jueves, 12 de julio de 2018

LA IMPORTANCIA DEL DIALOGO Y DE LAS SENTENCIAS.

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Es        evidente, que el problema político planteado por el Govern con la independencia, la auto-determinación y la República para Cataluña, como tal problema político, requiere soluciones políticas.

Por ello, cuando se ha iniciado el diálogo entre Pedro Sánchez y Quim Torra,   no se puede negar que se ha iniciado una fase de cierta normalización entre ambos Gobiernos, y aunque sus resultados necesiten profundizar las reuniones, como ya se ha realizado entre los Vice-Presidentes en los temas económicos y sociales de interés para los catalanes y Cataluña. A a sus resultados que se alcancen, nadie les podrá negar que ese dialogo tiene la categoría de política, si, política y por ambas partes.

Esos inicios, han coincidido al mismo tiempo con la finalización de la Instrucción de la causa del “Proces”, que ha durado más de ocho meses a cargo del Juez Pablo Llarena, como consecuencia de que la Fiscalía se querellara con el Govern de Carles Puigdemont por la celebración del Referéndum ilegal del 1-Octubre, y la declaración unilateral de la Independencia de Cataluña.

Una finalización de la Instrucción, en la que el Juez instructor de esta complicada y compleja causa, dictó en la conclusión del sumario, que deja a la cúpula del “Proces” y a 18 líderes independentistas en puertas del juicio.  Y en su último auto como instructor Llarena suspendió como diputados a Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y los otros cuatro parlamentarios procesados por rebelión que están en prisión.

Esta última decisión, suspendiendo como diputados a los lideres citados. Ha creado una situaciónseguir  complicada para el Presidente del Parlament, ya que actuar sin respetar la decisión del Juez, puede llevarle a seguir la misma hoja de ruta de la anterior Presidenta Carme Forcadell, imputarle el delito de desobediencia y acabar en la cárcel. Pero la CUP y Junts per Cataluña piden que se vote en la cámara. Veremos que pasa.

Y si faltaba algún elemento judicial, para complicar más el asunto, es la decisión de la Audiencia Territorial alemana, que se niega a conceder la extradición de Carles Puigdemont por el delito de rebelión.

Sin ser docto en materia judicial, yo creo que ahora la mayor preocupación del juez Llarena, será saber si Alemania va a entregar finalmente al expresident  Puigdemont a las autoridades judiciales españolas, y en caso de que accedan a ello: ¿Por qué delito lo harán?

Pero ahora, terminada la instrucción, la principal pieza de este procedimiento, pasara a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, cuyos Magistrados deberán juzgar y presumiblemente condenar a los culpables por los delitos cometidos.

Y aun siendo verdad, que los problemas políticos, necesitan soluciones políticas, y que el poder judicial en sus actuaciones, es independiente del Ejecutivo y del Legislativo. A nadie se le escapa, que la fase judicial va a estar en primera plana de nuestras noticias, hasta que finalicen los juicios, y va en cierta medida a ensombrecer, los avances del dialogo político entre los gobiernos.

Y creo, que sería un absurdo querer abstenerse ante la situación real en la que estamos: Por un lado las negociaciones entre el Gobierno de Pedro Sanchez y de Quim Torra, que si alcanzan dosis de entendimientos en materia económica y social, será muy positivo.

Sin embargo, los resultados del Juicio por los Magistrados del Tribunal Supremo, también van a contribuir a recomponer la actual fractura de la sociedad catalana.

Porque, al margen de la independencia del poder judicial. Sus actuaciones en defensa de la Constitución, son siempre actuaciones de unas irremediables posiciones políticas. Ya que defender el Estado constitucional, se puede hacer de dos formas: A través del dialogo y el acuerdo entre partidos políticos. O mediante las actuaciones del poder judicial que impide en justicia la violación de nuestra Constitución y nuestras leyes, por una parte de nuestro Estado.

Pero ambas conllevan siempre la categoría de “Políticas”.

Que hoy haya un acuerdo, ó más bien una coincidencia entre Sanchez y Torra, de que Cataluña es un problema político, es correcto, y debe pues de hallar soluciones políticas. Pero eso no implica, como sostiene Torra, que eso debe de ser el voto de un referéndum, que por otra parte dijo haberse celebrado ya, sin legitimación ni resultados.  Esa no es la salida, le den las vueltas que quieran.

Hay otras salidas, respetuosas con el orden constitucional en países como   Francia, Alemania, Italia y otros muchos, que han rechazado refrendos sobre cuestiones de soberanía e independencia, sencillamente porque no lo contemplan sus Constituciones.

Y eso mismo es lo que defendemos millones de catalanes y de españoles, nuestra Constitución. Y hasta que eso no lo asuman los que tienen que votar  en Cataluña en las próximas elecciones y decida la soberanía del pueblo catalán, que el Independentismo es el mayor enemigo para la sociedad y la convivencia de todos los catalanes. Pues podemos continuar con una crisis cada vez más grave.

                                 12 julio 2018

                               César Llorca Tello

 

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