EL
TIEMPO PASA, PASA…… Y PASA.
Y es algo que nadie en el
mundo es capaz de pararlo, ni tan siquiera de frenarlo, y que no pase tan
rápidamente como a veces quisiéramos.
El tiempo que ha
transcurrido, ha puesto de manifiesto dos aspectos que quería recordar. Por un
lado el fracaso de los intentos de Pedro Sánchez, para ser investido como
Presidente en el Congreso de los Diputados, a pesar de presentarse con el
acuerdo alcanzado entre el PSOE y Ciudadanos, que abría un periodo donde la
interinidad del Gobierno de Mariano Rajoy está siendo un factor más que ha
venido a aumentar la inestabilidad política del país.
Y por otro, el tiempo que
pasa y está pasando, evidencia que no se logra el acuerdo que haga posible un
nuevo intento de investidura que resulte exitoso.
Me da la impresión, que de
hecho, es una señal clara con la que la mayoría de los partidos trasmiten así,
de que han dado por terminado la etapa Constitucional, donde estaban emplazados
a encontrar las posibilidades de un acuerdo para la investidura de quien
lograra los apoyos necesarios para ello.
Salvo un milagro, y esos
fenómenos ya no se dan en esta época que estamos, vamos irremediablemente hacia
unas nuevas elecciones, que tendrá obligatoriamente que convocar el Rey, por
imperativo Constitucional.
Y de esta “interinidad del Gobierno” de Mariano
Rajoy, se podrán hacer comparaciones con otros casos de otros países que
tardaron más tiempo que nosotros ahora, incluso chistes y chirigotas. Pero la
verdad es que está siendo una falta de vergüenza de Mariano Rajoy y del
Gobierno que negándose a ser controlado por la Cámara de Diputados aumenta la
poca credibilidad que tienen los que han gobernado en la anterior legislatura,
y que el conflicto que han generado tenga que ser dirimido por el Tribunal
Constitucional
El propio ejercicio de la
responsabilidad del Estado, como miembro de la Unión Europea necesita de
estabilidad interna, como se está constatando ante las dificultades que hemos
visto para adoptar las decisiones en el Consejo Europeo.
Y han seguido los
problemas, para lograr un consenso en el Congreso acerca del acuerdo de la Unión Europea con
Turquía, sobre el retorno de los refugiados.
Y como sea, que los meses
transcurridos desde el 20-D han resultado inútiles para estabilizar la
situación política en España, se puede –al menos, ese es mi parecer – ir
haciéndonos la idea de lo que hemos constatado en esta etapa.
En primer lugar, el
aislamiento total y absoluto del PP., respecto a las demás fuerzas políticas
aunque el Sr. Rajoy parece que no se ha enterado y “nos amenaza con no rendirse”.
En segundo lugar, es que
pese a los intentos de Pedro Sánchez para conseguir apoyos a su candidatura
–pese a los escándalos de corrupción que afectan al PP – siguen vinculados a la
incapacidad del PSOE para lograr un
avance en la intención del voto.
En tercer lugar, es que el
tacto cuidadoso de Ciudadanos que se está forjando como partido negociador, le
está facilitando un sensible incremento del voto a sus candidaturas.
En cuarto lugar, que el rápido
declive de Podemos como consecuencia de su incapacidad para gestionar sus
contradicciones tan flagrantes, el lanzar las duras críticas devastadoras,
cuando no insultos y querer imponer duras exigencias al Partido Socialista, con
el que presumiblemente dice, querer pactar. Además de las luchas intestinas
tratadas por Pablo Iglesias al más puro estilo estalinista, que no han acabado
con los problemas internos.
Son, y constituyen todas
esas circunstancias los claros aspectos –desde mi punto de vista – de un
panorama político que asegura el clima electoralista que va a estar presente y
se va a imponer, ante la falta de perspectivas de un acuerdo de investidura.
Pero las elecciones quizá,
pese a las pérdidas que se prevén en los sondeos como el de Metroscopia, dan al
PP. este partido seguirá siendo el partido más votado, seguido del PSOE con un
ligero incremento de sus resultados del 20 D. Mientras que Ciudadanos se
beneficia ligeramente en los suyos, y las pérdidas reales ya de Podemos, vienen
a generar unas perspectivas poco halagüeñas de los resultados de las próximas
elecciones.
Si así fuera, en estas
condiciones, habría que preguntar a los partidos políticos, ¿Qué
resultados esperan alcanzar en esas
elecciones?, ya que la búsqueda de un pacto es hoy por hoy imposible, porque
todos le rehúyen.
Como he apuntado en varios
de mis artículos anteriores, tendremos
que ser los españoles que llamados a las urnas, seamos capaces de
decidir nuevamente acerca del intríngulis que tenemos en estos momentos.
Aunque en ninguno de los sondeos
que se conocen desde el 20 D, aparece la más mínima indicación de que los españoles
se están arrepintiendo de haber optado por el cuatro-partito. O hay cambios en la
orientación del voto ó volveremos a estar en las mismas. Y el tiempo pasara, pasara….y
vendrá la catástrofe de una “nueva inestabilidad
política” indeseable.
Para evitar eso, tiene que
producirse un giro copernicano de quienes sigan pensando votar al PP y a
Podemos, que sería la repera. Ahora hay
que afilar bien la puntería. Ahí está la clave de bóveda para terminar la
inestabilidad política actual, la creación de un Gobierno y empezar así a
abordar la solución a los numerosos problemas que nos ahogan a todos, a los
españoles y a España.
Porque solo así, y solo
así, podremos lograr después, un Gobierno como el que
necesita nuestro país: Estable, Reformista y Progresista.
20 marzo 2016.
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