EL PSOE: FRENTE
A LAS NUEVAS
ELECCIONES.
La convocatoria y
realización de unas nuevas elecciones que presumiblemente se verificaran el
26-J. va a exigir del PSOE una campaña basada en una estrategia electoral, que
no sea la repetición de los aspectos que caracterizaron la anterior campaña, ni
la de sus intentos de alcanzar la investidura de Pedro Sánchez como Presidente
del Gobierno.
Repetir eso que es agua
pasada, no va servir para que el PSOE gane esta vez la mayoría para poder
acabar con el Gobierno de Mariano Rajoy y poder formar un Gobierno progresista
y reformista con Pedro Sánchez como Presidente.
Y advierto de este riesgo,
que supone que cada partido siga en su campaña tomando como eje central “la acusación al PSOE de su culpabilidad
por la repetición de las elecciones” y a esa estrategia se vaya a sumar el
PSOE. Porque es una estrategia doblemente equivocada, por ser mentira, y porque
va a cansar a los electores con la misma historia de estos últimos cuatro meses
desde el 20–D, de desencuentros, descalificaciones y fracaso de los intentos de
investidura, que solo pueden provocar una mayor abstención a la hora de votar.
Y es que los españoles
afrontamos estas nuevas elecciones, con una sensación de cansancio derivada del
infructuoso proceso de negociaciones entre los partidos, así como de los que no
se movieron ni un pelo, como Mariano Rajoy después de los comicios del 20-D.
Si ahora los socialistas,
quieren recuperar el próximo 26-J en la repetición de las elecciones, los
millones de votos perdidos desde el 2010, tienen que reencontrar el espacio
perdido para volver a ser el reflejo de España, como lo fueron en sus mejores
tiempos.
Y como los resultados del
26-J no están escritos en ningún sitio, aunque los sondeos hoy digan una cosa y
mañana la contraria. Con estos dos meses por delante y la experiencia de estos
cuatro últimos, a mi me parece que los españoles hemos aprendido a distinguir
entre quien se negó a la propuesta de Felipe VI de ser investido Presidente
como hizo Mariano Rajoy, y quien asumió esa tarea frente a todos los riesgos de
no lograrlo, como hizo Pedro Sánchez.
Ahora con los mismos
personajes, como candidatos a la Moncloa que fracasaron en la tarea de
constituir Gobierno. Los partidos políticos van a pretender que los electores depositen
en las urnas el 26-J unos resultados diferentes a los obtenidos el 20-D.
A mí, sin embargo me
parece que a la vista del clima general que se palpa en la calle, estamos ante
la paradoja de que una amplia mayoría de españoles sigue siendo partidaria del
pluralismo y no del bipartidismo, pero a su vez tampoco les gustan los
resultados prácticos de cara a la gobernabilidad
Sin embargo, no es menos
cierto que no ha desaparecido ningún problema de los que tenemos, si acaso se
han agravado con el paso del tiempo.
Un repaso a los problemas
más acuciantes son: La convalecencia económica, la crisis internacional, la
marginación de ciertas capas sociales, la precariedad en el empleo, la
indefinición de un modelo de crecimiento basado
en la innovación, el peso internacional de España. Todo continua igual ó
peor. A la espera de la decisión de los votantes y de una administración más
inteligente de los resultados electorales.
Porque si no fuese así, el
problema de la Gobernabilidad volvería a ser el problema, que nos ha hecho
volver a realizar unas nuevas elecciones.
Y ante esta campaña
electoral, que va a ser tan importante como decisiva, hay que afinar la
puntería para que los partidos no den la imagen y el tono agresivo que sería
apostar por el fracaso. Hay que medir bien la estrategia de cada cual, y
dedicarse en lo fundamental a llamar a los absentistas, a votar el 26-J.
Para esa tarea de la nueva
campaña electoral, - en mi opinión -, el PSOE debería tomar buena nota de lo
que necesita. En primer lugar, necesita rearmarse ideológicamente en todo el
conjunto de la organización, escuchar las demandas de los ciudadanos como
hacían los indios con la oreja bien pegada en tierra, - que no es hacer el
indio - pegada a los problemas reales de los ciudadanos, presentar un proyecto
económico y social creíble y por supuesto ganador, y hacer una campaña desde
¡YA! centrada en recuperar sus electores.
Y como tarea prioritaria,
el PSOE tiene que lograr enterrar definitivamente los defectos, lo que no sirve para nada, de una vez y para siempre, desterrar las
luchas internas y las declaraciones de los “mal
llamados barones”, fuera de los órganos de dirección que dan una imagen de
división y de intereses personales que en nada favorecen al partido. El PSOE
tiene que acabar con la división interna, y presentarse como un partido unido y
con vocación de Gobierno.
No digo una de Perogrullo,
si señalo como lo más importante para el PSOE, el reencontrar su espacio
ideológico en el centro izquierda, en la socialdemocracia, capaz de entenderse
con un amplio espectro de fuerzas pero sin dejarse confundir por los cantos de
sirena de una “falsa izquierda”, un
populismo en realidad que solo pretende destruirlo para liquidar la opción de
izquierda reformista y viable que el PSOE ha representado siempre.
Y con esos aspectos en la hoja de ruta de la
Campaña Electoral del PSOE, hay que empezar la tarea de dinamizar al conjunto
del partido desde la Dirección Ejecutiva, el Comité Nacional, y todos los
órganos y agrupaciones socialistas en una clara acción política en defensa de
las propuestas políticas económicas y sociales del partido socialista. Para
lograr la mayoría necesaria para efectuar – esta vez sí – el cambio del
Gobierno de Mariano Rajoy, por el de Pedro Sánchez como Presidente de ese nuevo
Gobierno.
Y en la búsqueda de ese
espacio, tampoco confundirse con lo que cada partido es. Que Ciudadanos sea de,
derechas, no es el problema. El problema, es el no explicar suficientemente que
en estos momentos, la derecha tradicional
como es el PP hace aguas por babor y estribor. Y que haya surgido en gran
medida distanciándose del PP. Ciudadanos, es la expresión de una gran crisis de
la Derecha de este país. Y el no saber explicar y aprovechar como lo ha hecho
Pedro Sánchez esas contradicciones, hubiese demostrado una gran torpeza
política que hubiera extrañado a muchos, porque es de inteligentes que se haya
aprovechado estas circunstancias para alcanzar el acuerdo PSOE – Ciudadanos. Y
de inteligencia y talla política, Pedro Sánchez ha demostrado tener suficiente.
Es verdad, que la crisis
económica global ha hecho un daño enorme a la socialdemocracia europea, que no
ha sabido manejar las políticas de austeridad exigidas en la UE y ha asistido dubitativa,
al aumento de la desigualdad y a la reducción del Estado de Bienestar. En tan
solo 10 años, los partidos socialdemócratas europeos han perdido el 25% de sus
votos; pero en España ha sido hasta el 50% de los mismos
Esta pérdida de capital
electoral del centro izquierda, ha reducido el espacio natural de los partidos
socialistas, que han visto como perdían votos por el centro y por la izquierda,
sin saber ofrecer una alternativa que sedujese a sus más fieles electores.
España es el más claro
reflejo de esa tendencia hoy, por la dura competencia de los partidos
emergentes Podemos y Ciudadanos. Y aunque haya sido la crisis la que ha traído
a la socialdemocracia a una encrucijada, ahora tras el fracaso para formar
Gobierno, y donde se inicia una nueva etapa electoral, el PSOE tiene una nueva
oportunidad de remontar el vuelo ó por el contrario sufrir “el sorpasso” de quienes como Podemos e IU, se preparan para eso
únicamente, acabar con la hegemonía del PSOE en la izquierda.
Así de claro hay que
tenerlo, para afrontar con ideas y propuestas claras el programa electoral del
PSOE, no con eslóganes. Hay que explicar a los ciudadanos cuales son las
diferencias entre las propuestas del PSOE y las de otros partidos, especialmente
de Podemos.
Y además de demostrar
porque hay que echar a Rajoy de la Moncloa, hay que razonar muy bien ¿para qué? Yo estoy convencido que solo
con esas actitudes, que se enseñe el claro proyecto para España se hará posible
que votantes y militantes recuperen la confianza en el PSOE.
Y hay que dedicar la gran
parte de su campaña electoral, ha marcar las diferencias entre los partidos.
Porque ahora no se trata de convencer a Pablo Iglesias para formar Gobierno.
A lo que hay que
dedicarse, es a convencer a sus electores a los que lo son y a los que lo
fueron, de que el PSOE trata de ganar la hegemonía, no solo de la izquierda
sino del conjunto del país. Porque el PSOE puede gobernar y que sabe hacerlo, y
por ello quiere el legitimo apoyo mayoritario del electorado que quiere un
Gobierno de cambio, de progreso y reformista para España.
En esta etapa, más aún en
la presente situación de incertidumbre y polarización. Lo que intentó el PSOE
durante las negociaciones, es poner de acuerdo a sus propios herederos, Podemos
y Ciudadanos, que no solo están profundamente enfrentados entre ellos en los ejes
fundamentales de redistribución y apertura de mercados, sino que además no
tienen muchos incentivos para llegar a un acuerdo, porque lo que esperan es
poder en estas elecciones del 26-J seguir
robando apoyos al viejo socialismo.
Esta situación compleja,
no lo es pasajera, y que no se resolverá con un pacto ó con unas nuevas
elecciones. La fragmentación parlamentaria actual, refleja una división real de
posiciones entre los votantes.
Mientras que el PSOE
dudaba hacia dónde dirigirse, una parte de su base se desperdigó en dos
direcciones distintas. ¿Ahora qué
espacio queda? De momento, el de
aquellos que en el pasado salieron ganando con sus políticas, como es el caso
de Podemos y ahora tienen demasiado que perder, como para moverse hacia un
equilibrio distinto.
El nuevo equilibrio
político está lejos de consolidarse si hacemos caso a los resultados de
encuestas, sondeos y debates internos en los partidos.
Pero en definitiva, quien
va a ser dueño del futuro, será quien sea capaz de comprender la complejidad y
de construir soluciones sobre ella. La socialdemocracia española como la
europea, nació y creció gracias a una tenaz búsqueda del equilibrio, a la
ruptura de la polarización. Y es por lo tanto la que en mejores condiciones se
encuentra, para lograrlo.
Ahora nos queda al menos
una posición alternativa por explorar dentro de la esfera progresista: La de
una plataforma que proponga abrir el país social y económicamente, y al mismo
tiempo construir un sistema redistributivo más robusto y generoso, dedicado a quienes han estado perdiendo y pueden
perder aún más.
Y ese debe de ser a mi
juicio la “hoja de ruta del PSOE”,
desde ¡YA!
1º de Mayo 2016.
FIESTA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES
Ademas de un programa creíble tiene que ser posible, pero mucho me temo que la campaña electoral sera mas un quien ha tenido la culpa de no formar gobierno que otra cosa y pesaran mas estos cuatro meses que los cuatro años de recortes del PP. Conclusión un programa creíble y posible desde la izquierda social-demócrata pero recordando ha los votantes con un ideario entre los militantes de los recortes y desarreglos económicos y sociales.
ResponderEliminarUno de manchelerria
Pues sí , de eso se trata amigo,. Pero veremos que sale de esto. Ayer vi un comentario de un socialista que ya vaticinaba una situación similar después del 26 -J. Asi que según este buen "politólogo" habría que ir a las terceras elecciones. ¡Que lucidez" Y no se lo ocurre decir otra cosa. Asi que veremos.
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