viernes, 11 de marzo de 2016

LAS DIMISIONES Y BAJAS DE LAS DIRECCIONES EN PODEMOS NO SON POR FALTA DE MADUREZ.


LAS DIMISIONES Y BAJAS DE LAS DIRECCIONES EN PODEMOS  NO SON POR FALTA DE MADUREZ.

Con las dimisiones de Podemos en Madrid y las caídas de las direcciones en Cataluña, País Vasco, Rioja, Galicia, la ciudad de Málaga y los enfrentamientos con la dirección nacional, es decir con Pablo Iglesias desde las direcciones de Aragón y Andalucía, ya no se puede tapar la caída en picado desde las alturas del ego y el mesianismo en la que su líder absoluto la había subido.
Tampoco creo, sinceramente que desde la cúpula dirigente se pretenda acusar que esa situación es fruto de “una conspiración del PSOE” y que esto lo vayan a arreglar en dos ó tres días. Porque ni una cosa ni la otra son ciertas.
Las formas en  que se ha comportado el equipo de Iglesias, sus portazos y desaires, los insultos y las no negociaciones con el PSOE y para colmo el voto negativo en la sesión de investidura, coincidiendo precisamente con Mariano Rajoy y su voto negativo, también han sido a mi parecer, la gota que ha desbordado sin poderse ya contener las diferencias profundas entre varios órganos de dirección de Podemos en ciudades y Comunidades Autónomas.
Evitando en una maravillosa ocasión de mandar a paseo al Gobierno de Mariano Rajoy, y enviarlo a la soledad absoluta de la oposición, Pablo Iglesias ha conseguido disgustar y mucho al sector más sensato de sus votantes, militantes y dirigentes, que si un día vieron en Podemos y su líder un aire fresco que iba a acabar con “la rancia política de la casta y con sus guerras de poder e intereses partidistas”. Ahora se sienten frustrados por las actuaciones de su líder y la ambigüedad de sus formulaciones programáticas.
Y hasta aquí ha llegado Pablo Iglesias y que nadie se extrañe. Ha sido fruto no de una operación judeo-masónica socialista. Es sencillamente el resultado de la gestión autoritaria, machista y personalista de su líder.
Hay algunos periodistas, muy respetables para mí como es el señor Iñaki Gabilondo,  que aún admitiendo que la crisis de Podemos no es fácil de determinar, ha indicado que “Podemos tiene enemigos muy poderosos, con lo cual la exageración está asegurada”.
Sin embargo aún señalando que no es convincente las razones de los dimisionarios que se han marchado diciendo que se van por razones circunscritas a Madrid y no al proyecto nacional, que puede ser verdad o mentira.
Pero es una ingenuidad creerse que ahí está todo, decía el señor Gabilondo. Y en eso coincido con este famoso y apreciado comentarista.
Según mis apreciaciones las diferencias surgidas están entre el Podemos de su inicio, con esas ansias de “barrendero de toda la reciente historia democrática de nuestro país” y los vaivenes donde no se sabe si van o vienen en la nebulosa de la indefinición política y programática en el que han venido navegando
 Y que no los ha situado, en un determinado espacio político bien definido. Es decir entre los que quieren que Podemos, no pastelee y se mantenga en las posiciones radicales de su origen, y el sector que lo que plantea es hacerse más moderado con la intención de lograr más apoyos sociales.
Esas son las diferencias de fondo, las de dos concepciones de dos partidos diferentes, y eso claro puede acabar mal. Amén de las diferencias que se derivan de los intereses personalistas de cada líder y que se suman a las razones primordiales, origen de las diferencias. Y no porque sea un partido que le falte madurez, cuando lo que le faltan son otras cosas.
No creo, sinceramente lo digo, que la crisis de Podemos sea una crisis por “falta de maduración de ese partido”. Claro que esas diferencias las tendrán que resolver las bases de esa formación.
Mientras lo que se ve, es que cuando podía haber apoyado a Pedro Sánchez en su investidura, ante todos los españoles ha quedado claro que ha votado  con la derecha rancia y carpetovetónica que representa Mariano Rajoy y el Gobierno del PP.
La verdad, es que no creo que en estos dos meses vaya a cambiar de actitud Pablo Iglesias, y tampoco creo que por sus exigencias inasumibles por irrealizables, vaya a formar parte de un Gobierno de coalición con Pedro Sánchez y vaya a ser vicepresidente del mismo. Por lo tanto la única posibilidad que le queda, es abstenerse facilitar el Gobierno de Pedro Sánchez y pasar a la oposición.

                                  11 marzo 2016.

 

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