CRÓNICA DE
UNAS ELECCIONES ANUNCIADAS.
Las apariencias nos
engañan, en más de una ocasión. Cuando las cosas nos parecen una cosa, y
resulta que son todo lo contrario.
Por ejemplo, quien
se crea que las negociaciones Rajoy-Rivera van a resolver el bloqueo
institucional que tenemos a raíz de los resultados del 20-D y 26-J, se
equivocan solemnemente.
Claro que uno y
otro, Rajoy y Rivera están teatralizando sus encuentros, dejando una cierta,
ambigua y difusa impresión de que de esas reuniones va a salir “el gran acuerdo”, que nos va a salvar
del bloqueo y facilitar el nombramiento del Gobierno en el país. Aunque Rajoy
más astuto que el joven emergente permanece callado, si se va a presentar ó no,
para su investidura. Y lo que dicen los
medios, pues eso, es lo que dicen los medios.
Y lo vamos a ver
después de que el Comité Ejecutivo del PP se haya tomado una semana de
vacaciones antes de la reunión donde en principio tienen que pronunciarse
acerca de las exigencias de Rivera, para si las aprueban – tengo mis dudas – se
iniciarían las negociaciones que darían ó no lugar al cambio, de la abstención de
Ciudadanos por el SI en la investidura de Mariano Rajoy.
De todas formas, si
por las razones que diesen, Rivera votara SI a la investidura de Rajoy, éste
seguiría sin alcanzar las mayorías necesarias, ni la absoluta, ni la simple en
los días que – por cierto – aun no sabemos cuándo, y si se presentara para su
investidura.
El PSOE sigue con
legitima e inamovible firmeza enrocado en el ¡NO! a facilitar ni por activa ni
por pasiva la investidura de Mariano Rajoy. Y si el fracaso, uno más de Rajoy,
no lo impide alguna catástrofe natural, el siguiente paso que podemos constatar
es: Que el Monarca optara por proponer a Pedro Sánchez para que lo intente de
nuevo. O que a la vista de lo visto, proceda a la disolución del Congreso de
los Diputados y convoque unas nuevas elecciones
Porque aunque dado
que Rivera tras su bla, bla, bla, decidiera apoyar a Rajoy en su investidura,
éste no va a poder ser aprobado por los actuales diputados.
La “Hoja de ruta”, la más probable es que
ni el Monarca haga una nueva protesta, visto lo visto en el fracaso anterior de
Pedro Sánchez. Y opte por la disolución y la convocatoria de unas nuevas y
terceras elecciones generales
Y ante esa próxima
evidencia, todos los españoles deberíamos esforzarnos de abstenerse ante las
influencias mediáticas que nos teledirigen prácticamente nuestro voto, antes de
introducirlo en la urna.
Y fuésemos por el
contrario, capaces cada uno, de someternos a un examen de nuestra conciencia
particular para tomar partido en este proceso tan complejo como delicado que
estamos viviendo en nuestro país.
En primer lugar
para rechazar la abstención – que hipócritamente anuncian desde los medio
- como el mejor vehículo para expresar
nuestro descontento y malestar. Y a decidirse en estas terceras elecciones “de ir a votar”, que es el primer paso
para la obtención de un resultado que podría desequilibrar la correlación de
fuerzas parlamentarias, que por la naturaleza de las mismas, han hecho
imposible ningún acuerdo de investidura
No se trata aquí y
ahora en este artículo, seguir machacando la penosa situación a la que nos ha
llevado Rajoy, en lo personal: Paro, precariedad, desigualdad, pensiones en
peligro, déficit, deuda, etc., y al país con más independentismos que nunca, en
gran parte gracias al inmovilismo de Rajoy durante sus cuatro años de
legislatura. Que hoy ya “No está útil
para el servicio”, ni puede continuar en el Gobierno, ni se le debe votar
para que lo esté.
Pero el examen de
conciencia al que apelo, previo de quienes vamos a votar, es el primer paso
para que una nueva hoja de ruta, a partir de los nuevos resultados permita el
establecimiento de una nueva correlación de fuerzas en el país que pueda
conducirnos al final a poder tener un Gobierno progresista y reformista, un
Gobierno que sea un autentico cambio.
Porque un
concienzudo examen de conciencia, no puede dejar de evidenciarnos, que la
fragmentación parlamentaria que ha supuesto la aparición de los grupos
emergentes Podemos y Ciudadanos, no ha sido la solución, ni es ni son el
vehículo para ir transformando nuestra actual realidad.
Y no es que el
pluralismo parlamentario sea un problema. El problema es la naturaleza
populista del emergente Podemos, así como los novatos liberales que hasta la
fecha no han resuelto nada.
Mientras que, los
partidos más votados siguen siendo el PP
y el PSOE, y por eso siguen siendo los
únicos partidos para el Gobierno. En estos momentos el PSOE no solo es un partido
de Gobierno, sino que es la única alternativa de Gobierno ante el corrupto PP y
su actual dirección.
En esa sencilla
razón y a su vez compleja de entender, se encuentra el hundimiento al que nos
ha llevado la política neo-liberal de
Mariano Rajoy, lo que debería de servir a los 8 millones de votantes del PP.,
que lo han hecho a pesar de ser el causante de todos los males que hoy
padecemos, para reaccionar y corregir su próximo voto. A ese partido, no se le
puede seguir votando, “pese a la campaña mediática orquestada por
intereses ajenos a los de España y los españoles.”
Ni que se siga
presionando al PSOE para que modifique el posicionamiento político decidido por
su Comité Nacional, para que lo cambie para hacer posible la continuidad de
Mariano Rajoy como Presidente del Gobierno.
Por otro lado, los “esperanzados” con Pablo Iglesias y
Podemos también - en mi opinión –
deberían reaccionar ante el fracaso de unos resultados electorales, que unidos
a las confrontaciones internas que han provocado, han demostrado suficientemente
que ni el “Caudillismo de este galimatías
ideológico-político-desorganizativo” que representan son la solución de
nada. Más bien el problema.
Y si queremos
salir, del bloqueo institucional real que tenemos, hay que empezar a tener
claro, que esa necesidad nacional, no será posible si cada hijo de vecino, se afirma
ufano, dispuesto a votar al mismo partido que votó el 20-D y el 26-J.
Los cambios de
Gobierno, ha quedado demostrado en los resultados de las dos últimas
elecciones, que no han sido posibles. Para esos cambios, hay que cambiar la
voluntad del pueblo Soberano, cambiando el voto que le dieron al PP y a
Podemos. Si no se verifican esos
cambios, y en las urnas no aparecen las candidaturas del PSOE con una sólida
mayoría. No será posible ningún cambio progresista en nuestro país. Así de
claro.
Ese es el gran
problema por resolver en España. Y que en mi opinión se ha ido generando,
olvidando el ejemplo de la Transición, cuya característica fundamental fue el
acuerdo entre unas y otras fuerzas políticas, tan diferentes, radicales y
alejadas entre sí desde cualquier punto de vista. Pero ese espíritu y voluntad
negociadora para entenderse se ha ido diluyéndose hasta el extremo, que ni es
posible tan siquiera pensar – a pesar de las
impertinentes presiones de algunos ex – que hoy esa cultura de pactos y
acuerdos se pueda restablecer
Y no solo, que es
un buen motivo, por el carácter y naturaleza de un PP, judicializado y sede
orgánica de “Una escandalosa corrupción
generalizada”
El telón de fondo
que ha hecho posible la desafección politica existente hoy en nuestra sociedad,
ha tenido unos orígenes que no han desaparecido, han estado y siguen estado
como lo hemos podido constatar en las recientes campañas de IU y Podemos y en
su “Matrimonio de conveniencia”. Pero
el origen de esa campaña, fue orquestada desde IU por Julio Anguita y Cia, que
para lograr su pretendido “Sorpasso”,
no vacilo en levantar la bandera anti-PSOE hasta el extremo de establecer “la pinza” PP-IU, que favoreció la
subida de José Marian Aznar a la Presidencia del Gobierno.
Y “Si una mentira se repite lo suficiente,
acaba por convertirse en verdad” decía el nazi Goebbels.
Y repetir año tras
año la misma mentira:”Que el PP y el
PSOE son lo mismo” se ha convertido en el “mantra muy extendido en nuestra sociedad”
Predicar con mala
fe ese mantra falso, ha contribuido a
extender entre amplios sectores de la
sociedad esa confusión. Y curiosamente la desafección politica, no se
manifiesta contra el PP, por corrupto y etc.etc, etc, No, es contra el PSOE.
Acusar al PSOE, por
la modificación del artículo 135 de la Constitución con el apoyo del PP, que lo
que impidió fue el eminente rescate desde Bruselas de nuestra economía,
atribuyéndole precisamente a los socialistas
que se habían comprometido a pagar las deudas antes que mantener los
servicios públicos. Fue una gran mentira. Sin embargo cuando Mariano Rajoy fue Presidente de
Gobierno y Bruselas nos rescato con 100,000 millones, desde IU siguieron con
las mismas mentiras. Ni una sola critica a Mariano Rajoy y su Gobierno del PP.
Y esos
comportamientos han sido una gran
contribución, para la creación de ese espacio de confusión, y de desorientación
política muy grande en la sociedad, que solo favorece precisamente a la derecha
corrupta del PP., porque todo es: “El
PSOE es el culpable”.
Y cuando estallo la
crisis sistémica en el 2008 y empezaron los tiempos de “las vacas flacas”, y de un tratamiento erróneo para superar sus
efectos nos encontramos con las medidas neoliberales: Recortes, recortes y un
conjunto de medidas que nos ha llevado al empeoramiento de nuestras condiciones
de vida y de trabajo
Y ante esos efectos
tan negativos, al PP le faltó tiempo para achacárselo al Gobierno de José Luis
Rodríguez Zapatero. Y como en ese marco aparecieron los grupos emergentes como
Podemos, su estrategia fue “darle caña
al mono hasta que hablara inglés”. Lo ataques a la Transición del 78, a la
Constitución, a la “Casta” y “todo el poder para el pueblo”, constituyeron
la bandera anti-PSOE del populismo que ha practicado Pablo Iglesias.
Y en ese periodo
nefasto para los españoles y para nuestro País, la ausencia de unas políticas
acertadas ha sido decisiva para el crecimiento del desempleo, de la desigualdad
y de la pobreza, de los contratos laborales precarios y mal-pagados, y crece la
desafección contra el PSOE, estamos con un déficit y una Deuda que solo un
milagro de algún santo va a poder resolver.
Y todo eso ha
formado un coctel real de necesidades y a su vez de contradicciones en nuestra
sociedad. Y mientras que no aprendamos de nuestra realidad, podremos seguir
escuchando a los tertulianos, viendo la Sexta, 13 TV ó la que nos guste. O
seguir soportando los improperios de Pablo Iglesias, y ver como Mariano Rajoy
sigue en La Moncloa.
Pero la solución de
nuestros problemas no la vamos a encontrar en sus programas, sus esperpentos o
en la continuidad de Rajoy en el Gobierno. Sino en una corrección a nuestro futuro voto.
Si queremos empezar a poner orden en
esta encrucijada parlamentaria que no podemos dejar que se eternice, votando lo
mismo que votamos el 20-D ó el 26-J.
Y para eso, para
llevar a cabo esa transformación, no hay mejor ocasión que la convocatoria y la
gran participación de los españoles en las elecciones generales que se
aproximan como el único y el mejor instrumento para un auténtico cambio de
Gobierno y de políticas.
11 agosto
2016.
Bueno por decir algo creo que en el quinto párrafo donde en negrita escribes hoja de ruta el monarca no hace una nueva protesta sera sin duda una propuesta ¿Cómo controlo? lo demás bien.
ResponderEliminarLos de manchelerria conocemos el castellano.
Tienes mas razón que un santo. Ves pòr eso non te tienes que ir tanto tiempo a Manchelarria . gracias por saber leer.
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