LAS DIFICULTADES
DE LA GOBERNABILIDAD.
Mariano Rajoy ya ha
reconocido por fin, que no suma apoyos para formar Gobierno. Este prepara al
Gobierno y al PP para un largo periodo de investidura que, entre los máximos
dirigentes del partido están convencidos que concluirá en unas nuevas
elecciones.
La pérdida del liderazgo
de Rajoy, es cada día más patente en el seno de su partido. Antes, nadie se
atrevía a enfrentarse al Presidente del Gobierno de frente, pero ahora, después
de los resultados logrados el 20 D, (toda una derrota, se mire por donde se
mire), ya circula un documento firmado incluso por cinco ministros, pidiendo a
Rajoy que se vaya, para que el PP pueda gobernar. Y parece ser que Soraya Sáez
de Santamaría estaría detrás del escrito, según comentarios de fuentes del PP.
Los resultados electorales
han revuelto, más si cabe las ya turbias aguas del PP. Si antes de las
elecciones un sector de los populares confiaba en que los resultados de
Ciudadanos, obligarían a Rajoy a irse, hoy descartada esa opción, han decidido
pasar a la acción de forma más direct
Llegado a esta situación,
hay que reconocer que entre muchas cosas, que han sido una desgracia para la
mayoría de españoles como las políticas de “austeridad y de recortes” entre
otras prácticas de su Gobierno. Tenemos que reconocer que Mariano Rajoy quedará en la historia de nuestro país, como
el primer candidato a Presidente del Gobierno que antes de ser llamado por el Rey para que configure
el Gobierno del país, de entrada, tenga que decirle al jefe del Estado, de que
busque a otro político para esos menesteres, porque ya sabe que su candidatura
no concita los apoyos necesarios para ser investido como Presidente del
Gobierno.
Pese a esa evidencia, es
obvio que se realizará la convocatoria de la sesión plenaria del Congreso de
los Diputados, en donde Mariano Rajoy va a pedir los apoyos necesarios que le
permitan la investidura como Presidente del Gobierno. Y como es claro y
notorio, ni en el primer, ni en el segundo, ni en todos los intentos, Mariano
Rajoy no va a ser investido Presidente del Gobierno
Y no le van a valer “las
promesas” que va a ofrecer de cambios, ni los catastróficos vaticinios que no
le faltará para advertir de los “peligros de otro Gobierno que no sea el que él
presida”. Nos va a recordar aquello de, “O yo, ó el caos”, como el gran argumento para
asustar a los españoles, pero que en definitiva solo va a recordarnos su falta
de credibilidad de “sus promesas”, y por esa razón, solo va a cosechar el
rechazo a su candidatura que significará el fin de su carrera política como Presidente
del Gobierno, y el inicio de las dificultades del PP para seguir siendo el
partido útil, para la defensa de los intereses de la derecha política y
económica de nuestro país.
La gran coalición que
Mariano Rajoy, según él, ha pedido al
PSOE y Ciudadanos si apoyan su vestidura, que se transformaría a cambio de
acometer “las reformas que necesita España” (sin concretar) y ha dejado la
puerta abierta a negociar puestos en un posible Gobierno de Coalición.
Propuestas tardías que carecen de la credibilidad que Mariano Rajoy ya ha
perdido, y no puede recuperar ahora por su único y exclusivo interés.
Los días están contados
para Mariano Rajoy, es cuestión de poco tiempo, en donde el PP tendrá que cambiar
de dirección si quiere algún día recuperar el terreno que ha perdido durante su
última legislatura.
Esas circunstancias que
son ya reconocidas públicamente, si bien alejan definitivamente la posibilidad
de la gran coalición PP/PSOE que reiteradamente el PSOE venia rechazando al
manifestar de forma clara e irreversible su secretario general Pedro Sánchez,
que no apoyaría ni por activa ni por pasiva ni a Mariano Rajoy ni a ningún
miembro del PP como Presidente del Gobierno. Al mismo tiempo van a emplazar al
PSOE en el intento de conseguir los apoyos parlamentarios para hacer posible un
Gobierno progresista en nuestro país. Tarea complicada y difícil, dada la
correlación de fuerzas en el arco parlamentario.
Cuando el 13 de enero está
cada vez más cerca, y una vez despejada la incógnita de que la “Gran coalición”
entre el PP y el PSOE, no va a ver posible pese a ser tan deseado por los
poderes económicos y políticos de la derecha nacional y europea.
Ahora lo que aparecen como
dudas en este proceso complejo de negociaciones son: Si la izquierda será capaz
de alcanzar un acuerdo para que el Presidente del Congreso no sea del PP y
sobre a quién van a apoyar para esta importante responsabilidad, así como la
composición de la Mesa del Congreso.
Y por otro lado, si el
conjunto de las fuerzas parlamentarias van a permitir a Podemos formar cuatro
grupos parlamentarios distintos, como es su intención, para cumplir los pactos
electorales que esta organización estableció con En Comú Podem-Cataluña, En
Mareas-Galicia y Podemos - Es el Moment- Comunidad Valenciana.
Yo estoy convencido, de que vienen días de
fuerte presión aún, a favor de la gran coalición PP – PSOE – Ciudadanos, y a su
vez se van a reducir las remotas
posibilidades de alcanzar una coalición progresista de izquierdas alrededor del
PSOE.
Pero quiero insistir que, la alianza o coalición entre el PP y el PSOE,
tan deseada por los sectores económicos y empresariales del país, la U.
Europea, etc., seria en caso de llevarse
a cabo, un grandísimo error del PSOE, que no solo no serviría para abordar la
solución de los problemas que tenemos en España, sino un paso más hacia la
irrelevancia de los socialistas en la vida política del país.
Y si bien, esa situación
viene a confirmar que los posibles cambios, por los que han votado los
españoles solo serán posibles con el PSOE. Las dificultades para alcanzar la
Presidencia del Gobierno con los apoyos parlamentarios necesarios en torno a un
acuerdo progresista, con propuestas de cambios, van a tropezar e incluso a ser posiblemente
inalcanzable debido a la intransigencia de Podemos y de Ciudadanos a la
coalición que propone Pedro Sánchez.
A partir de ahora, van a
rebrotar las maniobras y presiones contra el Secretario General socialista
desgraciadamente, y al final vamos a ir, creo yo, a la convocatoria de unas
nuevas elecciones.
Es verdad, que el
escenario del arco parlamentario surgido de las urnas el 20 D, hacen necesario
negociar. Pero negociar requiere la cesión de reivindicaciones y aspiraciones
de todas las organizaciones negociadoras, y la aceptación del marco legal
actual como condición “sine cuanom”, en cuyo marco se debe establecer el
dialogo y lo acuerdos por todos aceptados. Porque sin ellos, nunca será posible
alcanzar acuerdos válidos, ni aquí en España, ni tampoco en la China ó donde
sea.
Por eso, mientras que la
dirección de Podemos siga insistiendo en el referéndum catalán como solución, y
unió de los ejes del diálogo con las demás fuerzas tras el 20 D, parece
improbable si no modifican esa actitud, que en estos momentos se pueda alcanzar
una coalición de izquierdas y partidos separatistas para garantizar la
gobernabilidad del país, siendo el PSOE y Pedro Sánchez, el que llevase la voz
cantante como Presidente del Gobierno.
Es lamentable que la voz de
Carlos Jiménez Villarejo, ex - diputado de Podemos y antiguo fiscal
anticorrupción, que es la primera voz que desde el entorno de Podemos que da un
toque de atención a Pablo Iglesias, para que este llegue a un acuerdo con el
PSOE y forme parte de una coalición que permita el Gobierno de la izquierda y
“evite la continuidad del PP”. No vaya a ser escuchada por Pablo Iglesias, y no
sirva para corregir determinadas aspiraciones de esta organización.
Las palabras dirigidas a P. Iglesias son bien
elocuentes y sensatas: “¡ Es necesario facilitar un Gobierno de
coalición de izquierdas!. Por favor es una oportunidad histórica lo que obliga
a ceder”.
“Creo
honradamente que el Grupo parlamentario debe de ser único y desde luego, el
referéndum catalán puede esperar, los catalanes que representáis tienen otras
prioridades más urgentes.”
El propio Villarejo en
declaraciones a El Plural.com, ha explicado “Debo decir estas cosas para que
se den cuenta de que no pueden torpedear la formación de un Gobierno de
izquierdas, con exigencias que no son fundamentales, y que nos encontramos ante
una oportunidad histórica”.
Una coalición de partidos,
es el fruto siempre de la cesión mutua de las partes que se coaligan. Podemos
debería cumplir con estas cesiones en la medida que tiene una presencia
parlamentaria considerable, y por ello debería favorecer la formación de un
Gobierno progresista. El acuerdo para lograr ese Gobierno de coalición, se bien
que no es tarea fácil, no será fácil, pero es que estoy convencido que es la única
alternativa en nuestra historia reciente para cambiar de verdad las cosas,
solucionado cosas.
Sería un error pues,
desaprovecharla y menos un partido como el PSOE que puede iniciar las
transformaciones necesarias con el acuerdo de distintas fuerzas políticas del
arco parlamentario. PSOE, IU, Podemos y otras fuerzas minoritarias deben de ser
fundamentales para sustituir al Gobierno del PP.
Una sustitución que es
indispensable para que la sociedad española pueda vivir el cambio profundo que
necesitamos de políticas económicas y sociales.
Pero si llegado el
momento, cuando Mariano Rajoy haya fracasado en su intento de seguir como
Presidente del Gobierno y sea Pedro Sánchez el que intente concitar los apoyos
de la mayoría parlamentaria para conseguir un nuevo Gobierno, y Pablo Iglesias
hace caso omiso a los buenos consejos de Jiménez Villarejo, y mantiene sus exigencias de un Referéndum en Cataluña y
entre otras, la constitución de cuatro grupos en el Congreso de los Diputados
de sus coaligados electorales. Quien va a permitir, de que al final sea el
Presidente Mariano Rajoy, y quedará claro ante todos los españoles va a ser
Pablo Iglesias y Podemos.
Claro que si lo que
persigue este líder emergente es que se vuelvan a convocar nuevas elecciones,
porque ya ha dicho en ocasiones que así verían aumentados sus resultados. Mejor
que lo diga claro, y no entorpezca la construcción de un Gobierno progresista
que solo es posible entorno al PSOE y Pedro Sánchez
Pero si el único objetivo
de Pablo Iglesias es ocupar el espacio institucional del PSOE y llegar a ser
inquilino de La Moncloa, también tendría
que decirlo claro, para que nadie se llame a engaño.
Porque uno, sin querer ser
mal pensado, cuando constata que el PP hace pinza con Podemos en Extremadura y
tumba los presupuestos del Gobierno del PSOE.
Y veo que Pablo Iglesias
es un personaje muy mentiroso porque dice que hay dos PSOE y que uno apoya al
PP. Y entre los que dice que apoyan al PP, son Susana Díaz que Gobierna con
Ciudadanos, mientras que es Podemos quién vota con el PP en Andalucía.
Y que Fernández Vara, que
gobierna con la abstención de Podemos,
pero es este Podemos quién vota con el PP y tumba el presupuesto.
Y que Javier Fernández que
gobierna en Asturias con el apoyo de IU, es Podemos quién vota con el PP y tumba
los presupuestos.
Y que García Page que gobierna
Castilla –la Mancha con el voto de Podemos,
pero es esta formación la que vota con el PP para tumbar los presupuestos.
Y como la realidad del comportamiento
de Podemos es la que es. Que todos los que acusa de estar con el PP, ninguno gobierna
con el PP, y que son todos los que han quedado delante de Podemos.
A uno no le queda más remedio
de decir con rotunda claridad: Creo que Pablo Iglesias no es de fiar.
10 enero 2016
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