DESPUES DEL FRACASO, LO PENDIENTE ES LA
SOLUCIÓN.
Inicio
estas reflexiones, desde el convencimiento que el título dado a las mismas,
forma parte del “sentido común de los
mortales”.
Porque
si el proyecto de Mariano Rajoy es: “La
ley, es la ley” y no hacer nada para cambiarla por otra ley, su proyecto ha
fracasado absolutamente y solo nos han conducido a fomentar la fractura social
en Cataluña.
Al
margen del reconocimiento de otras actuaciones, la impugnación del Estatut aprobado por el Parlamente
y el Congreso de los Diputados, por el PP, fue lo que motivo el crecimiento del “Separatismo
en Cataluña”. Ese comportamiento del Gobierno de la derecha, encabezado por
Mariano Rajoy, fue un grave error ha fracasado rotundamente y es insostenible
de todas, todas.
Porque
más grave aún seria, que Mariano Rajoy siguiera enrocado con la Constitución, manteniéndose
en el error, cuando esta es perfectamente modificable como dispone la misma
Constitución, y se empeñe en “Mantenella
y no enmendalla”, y continúe después del 1 de octubre, con más medidas sancionadoras
por incumplimiento y violación de la ley.
Por
otro lado el talante del incumplimiento de su propio Estatut, de los valores
democráticos y la propia Constitución, con la aprobación de las leyes del
Referéndum ilegal del 1 de octubre y de
Transitoriedad, que se han producido en el Parlament de Cataluña, - absolutamente
ilegales - han situado al Gobierno de la Generalitat y del Parlamente fuera de
juego.
Porque
apoyarse en la mayoría de 72 votos, 11 abstenciones y ningún voto en contra, ya
que la oposición abandono los escaños para no ser cómplice de la ilegalidad
manifiesta que se realizaba. No ha sido legal porque se han violado todas las
normas democráticas.
Y
reivindicar el derecho a votar, como están diciendo los independentistas no es
democrático, porque la Democracia es sobre todo respeto a la ley, a la
Constitución.
Y en Cataluña no se respeta, sino se viola. Además
se está coaccionando desde el Gobierno catalán, a los alcaldes a participar en
el delito, para que presten los locales para votar el 1 de octubre, lo que
viene a constituir una flagrante violación de todas las normas democráticas, con
el propósito de provocar las medidas que desde las autoridades jurídicas y del
Estado les serian aplicadas.
Son
absolutamente patéticas las declaraciones de Puigdemont cuando ha afirmado en
un acto de apoyo a los alcaldes, que “El
Estado central, puede tener muchas leyes y muchos boes, pero no tienen una
cosa: al pueblo de Cataluña”, cuando
en un estudio de la misma Generalitat se reconoce que solo el 40% de los
catalanes está por el “separatismo del
Estado”. Y las de Ada Colau en ese mismo acto se atrevió a decir: “Esto no va de independencia, va de la
defensa de los derechos y las libertades de Cataluña”.
Y
para muestra de la “Filosofía de la
mentira”, que practican estas personas, las declaraciones que he recogido, son
más que suficientes para rechazar el comportamiento de los dirigentes “independentistas”. Yo entiendo muy bien porque mienten, y es porque “No tienen otro recurso que la mentira,
porque el respeto a la ley y la Democracia, no va con ellos”
Pero
a mí, lo que me cuesta mucho es escuchar y entender a algunas personas, que desde una trayectoria
política de izquierdas antaño, hoy se sitúan en la defensa del derecho a
decidir, como si este país fuese un país por civilizar, donde se tiene que
decidir ahora con el referéndum en Cataluña, lo que tenemos que ser.
Deberían
en mi opinión, reflexionar ese “Derecho
a decidir” para ver que aporta ese manido derecho, - pero inexistente -, de
positivo a los trabajadores, a los catalanes y a los españoles, y compararlos con
los valores y beneficios que un día defendieron, la Libertad y la Democracia
que consagran la Constitución de 1978.
Porque
apoyando el referéndum ilegal del 1 de octubre, de estos “Separatistas”, están situándose junto a ellos, en los hipotéticos
derechos que no existen, y combatiendo así, los valores que contemplan la
Constitución de 1978 y en otras épocas defendieron. Yo sé muy bien, que las
cicatrices políticas, duelen con los cambios del tiempo. Pero con el tiempo, “Corregir es de sabios”.
Porque
sin ningún reparo, con esa actitud estas personas se ponen del lado de la “ilegalidad del separatismo”, de la
violación de la Ley, y del no respeto la
Democracia. Y olvidan que la Ley de leyes en este país, es la Constitución de 1978, que dicho sea de
paso, nos ha aportado el más largo periodo de estabilidad política y de
libertades de nuestra historia.
Y
error por error, continuar con los mismos errores, no son la solución al
problema no resuelto ni por el Gobierno de Mariano Rajoy, ni por el de
Puigdemont y Cia. Después del radical
fracaso de ambos, lo que se requiere, es el abandono de los mismos, para
que la búsqueda de la solución sea producto de la reforma Constitucional donde
se recoja que el Estado multinacional de España y su unidad, es compatible con la libertad y la democracia
en un solo Estado.
Porque
la continuidad de más errores, más crispación y mas separatismo, serian más
tiempo perdido y que solo nos traería a todos, una situación más fatal de la
existente en estos momentos: “Fractura
de la sociedad catalana y una crisis del Estado de Derecho” que se debe
evitar, en mi opinión.
En
consecuencia, parece que cuando los intentos para solucionar un problema, han
fracasado, lo evidente es que hay que encontrar la solución por otras vías, de
las que han estado circulando las locomotoras dirigida por Mariano Rajoy, y Mas
y Puigdemont entre otros grupos como Junts pel Si y la CUP. Eso es de sentido
común.
Claro
que, el sentido común, suele ser el menos común de los mortales,
lamentablemente.
Pero
la superación del conflicto, no puede ser otra que el abandono de los actuales
comportamientos, y empezar a entenderse mediante el dialogo y el acuerdo. Y eso
hoy es posible para que, por encima de las viscerales violaciones de unos y la
aplicación estricta de la Ley de otros, - es decir la Constitución, esta pueda
ser reformada y modificada en el sentido de hacer compatible el Estado
multinacional con la libertad y la democracia.
Porque
a partir del 2 de octubre, no necesitamos ni la proclamación de la República
Catalana, que no va a servir para nada, de nada, ni a los catalanes ni a los
españoles. Ni que Mariano Rajoy siga en defensa de la Constitución,
arremetiendo contra todo lo que se menea y huele a separatismo en Cataluña.
La
ley está a favor de la mayoría de españoles que la votamos en 1978, pero la
Constitución debe reformarse para adecuar la Organización Territorial del
Estado, mientras la propia Carta Magna debe respetarse hasta que el derecho a
modificarla – que contempla en su articulado - tenga el beneplácito de los
españoles en un referéndum que la transforme en la Ley desde ese preciso
momento.
Entre
otras muchas modificaciones que se adopten por los acuerdos parlamentarios en
el Congreso de los Diputados y que se someterían a un referéndum en el Estado
para que los españoles podamos aprobar la Nueva Constitución, se encuentra LA
SOLUCION a la actual crisis del Estado.
Y un
camino a recorrer, que facilitara la solución, es que los dos gobiernos
incapaces de resolver la crisis, dimitieran para dar lugar a unas nuevas
elecciones en Cataluña y generales en el país.
Creo
firmemente que una solución pacifica y satisfactoria para todos, catalanes y el
conjunto del País, la tienen que dar el pueblo español votando para favorecer
la Unidad de España y las Libertades democráticas.
Una
visión poliédrica de España, se hace necesario consagrar en una Nueva
Constitución y los españoles debemos contribuir a hacerla posible, mediante
nuestro voto en las próximas elecciones en España y las Autonómicas en
Cataluña.
17 septiembre 2017.
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