martes, 25 de abril de 2017

LA AGENDA POLITICA EN CLAVE EUROPEA.


LA  AGENDA  POLITICA  EN  CLAVE  EUROPEA.

Estamos viviendo en el marco de unas convulsiones políticas y sociales, que nos impiden transformar lo que podía ser un mundo mejor, debido al espíritu nacionalista, y de negación a la vida colectiva, a la coordinación, a la paz y la prosperidad de los pueblos, que se está produciendo en el planeta.
Nunca se había dado en la historia, que tanto EE.UU., Rusia y China, estuvieran de acuerdo en considerar que, Europa es su enemigo, o como mínimo, un peligroso competidor. Hoy Trump, Putin y Xi Jimping, al frente de estos países, tienen en común el deseo de destruir Europa.
Y esas coincidencias políticas, son muy peligrosas y están contribuyendo a la agudización del panorama político que se está viviendo en los países de la Unión Europea, donde el anti-europeísmo es la característica  que está en el orden del día de los procesos electorales.
Es verdad que hoy, las dificultades de Europa, son grandísimas y considerables. Porque tras la crisis y la consiguiente recesión económica, el terrorismo yihadista que actúa inmunemente segando las vidas y generando un clima de terror y de atemorizados ciudadanos, las inmigraciones y la degradación de la condiciones de vida y trabajo, son las circunstancias en la que tanto los partidos tradicionales franceses, han ido perdiendo el apoyo social a sus políticas, y han venido a situar la culpabilidad de esa situación a la Unión Europea, que han estado presentes en las elecciones presidenciales francesas.
El resultado de las elecciones presidenciales francesas, han situado a los dos candidatos finalistas al Eliseo para acceder a la segunda vuelta del 7 de mayo, al “centrista” Emanuel Macron y a la “ultra derechista” Marie Le Pen, dos formaciones antagónicas e irreconciliables, por sus programas donde la fundamental diferencia de estas fuerzas está situada en la actitud hacia la Unión Europea.
Otro escenario parecido es el que han caracterizado al candidato del PS,  Hamon, defensor de la unidad  de la izquierda para transformar Europa, y el ultraizquierdista Melenchón, con propuestas similares a las de Le Pen en cuanto a la salida de la Unión Europea y  la vuelta al franco como  la moneda, que siempre tuvo Francia.
Estos resultados con una aproximación porcentual de estos cuatro aspirantes a la Presidencia de la República, son el resultado de las políticas que tanto el partido de la Tradicional derecha Gaullista ha ido cosechando con sus fracturas personalistas, pero sobre todo porque no ha llevado una política que en lo social respondiera a los problemas de la crisis y la recesión económica. Y por otro lado el PS, sus dirigentes tampoco supieron regenerar sus políticas, perdiendo con ello, por primera vez el ocupar un puesto en la segunda vuelta del sistema electoral francés.
 La renuncia de Hollande a presentarse a las presidenciales ha sido el reconocimiento del fracaso de sus políticas, a las que se han sumado los errores de Manuel Valls como primer Ministro, y entre ellos el de  llamar a votar a Emanuel Macron, en lugar de apoyar al ganador de las Primarias del PS Benoit Hamon.
Estas elecciones, en mi opinión, han venido a confirmar que los partidos tradicionales socialistas y conservadores, han sufrido un grandioso fracaso histórico
Y de hecho hoy, para quienes aun no lo tienen claro, la cuestión esencial es que hay que impedir que un partido xenófobo, nacionalista y neo-nazi como es el FN de Marie Le Pen siga prosperando, y no sigamos alentando ese “populismo de ultraderecha”, cuya meta final no es ni la mejora de las condiciones de vida y trabajo de los ciudadanos franceses, sino la fractura de la Unión Europea en aras de un “separatismo extremadamente peligroso”. O impedimos desde otras políticas que ese nuevo “fascismo” se establezca en Europa
Y para ello, ó el PS, procede al reencuentro de sus orígenes socialdemócratas, o la ciudadanía, el pueblo francés, va a seguir votando las candidaturas de Le Pen, durante algún tiempo, el tiempo suficiente para que se percate del gran error que han cometido al apoyar al nacionalismo de Le Pen.
No es suficiente, que para la segunda vuelta, todas las fuerzas políticas desde Fillon, Hamon, salvo el ultraizquierdista Melenchón, llamen a votar a Macron, para que este sea el nuevo presidente en el Eliseo. Eso es bien necesario de inmediato.
Pero ó se produce un giro de la socialdemocracia en nuestro vecino país, o no será posible el bienestar del pueblo francés, ni la posibilidad de proceder a la transformación de la UE, en aquellos aspectos del neoliberalismo económico que están caracterizando sus políticas, que no resuelven ni la recesión, ni la demanda y la creación del empleo en un Estado de Bienestar exento de los recortes que le están imponiendo.
Macron, podrá ser el ocupante del Eliseo el 7 de mayo. Pero hay que tener en cuenta que formó parte como ministro del Gobierno de Hollande, y aunque dimitiese por las diferencias con las políticas que se estaban desarrollando, no es de esperar grandes cambios en las políticas que Macron va a llevar a cabo. Hace un año, que fundó “En Marche” un movimiento más que un partido político estructurado, y desde su aparición política ha venido anunciando su voluntad europeísta, pero de ningún modo, ninguna medida practica que abordase y diera solución a los numerosos problemas de la sociedad francesa
Macron, podrá prometer la victoria y acabar con el sistema político que ha paralizado el país en los últimos 30 años. Pero para eso, no basta con anunciarlo en los mítines de su campaña electoral, hacen falta medidas políticas como solución a los acuciantes problemas de la sociedad francesa.
El posicionamiento político de Macron, no ha sido otro, que el de presentarse en un espacio, donde ni derecha, ni izquierda, cabían todos: Ha sido el de aprovechar las fracturas, del partido tradicional de la derecha, los Republicanos de Fillon, y la fractura de la izquierda con la renuncia de Hollande a presentarse de nuevo, el fracaso de Valls y la presentación de Benoit Hamon que aun ganador de las primarias ha tenido en contra  destacados dirigentes del PS que llamaron a votar a Macron en las primera vuelta. Lo que han situado a los socialistas franceses, en el peor resultado de su historia.
Por todo ello, hoy me parece un absurdo que Melenchón no haya llamado a votar a Macron frente a Le Pen, quizá porque sus objetivos separatistas son idénticos: “Salirse de la UE, y abandonar el euro como moneda”.
En mi opinión, solo el resurgir de un nuevo concepto de la socialdemocracia y la práctica consecuentemente de izquierdas de los partidos socialistas en los países de la Unión Europea, es el único camino para lograr unas sociedades más justas, y donde el rechazo a los populismos de “Ultraizquierda y ultraderecha” sea  el patrimonio de los pueblos.
Próximamente se celebraran, en junio las elecciones generales a la Asamblea Nacional, donde hay que empezar a traducir ese rechazo a la ultraderecha de Le Pen y a la ultraizquierda de Melenchón. Y si votar para que el PS tenga una mayoría suficiente, para hacer posible que no sean los extremismos quienes decidan el presente y el futuro del pueblo francés. 
En nuestro país una lectura, un análisis de los resultados alcanzados en estas Presidenciales, no pueden sino confirmar que la socialdemocracia ha venido desde hace años cometiendo el “Pecado original”, causa de todas las pérdidas que se produjeron en Grecia,  Austria, Inglaterra, Holanda y ahora en Francia.
Pero las afirmaciones de Susana Díaz acerca de los malos resultados del PS, en el país vecino, atribuyéndolos a: “Que cuando practicamos el radicalismo, la gente nos abandona”, solo nos ha reiterado la confirmación de la súper-reducida capacidad política de esta ambiciosa y personalista mujer.
 No sé, si Susana Díaz sabrá donde está situada Francia,  pero lo que a mí me ha dejado claro con esa afirmación, es que no sabe muy bien, la política que ha practicado el PS desde hace años. Su absoluta ignorancia  sobre las políticas que ha venido practicando el partido socialdemócrata francés, es lo único que le ha podido permitir tal majadería política.
Ha sido precisamente, todo lo contrario de lo que ella ha afirmado porque  la  pérdida obtenida por el candidato del PS,  Benoit Hamon, no ha sido por el radicalismo de Hollande y Valls sino todo lo contrario, por el abandono de las políticas de izquierda que tienen que caracterizar a un partido socialista y que desde hacía años no se practicaba.
Susana Díaz ha mostrado además su torpeza, porque situándose en posiciones políticas similares a las que la socialdemocracia ha venido practicando en los países de la UE, ha pretendido con ello, criticar el “radicalismo” de Pedro Sánchez,  que es hoy quien levanta con valentía,  firmeza, honestidad e inteligencia, la bandera de la socialdemócrata que hasta hoy ha estado abandonada.
Y aviso para los politólogos, que pretenden con sus “análisis”, sumar los fracasos socialdemócratas alcanzados hasta la fecha en diversos países de la Unión Europea, y ahora en Francia, para poder sentenciar que el siguiente va a ser el PSOE.
Mantener ese discurso, es ponerse del lado de quienes desean que siga esa cadena de errores, un gran error. Y en todo caso del lado de quienes apuestan y fuerte para impedir que Pedro Sánchez sea el próximo Secretario General con el proyecto de un “Nueva Socialdemocracia”.
Y como decía nuestro gran Antonio Machado “En política solo triunfa, quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela”.  Y el aire de los fracasos, ya se ha transformado en España con el liderazgo de Pedro Sánchez.

                                   25 abril 2017                                                                     

 

 

 

 

 

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