¡Y
VAMOS DE ELECCIONES!
Que ya las anticipé en mi
artículo inmediato al 20 D, cuando comprobé la complicada aritmética
parlamentaria surgida de las urnas
Unos las han calificado
como los deseos de cambio de los electores – opinión con la que me identifico –
y otras, de que de ellas debe surgir un Gobierno de Izquierdas – cosa
complicada – dadas la naturaleza de quienes son calificados como de izquierdas,
así como las valoraciones del PP que alardean de su derecho a seguir en el
Gobierno, por ser el partido más votado.
Entre esta división de
opiniones, se encuentran las dificultades para lograr una investidura posible y
el nombramiento de un Gobierno estable.
Pero ante esas
pluri-divisiones entre las fuerzas parlamentarias, sin exclusión alguna, el 85%
de los españoles ya vemos las nuevas elecciones como un mal menor.
De hecho, digan lo que
digan todos los partidos, todos sin excluir a nadie ya han puesto en marcha sus
maquinarias electorales en clave “Nuevas
elecciones”.
Por un lado en el PP, las
débiles y aisladas voces que han aparecido pidiendo a Rajoy que diera uno ó dos
pasos atrás, para ver si con ello resolvían la encrucijada pluripartidista, han
sido inmediatamente ahogadas con la respuesta coral de la vieja guardia del
partido.
Además, como sea que Rajoy
se considera haber sacrificado toda su vida para llegar de inquilino a la
Moncloa, se resiste a dejarla y se empeña en un nuevo contrato de inquilino
sobre el “derecho que le otorga ser el
partido más votado”. Y yo estoy convencido que con esas “va a aguantar” frente a sirios y
troyanos que le pidan dimitir.
Pero es que además, como
el Presidente del PP, es el único que puede convocar el Congreso para nombrar a
un nuevo Presidente. Pues la verdad, es que yo no veo a Rajoy con voluntad de
suicidarse a lo japonés hacerse el Hara-kiri
Por eso nadie de las
cúpulas territoriales del PP, aparte de las habladurías de pasillo, se atreve a
mover la silla a Mariano Rajoy. A pesar de que todo el mundo, o casi todo,
reconoce que ir con el actual Presidente del PP, a unas nuevas elecciones seria
como avanzar hacia el precipicio que tiene ante sí el PP. y además en la
perspectiva de que sea Ciudadanos quien se beneficie del hundimiento del PP.
En el PSOE, ya aparece en
los medios, después de un relativo silencio de los “barones territoriales”, que se vuelven a remover las aguas y se
habla – otra vez – de que Susana Díaz se presentará para ser la próxima
Secretaria General en el Congreso y que tendría el apoyo mayoritario para salir
triunfante.
Y es que después de la
investidura fallida de Pedro Sánchez, a pesar del silencio cómplice de los
barones, parece que se vuelve a remover lo mismo. Motivada ahora, por el hecho
de que tras el acuerdo establecido con Ciudadanos, parece que no le ha servido
a Pedro Sánchez para ver incrementado su apoyo, y que solo ha beneficiado al
líder de Ciudadanos.
En Podemos también ha
estallado la crisis por las divisiones
internas que ya son vox-populi. Empezó en Cataluña con la cesión de todo el
poder en la campaña a Ada Colau, y en Galicia por ceder totalmente con las
Mareas. Ahora ha llegado la hora de Madrid, la “marea de la crisis” con la
dimisión de nueve miembros de la cúpula
que han dimitido en bloque.
Izquierda
anti-capitalista, es muy fuerte en Madrid y tiene el apoyo del hombre de
Iglesias. El ala más sensata del partido liderada por Errejón ha planteado la
batalla por hacerse con el control.
Mientras Madrid y
Barcelona son dos feudos claves para Podemos y su guerra interna, ya están
desarrollados y los van a ir desgastando
en las nuevas elecciones.
Solo hay una cosa más
complicada que cambiar el modelo de crecimiento de una economía, y es crear un
nuevo partido político.
Las incertidumbres ante la
repetición de las elecciones es total. Las encuestas anticipan pocos cambios.
Claro que las encuestas
políticas se inventaron, para hacer
buenas las predicciones de los meteorólogos a más de un día, y las
previsiones de los economistas a más de tres meses.
Estas encuestas, la verdad
es que no han acertado ni una. En enero de 2015, Podemos fue primera fuerza con
el 25% de los votos, en las autonómicas de mayo sacó el 15% y en las catalanas
en septiembre se desplazó hasta el 13%
Ciudadanos no existía y se
llevó el 13% de los votos el 20 D, aunque las encuestas le daban próximos al
20% un mes antes de las elecciones. El PP y el PSOE estaban casi empatados en
junio y el PP le sacó seis puntos de diferencia el 20 D.
El resultado de las nuevas
elecciones, no está escrito en ninguna encuesta. Lo único claro es que el PP,
ha perdido el apoyo mayoritario de la sociedad, y que el PSOE no ha sido capaz
de canalizar ese descontento.
A mí me parece que tenemos
problemas de liderazgo, pero sobretodo, de ausencia de un relato y un proyecto
para España que recupere la ilusión mayoritaria de los españoles.
El desempleo, la pobreza y
la desigualdad son las heridas de esta puta crisis, que desgraciadamen tardará
aún en cicatrizar.
Mientras en España, la
desaceleración que llevamos desde hace meses es un hecho irrefutable.
El Gobierno estaba en campaña
y negó la realidad para defender su economía vudú y que iba a crear 2 millones
de empleos hasta el 2019.
El ministro de economía ya
habla de un crecimiento del 0,7% trimestral, la Airef de 0.6% y advierte que la
inversión ya se ha parado en seco. Realmente se paró el pasado verano según los
datos de la agencia tributaria, pero el INE inexplicablemente la ha
mantenido inflada para no reflejar la
desaceleración de la actividad que reflejaba la EPA y el frenazo en el
crecimiento de las horas trabajadas en el segundo trimestre.
Las ventas de viviendas han
caído en enero del 2016. Son datos de registro y se tardan tres meses en
registrar. Por lo tanto son ventas de octubre antes de las elecciones.
Evidentemente, la inestabilidad política aumenta la incertidumbre e intensifica
la desaceleración, pero no es la causa de nuestros problemas. Es simplemente el
“reflejo de la desastrosa política económica de Mariano Rajoy tras el rescate y
el Austericidio de 2012 y 2013.
Y es en este escenario
político y económico, es donde van a tener que celebrarse las nuevas
elecciones
Es en ellas, es donde
estoy convencido que solos los españoles, vamos a ser capaces de recuperar el
sentido común de los votos, para deshacer el nudo “Gordiano” de un
pluripartidismo incapaz de ponerse de acuerdo
para gobernar, y de canalizar para ello sus votos hacia el candidato a Presidente que
haga posible un Gobierno de progreso y reformista en nuestro país.
Que así sea, por el bien de
todos.
14 marzo 2016
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Camarada y amigo miedo me dan los Reynos de Taifas en el PSOE la quieren cagar y gorda, me gustaría como a ti que los españoles tomemos las riendas pero creo que la gente no ira a votar.
ResponderEliminarRafa de mancheleria
Pues tienes razón ya veremos la abstención hasta donde llega. Pero yo ahora solo digo hasta aquí. Veremos más adelante.
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