Porque el problema
político, - quiero recordarlo – “No es
otro que el empeño de separar a Cataluña de España”. Y por eso ya se
tomaron las medidas judiciales, para intentar que el “Golpe de Estado se perpetrase inmunemente”. Y ese empeño, el de la obsesión separatista,
no ha desaparecido, ni tan siquiera disipado en el actual Govern que preside
Quim Torra.
Desde mi total
convencimiento, de que la reunión entre ambos Presidentes era necesaria
llevarla a cabo, a ese convencimiento se unen mis fundadas dudas de que las
necesarias relaciones entre ambos Gobiernos y las reuniones que se puedan
producir, “Vayan a resolver
políticamente, el problema político”.
El resumen de este
encuentro que realizo la Vice-Presidenta del Gobierno, nos muestra que Qim
Torra, se había despachado a gusto acerca de lo que ya había anunciado “Referéndum, autodeterminación,
independencia y República”. Pero también
es verdad que las respuestas no han
sido satisfactorias para Quim Torra, porque con la Constitución en la mano, no
es posible, por ilegal los objetivos del Govern de Cataluña.
Y eso también era
suficientemente conocido por Qim Torra. De ahí pues que los resultados acerca
de la reactivación de la Comisión Bilateral Estado-Generalitat, y la reunión
entre vice-Presidentes que no deja de ser una relación de Gobierno a Govern y
situar el problema catalán en el plano político, parece razonable de entrada.
Sin embargo, que al salir
de la reunión, Quim Torra declarase en la radio pública catalana, la frase que
le dijo al Presidente Pedro Sánchez: “Le
explique a Sánchez, que tengo 55 años, que mis hijos son muy mayores y que no
tengo nada que perder”. A mí esa
frase, me hace reafirmarme, que “Pase lo
que pase, van a seguir adelante hasta la
consecución de la Auto-determinación, la independencia y de la República en
Cataluña”.
Y continuar con las
reuniones que pueden parecer razonables, solo van a conseguir la creación de un
espacio estéril totalmente para lograr la solucion política.
Porque incluso, antes de
que se inicien las citadas reuniones, estas se vean interrumpidas por la
decisión del Juez Pablo Llarena que al finalizar los trabajos de Instrucción
sobre el “Proces” ha declarado la
suspensión como diputados del expresident Puigdemont y los cinco diputados en
causados por rebelión, que están en la cárcel.
Ahora, los criterios del
Juez en aplicación de esas medidas, no tienen lugar a dudas es para impedir
que: “Personas que ofrecen indicios
racionales de haber desafiado y atacado de forma grave el orden de convivencia
democrática mediante determinados comportamientos delictivos… puedan continuar
en el desempeño de una función pública de riesgo para la colectividad”.
Y ante esa decisión, y a
pesar de que el Parlament puede sustituir a los diputados suspendidos, con el
fin de no modificar la correlación de fuerzas, va a aparecer el primer
conflicto. Ya que Junts per Cataluña y la CUP quieren que en el Parlament se
vote si acatan ó no, la orden del Juez Llarena. Y aunque desde el Parlament su
President aún no ha revelado si obedecerá la decisión judicial. La línea roja
está establecida, porque: “No hay ningún
poder parlamentario que pueda desobedecer las decisiones judiciales”.
Sin embargo, parece que
todo apunta a una prueba donde se va a constara si la normalización
institucional es posible, o no, con la
actual correlación de fuerzas en el Parlament. O se tiene que recurrir a otro 155
por actuaciones ilegales.
Pero en cualquier caso, la
solucion del problema político de Cataluña, va a requerir – en mi opinión – que
el poder judicial juzgue y condene a los procesados, estén en la cárcel ó estén
en fuga de la justicia. Que se agudicen las contradicciones en el interior de
cada fuerza independentista, que desde el Gobierno no dude y vacile en recurrir
a la denuncia y a la labor pedagógica frente a los intentos separatistas de
volver a repetir el “Proces II”, y
que se produzca como fruto de todo ello, el desencanto necesario en una parte
de la sociedad catalana, convenciéndose que la aventura del “Separatismo es una ruina para todos los
catalanes”.
Y van a ser todos esos
factores - al menos esa es mi sincera opinión – los que pueden ir configurando
en las elecciones tanto locales como autonómicas la voluntad política de una
mayoria de catalanes, donde los partidos independentistas obtengan la mejor
respuesta a las pretensiones separatistas, reduciéndolas a la más mínima
expresión. Esa es la solución.
Y esa es: “La única forma se dar solución política al
problema político de Cataluña. Que la soberanía del pueblo catalán decida con
su voto, su presente y su futuro”.
Esa es la solución y no
otra. Porque la experiencia, ya ha demostrado que el “Nacionalismo separatista” solo sirve a los intereses de los del 3%,
y es la ruina tanto para Cataluña como para los catalanes.
Y mientras que lleguemos
ahí, corremos el riesgo de tener que sufrir las impertinencias políticas de
Torra y Cia, de sus declaraciones alti-sonantes, rozando los límites de lo
ilegal, pero manteniendo la fractura de la sociedad catalana como el mejor
parapeto de sus indefendibles pretensiones de ruptura con España, con Europa y
con el Mundo mundial.
Por eso, estoy firmemente convencido,
que los resultados de la reunión entre Pedro Sanchez y Quim Torra, “No son los resultados que son necesarios”
Pero ello no me impide de saludar
los esfuerzos de Pedro Sánchez y su Gobierno, por la forma en que está abordando
los numerosos problemas económicos y sociales que nos ha dejado Mariano Rajoy, entre
ellos el de Cataluña.
11 julio
2018
César Llorca Tello.
En el segundo párrafo debe decir "Evitar" , en lugar de intentar.
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