LO MUERTO Y
LO VIVO.
Que la
Socialdemocracia en Europa, atraviesa un grave crisis, no es ninguna novedad.
Como tampoco lo es,
la constatación de que ese declive que en general, se ha observado en los
partidos socialistas de países como Grecia, Holanda, Inglaterra, Francia y
también en el PSOE de nuestro país, han sido el resultado del abandono e
inexistencia de un proyecto socialdemócrata ante la crisis. Y la sustitución
por la “Cohabitación en el Gobierno” con
la derecha en algunos países, ó el “Bipartidismo” en nuestro país, donde
la afinidad PP-PSOE ha sido evidentemente nefasta.
Esas prácticas políticas que se han producido por
la transformación real de determinados dirigentes, han imprimido en la práctica,
la adopción de una especie de social-liberalismo, que ha sido fácilmente confundible
con las políticas del Neo-liberalismo económico que están ejecutando los
partidos de la derecha. Y ese maridaje, es el que ha provocado que millones de
votantes dejasen de votar socialista en los países de la UE.
Ante esa
incontestable realidad, y desde el fracaso de esos comportamientos, se han
producido una clara fractura ideológica y política en el seno de algunos
partidos. Entre quienes están planteando la necesaria regeneración de los partidos
Socialistas en el marco de una nueva concepción de la Socialdemocracia y un
programa donde la inequívoca confrontación con la derecha política y económica sea uno de los rasgos
más característicos de un Partido Socialistas de Izquierda.
Y oponiéndose a estos
proyectos, en nuestro país se sitúan los que se empeñan en mantener las mismas
políticas causantes del deterioro socialista, aludiendo hipócritamente para
justificarlas, los “Sacrosantos y
manidos intereses de Estado”, para ocultar con ese “manto argumental sus intereses personales”, que no son otros, que
los muy personales: Presidencia en Comunidades autónomas, ó la permanente
prolongación de vivir a costa de las prebendas del partido o de los “Empleos
giratorios” alcanzados por su servilismo a intereses ajenos a los de la
inmensa mayoría de españoles.
Porque no hay ni
una sola razón expuesta por los ex-presidentes Felipe González, Zapatero,
Fernández Vara, García Page, Puig, Lamban, incluso de la ambiciosa Susana Díaz, para poder creerse que
están preocupados por los intereses de los más necesitados, ó por los intereses
de PSOE, ó los del Estado, porque les tienen sin cuidado todos.
Y en el desarrollo
de la confrontación de esas dos opciones, estamos asistiendo a la ofensiva
mediática, y populista de la ultra-derecha y del ultra-izquierdismo, que dan
por muerta la Socialdemocracia a la que quieren enterrar con los millones de
personas que seguimos convencidos, de que solo desde un proyecto
socialdemócrata de izquierdas, se puede hacer frente a la auténtica solución de
nuestros problemas.
Porque estamos convencidos de que los
proyectos regeneradores de los partidos socialistas, se abrirán paso a pesar de
los pesares, de los abandonos y traiciones a los principio del socialismo
democrático de algunos socialistas, que si lo fueron en su día, hoy deberían
buscar otro nombre para no seguir confundiendo a la población, incluso a una
parte de la militancia socialista, como lo están haciendo. Una sugerencia “Hagan como Valls en Francia, márchense del
PSOE.”
Ayer, 9 de mayo
mientras que en Francia, Rusia y otros países de la coalición contra Hitler
celebraron el 72 aniversario del fin de la II Guerra Mundial, a mi me han indignado
las declaraciones del fracasado Primer Ministro Manuel Valls, que fracasó en su
Referéndum sobre una Ley de Reforma Laboral prácticamente idéntica a la que
aprobó Mariano Rajoy en nuestro país, y que fue perdedor de las Primarias del PS, y que acto
seguido pidió el voto para Macron en la primera vuelta, y también en la
segunda. Ha puesto – creo yo – el punto y final a su fracasada trayectoria
política al afirmar “Este Partido
Socialista está muerto”. Aunque el muerto sea Manuel Valls.
Pero en su
condición de enterrador del PS, y además con la poca vergüenza de este “Fracasado”, no ha dejado pasar las
horas, para manifestar acto seguido, su ofrecimiento para optar a un escaño de “La República en Marcha”, en la
Asamblea Nacional que va a ser renovada según los resultados de las elecciones de junio. Yo espero y deseo de Macron
y de su inteligencia política, que no cometa el torpe error de admitirlo para
que ocupe un lugar en la Cámara de Diputados, que sería además, un
mal debut del quinquenio Presidencialista de Macron, que tiene ante sí una
complicada situación. Más bien creo,
que le debería decir a Valls, que: “Roma
no paga traidores”.
Estos ejemplos del
comportamiento político son los que están muertos y hay que enterrar. Para que
se abra paso el Proyecto regenerador de la Socialdemocracia, que está vivo en
los partidos socialistas.
Lo que está muerto,
son las prácticas de políticas que han ejecutado los partidos socialistas que
le han hecho perder millones de votos que antaño disfrutaban. Es por lo tanto, con
esas políticas con las que hay que acabar en el PSOE y en cada uno de los
partidos socialistas de los países de la UE.
Porque en este periodo,
lo que estamos viviendo en nuestro país es
precisamente la lucha entre esas dos opciones, entre lo muerto por abandono de las
políticas de izquierda del PSOE, y el volver a darle vida a un proyecto autónomo
y de izquierdas del PSOE para ser la alternativa ganadora al Gobierno de Mariano
Rajoy.
De aquí hasta el 21
de los corrientes, no van a faltar coacciones y manipulaciones que nos permiten
avanzar que los resultados finales no van a guardar proporción con los avales obtenidos
por cada uno de los candidatos.
Así pues, me reafirmo
en la necesidad de apoyar al Proyecto vivo que representa Pedro Sánchez, y de enterrar
de una vez para siempre los proyectos que reiteradamente no han votado 5 millones
de españoles.
10 mayo 2017
Muy oportuno aunque reivindico más agresvidad con los nuestros que son peores que el tal valls
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