viernes, 27 de febrero de 2015

LA CRISIS EUROPEA Y EL ASCENSO DE LA ULTRADERECHA



La catastrófica gestión de la crisis del euro, inevitable dados los defectos de una arquitectura anacrónica, provocaron unos resultados con ocasión de las últimas elecciones al Parlamente Europeo, que debían ser una llamada de atención de todos los partidos socialdemócratas europeos ante el proceso de descomposición de Europa.

Ese deterioro o descomposición, es debido al espectacular fracaso de la izquierda socialdemócrata a la hora de intervenir tanto en la fase de construcción de unión económica y monetaria de Europa, como sobre todo, después del inicio de su crisis.

En consecuencia con ese comportamiento, la prensa ha presentado los resultados de las Elecciones al Parlamento Europeo de 2014 como una señal de que la crisis económica que azota Europa, ha hecho que los votantes hayan derivado sus votos hacia los dos “extremos”, es decir, la extrema derecha y la extrema izquierda.

Había yo creo, un deseo de satisfacer a las élites culpables de este desaguisado que es hoy la Europa de la recesión, las desigualdades y el desempleo, los Gobiernos de la Unión Europea, el BCE, y el FMI, para que estas instituciones se tranquilizasen en el convencimiento de que pese a algunos errores en la política económica que se viene infligiendo a determinados países necesitados de financiación para su normal funcionamiento, cuando se llegue a la recuperación económica, por minima que sea, el ciudadano europeo volverá con sus votos hacia formaciones de centro y moderada derecha, y se alejará de las posiciones políticamente extremas.

Ese convencimiento lo expreso el Gobierno del Sr. Rajoy tras constatar la pérdida de votos el PP., señalando que cuando llegara la recuperación, los votos perdidos pero cautivos en la abstención volverían al PP.. Y en esas están, haciendo de una “mini-recuperación” una grandísima campaña electoral.

Dar esa imagen, tanto en Europa como en España es un error, una falsa realidad económica y política. Los europeos no fueron seducidos por los dos extremos. Cayeron en un extremo, el de la derecha racista, xenófoba y anti-europea. Los partidos de la extrema izquierda anti-europea no vieron aumentar su apoyo en ningún lugar de Europa.

Desde hace cuatro años, las instituciones europeas son el campo en el que la incompetencia y la malicia compiten entre las diversas fuerzas políticas en el seno de la C.Europea, para ver quién gana el premio de la ofuscación más irresponsable desde que se constituyo la zona euro con los fallos de “ su pecado original”. Pero una vez empezado la crisis, el único interés de las élites ha sido traspasar las pérdidas bancarias de los activos de los bancos a los hombros de los ciudadanos más indefensos.

Si el sector financiero se ha estabilizado, lo ha hecho gracias a una combinación de una enorme inyección de liquidez el BCE y la autoridad que ha rescatado al sector financiero, blindando a los banqueros – sin sanear los bancos – y vuelto a inflar muchas de las burbujas que habían estallado. Y todo ello a costa de un daño incalculable a la economía real, al tejido social y a las democracias de Europa.

La pregunta que yo me hago, no deja de ser interesante para mí y también creo, de interés general y en particular para los partidos socialdemócratas en Europa.

¿ Por qué la izquierda socialdemócrata no ha sabido rentabilizar las contradicciones y tribulaciones del diseño neo-liberal de la zona euro, a pesar del enorme sufrimiento que se nos ha infligido a la mayoría de esa ciudadanía europea, con esa política neoliberal, de austeridad y recortes de derechos económicos y sociales que hemos y estamos sufriendo en la gran mayoría de los países que configuramos la Unión Europea.

Para mí, las razones se encuentran en que antes del 2008, una vez que el diseño neo-liberal comenzó a desmoronarse. Los partidos portadores de la antorcha de la tradición socialdemócrata no dudaron en asumir el papel de ejecutores de las políticas reaccionarias que emanan de las instituciones financieras y de Gobierno de la Comunidad Europea. Por lo tanto ahora no debe sorprendernos que la socialdemocracia en toda Europa, este pagando un alto precio electoral.

Si hacemos un repaso a los partidos socialistas en la U. Europea, y empezamos por el partido socialista griego, cuyo Gobierno pidió y celebró el “Primer rescate” de la zona euro –recate que sirvió de modelo para “los rescates” de Irlanda y Portugal- (por no hablar de la camisa de fuerza fiscal y las reformas del mercado laboral que siguieron en otros lugares, especialmente en España e Italia) ha perdido un 43% del voto popular, cayendo por debajo del 8%.

El PSOE en nuestro país y los socialistas portugueses han tenido pérdidas similares sufriendo el castigo de un electorado afectado por una desafección política, que desmovilizado se niega a votarles a pesar de que los gobiernos conservadores que los sustituyeron en el 2011, son aún más despreciados por la ciudadanía.

Y así en todos los países de la C.Europea, los partidos socialdemócratas han venido perdiendo el apoyo social del que gozaron en los años de  la pos-guerra. El partido laborista de Irlanda, el Partido del Trabajo de Holanda, los socialdemócratas austriacos y alemanes han sido igualmente incapaces de oponerse a una austeridad autodestructiva o defender en serio a sus representados. Y los socialistas en Francia que de proponer Hollande la necesidad de un New Deal Europeo a plegarse ante la Sra. Merkel ha pasado con velocidad supersónica. 

Sea como fuere, mi pregunta  sigue siendo: ¿Por qué?, ¿Qué explica la pérdida de influencia social de la socialdemocracia europea y su apoyo a las políticas neoliberales y por tanto a su crisis?

La respuesta que me doy, es que en algún momento a raíz de la desaparición de los regímenes comunistas, en la década de los 90, la izquierda socialdemócrata de Europa cayó en la trampa de creer que los Estados de Bienestar que fue fundamentalmente su obra, tras la II Guerra Mundial, ya no  necesitaba ser financiados a partir de los impuestos aplicados a los sectores industriales y comerciales en cada país. En su lugar podrían financiar el Estado de Bienestar recurriendo a los ríos de dinero acuñados  por el sector financiero privado, mientras se exprimía a los trabajadores asalariados y los precios inmobiliarios de disparaban.

Parecía como un sueño hecho realidad para los trajeados dirigentes que no quisieron abandonar a la clase obrera a su suerte, pero que ya estaban hartos de la lucha de clases. Los pactos fáusticos, por desgracia se escriben con sangre, Pero los socialdemócratas seducidos por la cacofonía especulativa del sector financiero, entumecidos por el mito de la “Gran Moderación” accedieron a que las finanzas pudieran hacerlo que quisieran a cambio de fondos con los que apuntalar los Estados de Bienestar, que eran reliquias del contrato  social de la última pos-guerra.

La socialdemocracia hoy cuando ha experimentado el error histórico cometido antes del 2008 y su complicidad en la aplicación de las políticas neo-liberales de “Austeridad y recortes”, no puede ya continuar con esas prácticas. Europa necesita recuperarse con otro modelo de Unión Europea que haga posible la reactivación económica, el empleo y unas condiciones de vida digna para sus habitantes.

Europa no podrá conseguirlo, si al menos la socialdemocracia revitalizada con los impulsos reformadores del socialismo de izquierda, no puede inspirar a los ciudadanos europeos a desafiar las políticas negativas que hoy se aplican a los países miembros de la U. Europea.

En nuestro país, el PSOE desde la nueva dirección con Pedro Sánchez como Secretario General de los socialistas españoles, en mi opinión, se perfila hacia la transformación de ese partido en una fuerza política de izquierdas superadora de los errores del pasado, donde la formulación de sus propuestas programáticas vienen a confirmar cada día en sus actuaciones, que se han aplicado muy bien lo de “Corregir es de sabios”

El camino no está siendo precisamente un camino de rosas, por el panorama de fractura de la izquierda real ante los próximos comicios y la proliferación de partidos de nuevo cuño, algunos como Podemos con excentricidades políticas irrealizables tanto por la imposibilidad de su financiación, como por el carácter autoritario, egocentristas de la “troika Podemista”, que sin ideología “Ni de derechas ni de izquierda” pretenden, sin programa creíble y con la descalificación de “Todos y Todo” llegar al Gobierno de la nación.

Y por otro lado la operación de acabar con la I Plural como organización cuyos autores, Podemos, están empeñados, reclama con urgencia la reacción total de la dirección Federal de IU en defensa de la organización y no dejarse arrastrar por los cantos de sirena de quienes solo hoy tienen por objetivo liquidar como fuerza política a IU., un partido que lo necesitamos los trabajadores y España, tampoco presentan este periodo nada fácil la tarea inmediata para  que IU no desaparezca del panorama político en España.

Pero en mi opinión hay que hacer la tarea de pedagogía necesaria para que en nuestro país los españoles aprendamos que el avanzar en la solución de los problemas que padecemos, necesita de unos grandes partido de izquierda, el PSOE e IU. Y aunque hoy los vientos en la calle no parece que apuntan hacia esa izquierda, el tiempo, la experiencia y madurez de nuestro pueblo aconsejaran un día no muy lejano esa unidad de la Izquierda entre el PSOE e IU.

Y mientras que eso no sea posible, la derecha, el PP o cualquier grupo populista, ultraizquierdista,  serán el castigo para nuestro país. Que no lo veamos nunca, es menester.

                                                        César Llorca Tello.

                                                          27 febrero 2015.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario