado, para vivir dignamente.
En los primeros años de la Revolución Industrial, el cartismo en Inglaterra, la clase obrera, tuvo por objetivo la destrucción del maquinismo. Los obreros comenzaron por destruir máquinas al considerar que eran las causantes del desempleo, pero muy pronto la conflictividad social se encamino hacia la lucha por el reconocimiento del derecho de asociación, es decir del derecho a poder crear organizaciones estables ó sindicatos, para defender sus derechos.
Así pues, no parece extraño que los obreros expresaran su descontento destruyendo máquinas. Estas destrucciones del “ludismo”, fueron duramente reprimidas por el gobierno con penas de muerte para los autores. Acciones parecidas se dieron en otros países europeos, incluyendo España.
La lucha se orientó posteriormente hacia la mejora de las condiciones: Reducción de la jornada de trabajo, y aumento de los salarios. Además, los trabajadores comprendieron que se podían alcanzar sus reivindicaciones si conseguían el reconocimiento de sus derechos políticos, votar y ser votado, y de ese modo, poder influir en la legislación y el gobierno.
Ahora, no va a aparecer ningún tipo de “sindicalismo cartista” del Siglo XXI. Pero habrá que dotar a los que van a formar parte de ese gran ejercito de parados, de los medios para poder vivir. Porque de lo contrario la oleada de conflicto sociales puede alcanzar dimensiones Dantescas.
Esa es a mi juicio la principal reivindicación a la que el Gobierno de turno, el Estado deben ir promulgando leyes que garanticen el derecho a vivir dignamente, a todos aquellos desplazados de su puesto de trabajo por el nuevo modelo de producción tecnológica.  
He ahí, creo yo, que había que poner el acento desde los sindicatos CC.OO. y UGT, así como desde los partidos políticos de uno y otro signo.
Pero no tenemos suerte en este país, pues a pesar de que las elecciones del 26-J situaron a los representantes de  17 partidos en el hemiciclo parlamentario, lo que hemos podido constatar han sido las disputas por ocupar un lugar en las bancadas.
Y tampoco podemos presumir de suerte, cuando ya sabemos “Que barones y modistas” van a hacer todo lo posible para que Mariano Rajoy siga ocupando el banco azul del Gobierno cuatro años más de legislatura. Cuando debía estar quizá mas cómodo en el banquillo de los acusados de cualquier corruptela, con sus colegas de partido. 
Bueno así vamos, y veremos cómo acabamos. Porque de la Revolución Tecnológico creo que Rajoy no está muy ducho. Lo suyo ha sido los déficits, los recortes, el mal Gobierno y el ir gastándose la “Hucha de nuestras Pensiones” en gastos bastardos. Por ejemplo comprar la propia Deuda del Estado, porque nadie se ha fíado de este energúmeno. Para comprarle sus bonos.   

                            24 octubre 2016.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      

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