domingo, 17 de enero de 2016

UN MAL ESCENARIO.


         UN   MAL   ESCENARIO.

 

La hiperfragmentación de los escaños surgida de las elecciones generales del 20 D, han hecho del acto de la investidura, sea quien sea el candidato, un acto tan movedizo por lo pantanoso del escenario, donde la fijación de acuerdos es algo imposible de alcanzar.
Esas dificultades, para desgracia de este país, van a afectar al líder socialista Pedro Sánchez, porque solo podría  ser Presidente del Gobierno, si lograra alcanzar un pacto a varias bandas, con Podemos y con los independentistas catalanes.
Un acuerdo de esas características, tanto teóricamente como en la práctica, a mí sinceramente me parece imposible, aunque comprendo y comparto los intentos del líder socialista por lograrlo
Ese acuerdo solo sería posible, si a tenor de las declaraciones de Pablo Iglesias, Pedro Sánchez se viera obligado a asumir la agenda radical de Pablo Iglesias con consecuencias devastadoras para la marcha de la economía, y a impulsar una reforma de la Constitución que permita la independencia de Cataluña mediante el derecho de autodeterminación.
Y eso no va a darse por decisión firme de Pedro Sánchez y del Comité Federal del PSOE.
A mí me parece que además, caso que se diera eso, tendría un coste político muy elevado para el PSOE, que ya han manifestado sus miembros dirigentes.
Entiendo pues, que aún ni por milagro se va a realizar un pacto PSOE – Podemos. Incluso si el milagro, por milagro se alcanzase, hay que recordar que el PP que ha logrado mantener la mayoría absoluta en el Senado, no iba a permitir una Reforma de la Constitución que vulnerase principios fundamentales como la unidad de España.
A pesar de que el PSOE haya quedado el segundo partido más votado, y reconociendo los esfuerzos de Pedro Sánchez desde que es el dirigente de su partido, por lograr su investidura mediante un pacto que exigiría apoyos de difícil credibilidad, sus posibilidades para ser Presidente del Gobierno, creo que han encallado en un terreno de alianzas irrealizables.
En primer lugar porque Pablo Iglesias quiere ir a otras elecciones, convencido de que en ellas ganaría más presencia institucional. Y en segundo lugar porque su objetivo es ocupar el liderazgo de la izquierda que hoy ocupa el PSOE. En mi opinión, dos razones suficientes para no confiar en Podemos y en los “hipotéticos pactos”. Con esa organización además de su radicalismo populista que no lo hacen un socio, ni para comerse una buena paella.
Veamos las matemáticas electorales. Teniendo en cuenta el escrutinio final del 20 D. el PSOE y Podemos suman 159 escaños. Si se incorporaran a ese pacto los independentistas de ERC y Democracia y Libertad (la marca del partido del ex - presidente de la Generalitat Más) vendrían a sumar 176 escaños, justos los que representan la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados.
Pero Pablo Iglesias se comprometió con sus alianzas electorales a reconocer el “derecho a la autodeterminación” de las Comunidades Autónomas y a convocar un referéndum sobre la independencia de Cataluña, que son dos exigencias que allanarían el camino al independentismo catalán. Y que no son posibles, al menos actualmente con la Constitución en vigor.
Y para cumplir ambas concesiones, sería preciso abrir de arriba abajo la Constitución con el fin de replantear el modelo territorial del Estado. Una reforma que difícilmente lograría reunir la mayoría cualificada necesaria de tres quintos de los escaños de la Cámara. Y además cuando el PP tiene los votos suficientes para vetarla en el Senado. 
Y aunque Pedro Sánchez y el PSOE quisieran buscar otras combinaciones de Gobierno, en todas ellas necesitaría a ERC y a Democracia y Libertad ó  a ambos partidos (que fueron de la mano a las elecciones catalanas de coalición Junts pel Sí).
O sea que para reunir la mayoría absoluta, el pacto de Gobierno encabezado por Pedro Sánchez, siempre pasaría por ceder ante las pretensiones de los independentistas catalanes. A no ser que estos pospusieran para más tarde que la reforma constitucional que propone el PSOE recoja las singularidades de Cataluña.
Y si no es así, si el PSOE quisiese prescindir de Democracia y Libertad necesitaría el apoyo de Podemos (69 escaños), ERC (9 diputados), PNV (6 escaños) y los dos de Unidad Popular, la nueva marca de IU que encabezada por Alberto Garzón parece que se quiere incorporar a Compromis. Bueno un coctel de siglas de partidos ingobernables en mi modesta opinión.
Descarto de entrada que Sánchez logre el apoyo para gobernar. La cuestión del derecho de autodeterminación se interpone, y aunque no lo hiciera, la suma aún precisa del concurso improbable de otras fuerzas.
Quedan dos tipos de opciones: Algún tipo de entente con el PP, o disponerse hacia unas nuevas elecciones.
Pero para opinar sobre ambas opciones, quisiera exponer la constatación de algunas realidades
De entrada quiero reconocer que al PSOE le ha faltado claridad y constancia en explicar desde hace tiempo, sus posiciones políticas a los españoles y no me refiero a esta reciente campaña electoral sino a una larga trayectoria que va desde 1982. Porque en esa tarea, entiendo que tiene que estar el conjunto de los militantes del partido, no solamente el Secretario General. Ese alejamiento de los problemas de la calle, y la falta de vinculación con los ciudadanos, es sin lugar a dudas para mí, la causa de las pérdidas de la influencia social que ha venido perdiendo este partido en las sucesivas elecciones desde la consecución de la Democracia.
Esa falta de narrativa del PSOE, a mi modo de ver, ha generado más de un problema. Ahora es que, como ha estado con un ataque al PP durante esta legislatura por su política, presentando a este como el causante de todos los males. Y yo no quiero defender al PP porque estoy convencidísimo que su política ha estado llena de errores y que han sido una desgracia absoluta  y total para todos los españoles., quecv había que criticar
 Pero claro, siguiendo con esa dinámica, me da la impresión de que al PSOE, después de utilizar esas prácticas, no ha visto que a lo mejor en lugar de que Pedro Sánchez anunciara en la primera entrevista con Mariano Rajoy, que ni por activa ni por pasiva lo iba a apoyar en la investidura. Hubiese sido más positivo anunciar todo el conjunto de medidas que el PSOE quiere para hacer posible el Cambio que necesita España. Y que todos los españoles las conociéramos.
Que hubiera pasado con ello, pues seguramente que Rajoy no habría aceptado ninguna medida. Y Pedro Sánchez podría haber demostrado ante todo el mundo, que acordar los cambios que se necesitan no habían sido  aceptados el candidato Mariano Rajoy.
Y a lo mejor se hubiese dado las circunstancias que si se hubiera concitado en torno a tal o cual medida las posibilidades de que se realizaran.  
Bueno eso ya ha pasado, pero creo que le ha venido al PSOE como algo muy difícil el vender a sus votantes algún género de pacto con “el enemigo”.
Por otro lado ahora le sucede algo inverso. Es correcto que el PSOE defienda la unidad territorial de España, pero cuando ha estado pactando tanto tiempo con partidos secesionistas, rayando algunos la xenofobia antiespañola, en autonomías y ciudades. Ahora no sabe explicar porque la unidad territorial es importante y además progresista
Esa es la situación real. Está cerrada la posibilidad de acuerdos con el PP porque sería castigado por los electores y por otro lado por las contradicciones, no sabe explicar la negativa ante las exigencias de Podemos
Asi que tras el fracaso de Mariano Rajoy en su intento de investidura y el probable fracaso de las negociaciones para llegar a un Gobierno de izquierdas por la intransigencia de Iglesias. La conclusión a la que vamos a llegar es que, si una gran coalición seria nefasta, lo mejor y la única opción es acudir a las urnas.
Una interpretación de los resultados del 20 D es que, los españoles han votado Cambio. Claro que si vemos el variado conjunto de impotencias, también se puede interpretar que las fuerzas políticas deberían pactar.
El pacto es el verdadero cambio en España.
Y como no está escrito, ni es necesariamente cierto  que el PSOE fuese a salir destruido de un Gobierno de asociación o de coalición, todo dependería de la obra del Gobierno que se hiciera. Como tampoco es necesariamente cierto que Podemos vaya a ganar la hegemonía de la izquierda. Estas especulaciones son hoy de quienes no tienen otra cosa que hacer que intoxicar informativamente.
Ahora bien si al final vamos a las elecciones, el PSOE tiene que prepararse ya. No con las batallitas personales que nunca resuelven ningún problema ni del PSOE, ni de quienes se creen que vayan a salvar a la patria socialista siendo el nuevo Secretario General.

                                  17 enero 2016.

 

 

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