domingo, 20 de marzo de 2016

EL TIEMPO PASA, PASA…… Y PASA.


             EL  TIEMPO  PASA, PASA…… Y  PASA.

Y es algo que nadie en el mundo es capaz de pararlo, ni tan siquiera de frenarlo, y que no pase tan rápidamente como a veces quisiéramos.
El tiempo que ha transcurrido, ha puesto de manifiesto dos aspectos que quería recordar. Por un lado el fracaso de los intentos de Pedro Sánchez, para ser investido como Presidente en el Congreso de los Diputados, a pesar de presentarse con el acuerdo alcanzado entre el PSOE y Ciudadanos, que abría un periodo donde la interinidad del Gobierno de Mariano Rajoy está siendo un factor más que ha venido a aumentar la inestabilidad política del país.
Y por otro, el tiempo que pasa y está pasando, evidencia que no se logra el acuerdo que haga posible un nuevo intento de investidura que resulte exitoso.
Me da la impresión, que de hecho, es una señal clara con la que la mayoría de los partidos trasmiten así, de que han dado por terminado la etapa Constitucional, donde estaban emplazados a encontrar las posibilidades de un acuerdo para la investidura de quien lograra los apoyos necesarios para ello.
Salvo un milagro, y esos fenómenos ya no se dan en esta época que estamos, vamos irremediablemente hacia unas nuevas elecciones, que tendrá obligatoriamente que convocar el Rey, por imperativo Constitucional.
Y de esta “interinidad del Gobierno” de Mariano Rajoy, se podrán hacer comparaciones con otros casos de otros países que tardaron más tiempo que nosotros ahora, incluso chistes y chirigotas. Pero la verdad es que está siendo una falta de vergüenza de Mariano Rajoy y del Gobierno que negándose a ser controlado por la Cámara de Diputados aumenta la poca credibilidad que tienen los que han gobernado en la anterior legislatura, y que el conflicto que han generado tenga que ser dirimido por el Tribunal Constitucional
El propio ejercicio de la responsabilidad del Estado, como miembro de la Unión Europea necesita de estabilidad interna, como se está constatando ante las dificultades que hemos visto para adoptar las decisiones en el Consejo Europeo.
Y han seguido los problemas, para lograr un consenso en el Congreso  acerca del acuerdo de la Unión Europea con Turquía, sobre el retorno de los refugiados.
Y como sea, que los meses transcurridos desde el 20-D han resultado inútiles para estabilizar la situación política en España, se puede –al menos, ese es mi parecer – ir haciéndonos la idea de lo que hemos constatado en esta etapa.
En primer lugar, el aislamiento total y absoluto del PP., respecto a las demás fuerzas políticas aunque el Sr. Rajoy parece que no se ha enterado y “nos amenaza con no rendirse”.
En segundo lugar, es que pese a los intentos de Pedro Sánchez para conseguir apoyos a su candidatura –pese a los escándalos de corrupción que afectan al PP – siguen vinculados a la incapacidad del PSOE para  lograr un avance en la intención del voto.
En tercer lugar, es que el tacto cuidadoso de Ciudadanos que se está forjando como partido negociador, le está facilitando un sensible incremento del voto a sus candidaturas. 
En cuarto lugar, que el rápido declive de Podemos como consecuencia de su incapacidad para gestionar sus contradicciones tan flagrantes, el lanzar las duras críticas devastadoras, cuando no insultos y querer imponer duras exigencias al Partido Socialista, con el que presumiblemente dice, querer pactar. Además de las luchas intestinas tratadas por Pablo Iglesias al más puro estilo estalinista, que no han acabado con los problemas internos.
Son, y constituyen todas esas circunstancias los claros aspectos –desde mi punto de vista – de un panorama político que asegura el clima electoralista que va a estar presente y se va a imponer, ante la falta de perspectivas de un acuerdo de investidura.
Pero las elecciones quizá, pese a las pérdidas que se prevén en los sondeos como el de Metroscopia, dan al PP. este partido seguirá siendo el partido más votado, seguido del PSOE con un ligero incremento de sus resultados del 20 D. Mientras que Ciudadanos se beneficia ligeramente en los suyos, y las pérdidas reales ya de Podemos, vienen a generar unas perspectivas poco halagüeñas de los resultados de las próximas elecciones.
Si así fuera, en estas condiciones, habría que preguntar a los partidos políticos, ¿Qué resultados  esperan alcanzar en esas elecciones?, ya que la búsqueda de un pacto es hoy por hoy imposible, porque todos le rehúyen.
Como he apuntado en varios de mis artículos anteriores, tendremos  que ser los españoles que llamados a las urnas, seamos capaces de decidir nuevamente acerca del intríngulis que tenemos en estos momentos.
Aunque en ninguno de los sondeos que se conocen desde el 20 D, aparece la más mínima indicación de que los españoles se están arrepintiendo de haber optado por el cuatro-partito. O hay cambios en la orientación del voto ó volveremos a estar en las mismas. Y el tiempo pasara, pasara….y vendrá la catástrofe de una “nueva inestabilidad política” indeseable.
Para evitar eso, tiene que producirse un giro copernicano de quienes sigan pensando votar al PP y a Podemos, que sería la repera. Ahora  hay que afilar bien la puntería. Ahí está la clave de bóveda para terminar la inestabilidad política actual, la creación de un Gobierno y empezar así a abordar la solución a los numerosos problemas que nos ahogan a todos, a los españoles y a España.
Porque solo así, y solo así,  podremos  lograr después, un Gobierno como el que necesita nuestro país: Estable, Reformista y Progresista.

                                  20 marzo 2016.

 

 

 

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