domingo, 10 de enero de 2016


         LAS  DIFICULTADES  DE  LA  GOBERNABILIDAD.


Mariano Rajoy ya ha reconocido por fin, que no suma apoyos para formar Gobierno. Este prepara al Gobierno y al PP para un largo periodo de investidura que, entre los máximos dirigentes del partido están convencidos que concluirá en unas nuevas elecciones.
La pérdida del liderazgo de Rajoy, es cada día más patente en el seno de su partido. Antes, nadie se atrevía a enfrentarse al Presidente del Gobierno de frente, pero ahora, después de los resultados logrados el 20 D, (toda una derrota, se mire por donde se mire), ya circula un documento firmado incluso por cinco ministros, pidiendo a Rajoy que se vaya, para que el PP pueda gobernar. Y parece ser que Soraya Sáez de Santamaría estaría detrás del escrito, según comentarios de fuentes del PP.
Los resultados electorales han revuelto, más si cabe las ya turbias aguas del PP. Si antes de las elecciones un sector de los populares confiaba en que los resultados de Ciudadanos, obligarían a Rajoy a irse, hoy descartada esa opción, han decidido pasar a la acción de forma más direct
Llegado a esta situación, hay que reconocer que entre muchas cosas, que han sido una desgracia para la mayoría de españoles como las políticas de “austeridad y de recortes” entre otras prácticas de su Gobierno. Tenemos que reconocer que Mariano Rajoy  quedará en la historia de nuestro país, como el primer candidato a Presidente del Gobierno  que antes de ser llamado por el Rey para que configure el Gobierno del país, de entrada, tenga que decirle al jefe del Estado, de que busque a otro político para esos menesteres, porque ya sabe que su candidatura no concita los apoyos necesarios para ser investido como Presidente del Gobierno.
Pese a esa evidencia, es obvio que se realizará la convocatoria de la sesión plenaria del Congreso de los Diputados, en donde Mariano Rajoy va a pedir los apoyos necesarios que le permitan la investidura como Presidente del Gobierno. Y como es claro y notorio, ni en el primer, ni en el segundo, ni en todos los intentos, Mariano Rajoy no va a ser investido Presidente del Gobierno
Y no le van a valer “las promesas” que va a ofrecer de cambios, ni los catastróficos vaticinios que no le faltará para advertir de los “peligros de otro Gobierno que no sea el que él presida”. Nos va a recordar aquello  de,  “O yo, ó el caos”, como el gran argumento para asustar a los españoles, pero que en definitiva solo va a recordarnos su falta de credibilidad de “sus promesas”, y por esa razón, solo va a cosechar el rechazo a su candidatura que significará el fin de su carrera política como Presidente del Gobierno, y el inicio de las dificultades del PP para seguir siendo el partido útil, para la defensa de los intereses de la derecha política y económica de nuestro país.
La gran coalición que Mariano Rajoy, según él,  ha pedido al PSOE y Ciudadanos si apoyan su vestidura, que se transformaría a cambio de acometer “las reformas que necesita España” (sin concretar) y ha dejado la puerta abierta a negociar puestos en un posible Gobierno de Coalición. Propuestas tardías que carecen de la credibilidad que Mariano Rajoy ya ha perdido, y no puede recuperar ahora por su único y exclusivo interés.  
Los días están contados para Mariano Rajoy, es cuestión de poco tiempo, en donde el PP tendrá que cambiar de dirección si quiere algún día recuperar el terreno que ha perdido durante su última legislatura.
Esas circunstancias que son ya reconocidas públicamente, si bien alejan definitivamente la posibilidad de la gran coalición PP/PSOE que reiteradamente el PSOE venia rechazando al manifestar de forma clara e irreversible su secretario general Pedro Sánchez, que no apoyaría ni por activa ni por pasiva ni a Mariano Rajoy ni a ningún miembro del PP como Presidente del Gobierno. Al mismo tiempo van a emplazar al PSOE en el intento de conseguir los apoyos parlamentarios para hacer posible un Gobierno progresista en nuestro país. Tarea complicada y difícil, dada la correlación de fuerzas en el arco parlamentario.
Cuando el 13 de enero está cada vez más cerca, y una vez despejada la incógnita de que la “Gran coalición” entre el PP y el PSOE, no va a ver posible pese a ser tan deseado por los poderes económicos y políticos de la derecha nacional y europea.
Ahora lo que aparecen como dudas en este proceso complejo de negociaciones son: Si la izquierda será capaz de alcanzar un acuerdo para que el Presidente del Congreso no sea del PP y sobre a quién van a apoyar para esta importante responsabilidad, así como la composición de la Mesa del Congreso.
Y por otro lado, si el conjunto de las fuerzas parlamentarias van a permitir a Podemos formar cuatro grupos parlamentarios distintos, como es su intención, para cumplir los pactos electorales que esta organización estableció con En Comú Podem-Cataluña, En Mareas-Galicia y Podemos - Es el Moment- Comunidad Valenciana.
 Yo estoy convencido, de que vienen días de fuerte presión aún, a favor de la gran coalición PP – PSOE – Ciudadanos, y a su vez se van a  reducir las remotas posibilidades de alcanzar una coalición progresista de izquierdas alrededor del PSOE.
Pero quiero insistir que,  la alianza o coalición entre el PP y el PSOE, tan deseada por los sectores económicos y empresariales del país, la U. Europea, etc.,  seria en caso de llevarse a cabo, un grandísimo error del PSOE, que no solo no serviría para abordar la solución de los problemas que tenemos en España, sino un paso más hacia la irrelevancia de los socialistas en la vida política del país.
Y si bien, esa situación viene a confirmar que los posibles cambios, por los que han votado los españoles solo serán posibles con el PSOE. Las dificultades para alcanzar la Presidencia del Gobierno con los apoyos parlamentarios necesarios en torno a un acuerdo progresista, con propuestas de cambios, van a tropezar e incluso a ser posiblemente inalcanzable debido a la intransigencia de Podemos y de Ciudadanos a la coalición que propone Pedro Sánchez.
A partir de ahora, van a rebrotar las maniobras y presiones contra el Secretario General socialista desgraciadamente, y al final vamos a ir, creo yo, a la convocatoria de unas nuevas elecciones.
Es verdad, que el escenario del arco parlamentario surgido de las urnas el 20 D, hacen necesario negociar. Pero negociar requiere la cesión de reivindicaciones y aspiraciones de todas las organizaciones negociadoras, y la aceptación del marco legal actual como condición “sine cuanom”, en cuyo marco se debe establecer el dialogo y lo acuerdos por todos aceptados. Porque sin ellos, nunca será posible alcanzar acuerdos válidos, ni aquí en España, ni tampoco en la China ó donde sea.  
Por eso, mientras que la dirección de Podemos siga insistiendo en el referéndum catalán como solución, y unió de los ejes del diálogo con las demás fuerzas tras el 20 D, parece improbable si no modifican esa actitud, que en estos momentos se pueda alcanzar una coalición de izquierdas y partidos separatistas para garantizar la gobernabilidad del país, siendo el PSOE y Pedro Sánchez, el que llevase la voz cantante como Presidente del Gobierno.
Es lamentable que la voz de Carlos Jiménez Villarejo, ex - diputado de Podemos y antiguo fiscal anticorrupción, que es la primera voz que desde el entorno de Podemos que da un toque de atención a Pablo Iglesias, para que este llegue a un acuerdo con el PSOE y forme parte de una coalición que permita el Gobierno de la izquierda y “evite la continuidad del PP”. No vaya a ser escuchada por Pablo Iglesias, y no sirva para corregir determinadas aspiraciones de esta organización.
 Las palabras dirigidas a P. Iglesias son bien elocuentes y sensatas:  “¡ Es necesario facilitar un Gobierno de coalición de izquierdas!. Por favor es una oportunidad histórica lo que obliga a ceder”.
“Creo honradamente que el Grupo parlamentario debe de ser único y desde luego, el referéndum catalán puede esperar, los catalanes que representáis tienen otras prioridades más urgentes.”
El propio Villarejo en declaraciones a El Plural.com, ha explicado “Debo decir estas cosas  para que se den cuenta de que no pueden torpedear la formación de un Gobierno de izquierdas, con exigencias que no son fundamentales, y que nos encontramos ante una oportunidad histórica”.
Una coalición de partidos, es el fruto siempre de la cesión mutua de las partes que se coaligan. Podemos debería cumplir con estas cesiones en la medida que tiene una presencia parlamentaria considerable, y por ello debería favorecer la formación de un Gobierno progresista. El acuerdo para lograr ese Gobierno de coalición, se bien que no es tarea fácil, no será fácil, pero es que estoy convencido que es la única alternativa en nuestra historia reciente para cambiar de verdad las cosas, solucionado cosas.
Sería un error pues, desaprovecharla y menos un partido como el PSOE que puede iniciar las transformaciones necesarias con el acuerdo de distintas fuerzas políticas del arco parlamentario. PSOE, IU, Podemos y otras fuerzas minoritarias deben de ser fundamentales para sustituir al Gobierno del PP.
Una sustitución que es indispensable para que la sociedad española pueda vivir el cambio profundo que necesitamos de políticas económicas y sociales.
Pero si llegado el momento, cuando Mariano Rajoy haya fracasado en su intento de seguir como Presidente del Gobierno y sea Pedro Sánchez el que intente concitar los apoyos de la mayoría parlamentaria para conseguir un nuevo Gobierno, y Pablo Iglesias hace caso omiso a los buenos consejos de Jiménez Villarejo, y mantiene sus  exigencias de un Referéndum en Cataluña y entre otras, la constitución de cuatro grupos en el Congreso de los Diputados de sus coaligados electorales. Quien va a permitir, de que al final sea el Presidente Mariano Rajoy, y quedará claro ante todos los españoles va a ser Pablo Iglesias y Podemos.
Claro que si lo que persigue este líder emergente es que se vuelvan a convocar nuevas elecciones, porque ya ha dicho en ocasiones que así verían aumentados sus resultados. Mejor que lo diga claro, y no entorpezca la construcción de un Gobierno progresista que solo es posible entorno al PSOE y Pedro Sánchez
Pero si el único objetivo de Pablo Iglesias es ocupar el espacio institucional del PSOE y llegar a ser inquilino de La Moncloa,  también tendría que decirlo claro, para que nadie se llame a engaño.
Porque uno, sin querer ser mal pensado, cuando constata que el PP hace pinza con Podemos en Extremadura y tumba los presupuestos del Gobierno del PSOE.
Y veo que Pablo Iglesias es un personaje muy mentiroso porque dice que hay dos PSOE y que uno apoya al PP. Y entre los que dice que apoyan al PP, son Susana Díaz que Gobierna con Ciudadanos, mientras que es Podemos quién vota con el PP en Andalucía.
Y que Fernández Vara, que gobierna con  la abstención de Podemos, pero es este Podemos quién vota con el PP y tumba el presupuesto. 
Y que Javier Fernández que gobierna en Asturias con el apoyo de IU, es Podemos quién vota con el PP y tumba los presupuestos.
Y que García Page que gobierna Castilla –la Mancha  con el voto de Podemos, pero es esta formación la que vota con el PP para tumbar los presupuestos.
Y como la realidad del comportamiento de Podemos es la que es. Que todos los que acusa de estar con el PP, ninguno gobierna con el PP, y que son todos los que han quedado delante de Podemos.
A uno no le queda más remedio de decir con rotunda claridad: Creo que Pablo Iglesias  no es de fiar.

                                   10 enero 2016

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