LA COHABITACIÓN: UN SUEÑO IMPOSIBLE.
Coexistir en el
poder, individuos o grupos con ideologías distintas, y diferentes
sensibilidades, lo que se conoce como “Cohabitación”,
no son a fin de cuentas, la solución a los múltiples problemas que tienen
ante sí, el buen gobierno de un país, e incluso el de un partido político.
Sin embargo, la “Cohabitación” es un recurso que se
sigue pretendiendo para seguir en los poderes de aquellos que aun mayoritarios,
y fundamentalmente si son minoritarios, tanto en el Gobierno como en los
partidos políticos, con el único propósito de mantenerse en el poder y de tener
garantías de continuar ocupándolo.
Pero la praxis
política, ha venido a demostrar – al menos esa es mi opinión - que tras el
estallido de la crisis del 2007, y la gran recesión que ha provocado, y de la
que seguimos sin salir de ella actualmente, ya no son posibles las estrategias
de coaliciones entre fuerzas antagónicas en lo ideológico y lo político, como
son la derecha neoliberal y la izquierda socialdemócrata, en aquellos aspectos
que vienen a determinar proyectos radicalmente distintos de modelos de sociedad,
entre la derecha y la izquierda, ideologías que, siguen existiendo, les pese a
quien les pese.
La cohabitación a
la que se pretende hoy recurrir para poder gobernar, tanto en un país como un
partido, no son posibles salvo que una parte de una fuerza renuncie a sus
principios, y en ese caso, lo que actúa más pronto que tarde, es que: “Cuando una parte del todo cae, lo demás no
está seguro”, como dijo Séneca.
El “bipartidismo” que caracterizó décadas
de gobierno en nuestro país, entre la derecha y la socialdemocracia, se ha
agotado. Esa cohabitación ya no es posible en el marco de la profunda crisis
económica y la gran Recesión que ha generado, en donde estamos hundidos hasta
las cejas, y donde las políticas neoliberales tienen por único objetivo el
transvase de las rentas del trabajo a las del capital, mediante el incremento
de los recortes sociales y de los impuestos. Políticas que, también se vienen
aplicando con mayor ó menor intensidad en todos los países de la Unión Europea.
Con la dimensión y
la profundidad de la crisis que tenemos, esas políticas han sido y serán
mientras que persistan, un rotundo FRACASO del neoliberalismo.
No hay más salida
que la que hace falta. Y esta, se encuentra y se hace posible, con las medidas
propias que cada Estado, debe fijar con las correspondientes inversiones
públicas, capaces de incentivar la demanda, el crecimiento económico y el
empleo. Porque no hay otra salida a la situación actual de los países que hoy
configuramos la Unión Europea.
Y partiendo de la
necesidad de esas medidas Keynesianas para salir a flote nuestras economías, se
hace necesario acabar con las políticas neoliberales de recortes e impuestos,
como se aplican en nuestro país.
Y ese es el
incipiente giro que desde la socialdemocracia en Europa se están produciendo
en los partidos socialistas en
Inglaterra, Alemania, Francia y también, de una forma clara e inequívoca en
nuestro país, y que yo saludo con el total convencimiento de que son esos los
pasos que venían siendo necesarios, y que se van a ir abriendo paso desde la reformulación
de una nueva socialdemocracia.
Y eso es, en mi
opinión, y en la de muchos miles de militantes y votantes del PSOE, lo que está
planteando Pedro Sánchez, un giro hacia posiciones irrenunciables de la
socialdemocracia, alimentada por principios y valores propios de un modelo de
partido de izquierdas, crítico y que aspira a ser la alternativa al actual
modelo económico y social del neoliberalismo imperante que practica el Gobierno
de la derecha con Mariano Rajoy como presidente.
¿Por qué esa evolución en los partidos socialdemócratas
en Europa? Pues
porque se ha constatado que desde hace años se evidenciaba la perdida de la
influencia social que se producían con los resultados que se obtenían en las
elecciones, y que generaron una evidente crisis en los partidos socialdemócratas.
Contemplando solamente los resultados obtenidos antes de la crisis del 2008 y
las últimas en 2015/2016, el promedio del voto de los partidos socialdemócratas
ha venido a pasar del 28,2% del voto a un 21,9%, mientras que los partidos de
la derecha han pasado del 31,3% al 27,1%., y donde este trasvase de pérdida del
voto en buena parte se ha producido por el auge de un populismo xenófobo y
reaccionario
Pero esos
resultados que tienen en cada país de la Unión Europea, sus diferencias, nos
han mostrado que la socialdemocracia atravesaba una crisis de tales
dimensiones, que había que resolver con
cambios radicales a las políticas que se han venido practicando, tanto por las
pretendidas “terceras vías”, como
por las políticas de las grandes coaliciones entre partidos de la derecha y de
partidos socialdemócratas.
Europa es el vivo
ejemplo de lo que estoy señalando, porque si bien ha sido el escenario de las “coaliciones” de la “Cohabitación de partidos de la derecha con
los socialdemócratas” donde están en el Gobierno en nueve países de los de la Unión Europea, las políticas llevadas a
cabo por los partidos socialistas, han sido la clave para el desencanto de los
sectores sociales que le han retirado el voto que en otros tiempos daban a
estos partidos.
Por esas
consecuencias, a mi me parece, que ha sido un gran acierto, porque era una
necesidad imperiosa, que en nuestro país el PSOE iniciase ese giro que viene
defendiendo Pedro Sánchez desde el primer día que fue elegido en las Primarias
y confirmado en el Congreso como Secretario General del PSOE.
Había una urgente
necesidad de poner punto y final a las políticas socialdemócratas, porque su
desgaste y su ineficacia han sido el factor decisivo para que el PSOE haya ido
perdiendo su influencia social que tuvo en 1982.
Y aunque las
resistencias a ese necesario giro copernicano, se están poniendo de manifiesto,
con las provocadoras actuaciones de la Comisión Gestora, la “indecisa Susana Díaz”, que para colmo
de sus marrullerías ha llegado ya, sin decidir si se presenta a las Primarias,
a nombrar como portavoz en el Congreso de los Diputados a Eduardo Madina cuando
ella sea la “Jefa del PSOE”. Toda
esa estrategia, en mi opinión, está condenada
al fracaso más estrepitoso, por dos razones que podemos llamar históricas: La
primera es el fracaso del neoliberalismo y sus medidas para salir de la crisis
y la recesión generada por esas políticas, y la segunda es “porque ya no es posible defender con honradez socialista”, un
proyecto de partido dispuesto a la “colaboración
con un partido de derechas y además preñado de corrupción como es el PP.”
Y eso es una verdad
tan grande como las pirámides de Egipto, a pesar de que cuenten con las
descerebradas opiniones, pero muy interesadas opiniones en lo personal, que
expresan sus apoyos, algunos ex y que hoy están haciéndose acreedores a la
pérdida de su influencia entre los militantes del partido como Felipe González,
José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el grupo de
“Presidentes de algunas Comunidades Autónomas”.
Los intereses de
estas personas además de los personales, están
asociados, amarrados a esa vieja e inservible política de cohabitación
con la derecha de este país. Por eso desde la militancia socialista hay que
seguir defendiendo el proyecto de una nueva socialdemocracia, donde el PSOE, y
su acción política y el modelo de sociedad que propugna Pedro Sánchez, son los
únicos instrumentos con que contamos la clase obrera y los más necesitados de
la sociedad, para hacer frente al modelo neoliberal.
No hay ninguna otra
salida: Ni a la crisis que hoy atraviesa el PSOE, ni es creíble la posibilidad
de una alternativa de izquierda y progresista al gobierno de la derecha
neoliberal de Mariano Rajoy que hoy propugna Susana Díaz o Patxi López.
Solamente el apoyo
a Pedro Sánchez y a la propuesta “Por
una nueva socialdemocracia” elaborada por destacados socialistas y
presentada recientemente para debatir y aportar ideas frente, es la opción que
necesitamos en este país para hacer frente al neoliberalismo del PP y a las “apolilladas ideas y los fracasados proyectos”
que defienden una minoría desde el PSOE para la continuidad de las viejas
políticas y una “Nueva colaboración con
el PP”.
¿Ahora, de que están preocupados Susana Díaz, Patxi
López y sus “afines”?. Pues de la capacidad de movilización y del
convencimiento de miles y miles de militantes que está demostrando tener Pedro
Sánchez, y que eso viene a ser los prolegómenos de lo que van a ser las
Primarias y el Congreso. Donde el triunfo de las ideas y proyectos expresados
en el documento “Por una Nueva
Socialdemocracia” van a ser los resultados de estos eventos y un gran salto
para avanzar en las posibilidades reales de lograr un proyecto alternativo al
Gobierno de Mariano Rajoy.
Porque lo que está
en juego hoy en nuestro país, es si somos capaces de apoyar al PSOE como un
partido de izquierdas, claramente confrontado con el neoliberalismo, ó van a ser “los
señoritos socialistas de las puertas giratorias”, bien colocados
económicamente, y los barones que están en el poder autonómico gracias a los
apoyos del populismo izquierdista, quienes van a hacer que el PSOE sea un
partido al servicio “de sus intereses” que
entienden asociados a su colaboración con el gobierno del PP.
Por eso, no es
posible admitir dudas de lo que necesitamos los trabajadores y los más
necesitados de este país, de ahí pues que hay que rechazar la “cohabitación” entre la derecha y un
PSOE, “desnatado ideológicamente”,
porque eso es una solemne traición a la historia y las tradiciones del PSOE.
Hoy se hace necesario
e imprescindible ante el agotamiento y
fracaso de las políticas socialdemócratas en este escenario de crisis y
recesión económica, la “reinvención de
una Nueva Socialdemocracia”, como hace
ya muchos años supo lograr con los
objetivos de la igualdad, y la lucha contra la pobreza y los sufrimientos, con
el establecimiento del Estado de Libertad.
Y esos cambios que
se avanzan en nuestro país, de la mano de Pedro Sánchez van a ser sin ninguna
duda para mí, el mejor instrumento para rechazar y combatir las políticas
neoliberales, sino también para lograr que “El
desconcierto y el hartazgo” de amplios sectores de la sociedad, que le ha
llevado a votar al populismo de los partidos emergentes, reorienten sus votos
hacia la única alternativa de Gobierno,
que solo Pedro Sánchez y una “Versión
Nueva” del proyecto socialista, pueda gobernar en un día no muy lejano,
este país.
22 febrero
2017
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