Las encuestas que nos
vienen ofreciendo los resultados de cada partido por la intención del voto
ciudadano, si bien no nos ofrecen de forma impecable la realidad resultante de
los comicios que vamos a verificar, de ellos no podemos ignorar, pues sería
torpe el hacerlo, que esos mismos imprecisos datos, nos ofrecen ya una realidad
incontestable: Vamos directamente después de los comicios municipales y
autonómicos, a la necesidad de pactos para hacer posibles los gobiernos tanto
en la mayoría de los 8,000 ayuntamientos y en las 17 Comunidades Autónomas
existentes en nuestro país.
Los resultados en Andalucía,
no se pueden valorar solamente por la victoria de Susana Díaz y el PSOE, hay
hechos como la constitución de la mesa de la Junta y lo va a ser la elección a
la Presidencia de la Junta, que nos van a demostrar sin embargo, que no va a
ser tan fácil, como todo eso, la constitución de los pactos de Gobierno entre las diversas y tan contradictorias y enfrentadas fuerzas políticas presentes en el Parlamento
andaluz.
Y la verdad es que, aunque
hoy solo se hable en los medios, de las posibles alianzas de unos partidos con
otros y viceversa, cada partido a su vez, aunque no lo quieran reconocer, temen
profundamente avanzar con quien y con qué contenidos van a establecer los
pactos de Gobierno en los municipios y en cada una de la Comunidades autónomas.
Porque cada pacto, puede y
lo va a hacer, pasar factura a cada partido en la última elección de noviembre,
en función de con quien se pacte y los contenidos para poder gobernar en las
instituciones municipales y autonómicas.
Y aunque cada partido, hoy
quiera mantenerse fiel a sus principios, los necesarios acuerdos para gobernar
van a situar a cada uno en espacios de confrontación ideológica y programática,
donde los principios y concesiones van a tener que jugar un papel muy
importante para que cada fuerza pueda aceptar el acuerdo pertinente con los
presumibles aliados para gobernar.
¿Qué tienen en común?, y como
pueden formar Gobierno en una Comunidad Autónoma, el PP, Podemos y Ciudadanos,
por poner un ejemplo estos tres partidos que de una forma u otra pueden verse
obligados a aliarse en su obsesión de impedir que el PSOE pueda gobernar en
grandes ciudades y C. Autónomas como Madrid, Valencia y otras.
Los nuevos partidos como
Podemos y Ciudadanos, lo tienen muy difícil, porque cualquiera de los dos puede
pactar en Madrid, con Esperanza Aguirre, y
a su vez en Andalucía con Susana Díaz, por poner dos ejemplo posibles lo
que nos demostraría un hecho que hay que empezar a digerir a pesar de lo
contradictorio, y es que el pluripartidismo a los niveles que se está
manifestando en nuestro país, no es lo mejor para la Democracia.
El pluripartidismo que se
está configurando en nuestro país, va a tener sus pros y sus contras, los
numerosos partidos así como las agrupaciones “instrumentales” y conjuntos
improvisados de ciudadanos que en cada pueblo toman un nombre y no tienen
ninguna organización ni programa serio de ningún tipo, no van a ser como la
azúcar en los pasteles, cuando más azúcar más dulce. La democracia necesita de
otros requisitos que no son precisamente la creación de más partidos. El
pluripartidismo no es el requisito para mejorar la democracia.
Es cierto que vivimos una
época donde los partidos políticos tradicionales, atraviesan en Europa un
momento complicado, por un lado ven disminuir el apoyo electoral que gozaron
antaño, y ven reducir esa influencia social con la pérdida de votos en las
elecciones recientes. Tanto los partidos de derecha como los de izquierda de
inspiración socialdemócrata, mientras que al contrario crecen y proliferan los
partidos ultras, xenófobos, racistas y neo-nazis en varios países del viejo
continente.
En España, el PSOE y otros
partidos y formaciones, no son ajenos a ese fenómeno social generalizado en
Europa. Las rigideces que han ido acumulando a lo largo de los años, les ha
mermado su capacidad de adaptación a los nuevos tiempos.
Hoy en día sería difícil
encontrar partidos políticos cuyo funcionamiento interior sea impecablemente
democrático. En una mayor o menor medida, los aparatos de los partidos
controlan la vida y el funcionamiento de estos, y en los del centro derecha, el
funcionamiento interno suele reducirse al movimiento dentro de los aparatos, no
habiendo fuera de estos más que simples seguidores políticamente pasivos.
Con estas condiciones, la
crítica de los sistemas democráticos tienen muchos flancos en donde ejercerse,
máxime cuando se viven profundas crisis que originan el malestar ciudadano por
el empeoramiento de las condiciones de vida.
La democracia todavía
necesita mejoras, desarrollos, avances, profundizaciones, también en materia
económica, de propiedad, de igualdad real, y que tienen que constituir un plan
de futuro para la acción de la izquierda y las fuerzas de progreso.
Pero
si cierta crítica del funcionamiento de los partidos actuales y de las
instituciones suele estar justificada, hay que afirmar con rotundidad, que no
puede haber democracia política sin la existencia de partidos que reflejen los
intereses y los ideales de los diversos sectores de la ciudadanía, y sin la
confrontación política libre entre ellos.
Hay que lograr que los
partidos funcionen con más democracia interna, con más transparencia pública,
para tener la seguridad de que responden a las aspiraciones de sus afiliados y
que sean impermeables a la corrupción, se deberá exigir también la
desburocratización de las instituciones democráticas.
Pero
la condena global del sistema de partidos, conduce siempre a la dictadura de un
grupo social, o de un salvador, a la arbitrariedad abierta y a la tiranía.
De ahí pues, que la
actitud de Podemos y las ansias de poder de su líder Pablo Iglesias cuando
afirma que ha nacido para gobernar, con su obsesión de barrer todo el régimen
de la Transición, y la “Casta” y fundamentalmente al PSOE ya están encontrando en su seno las denuncias
de los círculos por el autoritarismo de estos dirigentes fundadores de esta
formación, así como una participación de los inscritos y de los electores más reducida de lo que
esperaban como han sido las elecciones andaluzas . Y es que, si no tienen ni la
organización, ni el programa necesario para mejorar la Democracia en nuestro
país ni para solucionar los problemas del desempleo, la desigualdad y otros
fruto de la crisis y el tratamiento neoliberal del Gobierno del Sr. Rajoy, cada
día que pase, el soufflé Podemos va a disminuir progresivamente.
Sin lugar a dudas los
partidos, y en mi opinión de forma especial el PSOE que ha sido y es un partido
de izquierdas y de Gobierno que ha perdido cierta funcionalidad y calidad en su
acción política y su representatividad necesita recuperar actualizando su
programa, la democratización del funcionamiento interno del partido y las relaciones
con la ciudadanía y sus problemas. El
actual impulso de la nueva dirección con su Secretario General Pedro Sánchez,
están en mi opinión llevando a cabo las transformaciones que se deben realizar
para recuperar los apoyos sociales suficientes para poder Gobernar el
país.
Igualmente las reflexiones
en el seno de IU deberían recuperar la imagen de una fuerza de izquierda cuya
controversia política con otros partidos de izquierda como es el PSOE este
exenta de descalificaciones inadmisibles en una fuerza de izquierda.
Cada partido, según con el
partido o los partidos con quien pacte tras los resultados del 24-M, va a estar
condicionando sus resultados en las elecciones Generales de noviembre.
De todas formas ese
pluri-partidismo, yo espero que haga posible que los que hasta hoy, han estado
empeñados en atribuir las falsas y equivocas identificaciones PP = PSOE,
abandonen ese torpe mantra y empiecen a examinar la realidad económica y
política en nuestro país, de otra forma, para hacer posible la concreción de un
proyecto alternativo a la sociedad neo-liberal que nos han construido el FMI,
BCE y la U. Europea con la complicidad del Gobierno del PP.
Si los tiempos que se
avecinan, aconsejan abandonar las críticas al bipartidismo, porque vamos hacían
un tri o un cuatri - partidismo, contradictorio, no parecerá tampoco adecuado
que esos revolucionarios de Facebook, sigan con sus insultos como instrumento
de sus argumentos.
En las opciones de pactos
posibles no se van a encontrar los de los viejos partidos entre sí, PP y PSOE,,
pero tampoco entre los nuevos partidos Podemos y Ciudadano. Si se quiere
gobernar con cada uno de los partidos mayoritarios PP o PSOE, las alianzas que
vamos a ver van a ser entre un gran
partido el PSOE ó el PP con alguno de
los nuevos Podemos o Ciudadanos. Siempre se van a dar las alianzas, las que
haga el PP con los socios que lo quieran ser, para seguir con la misma política
e impedir que el PSOE gobierne, y al contrario si este partido necesitara alguna
otra fuerza para gobernar, será sin ninguna duda para ir transformando nuestro
país.
La opción de los que vamos
a votar el 24 de mayo, va a ser decisiva para cambiar a algunos políticos, pero
también para que cambiemos las políticas. Dos cosas distintas, pero
absolutamente necesarias las dos.
César Llorca Tello.
18 abril 2015
En todo caso tirar al PP de los Gobiernos tendrá que ser con el PSOE
ResponderEliminarEl pozuniego
Por supuesto. Pero las combinaciones que se pueden dar van a tener sus problemas. Gracias por leerme Manchelarria.
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