Yo ya advertía, en mi
anterior artículo: “La importancia del
dialogo y de las sentencias”, que iba a llegar el momento de que las
actuaciones del Juez Pablo Llarena, al finalizar la instrucción del “Proces” suspendiendo de diputados a
Puigdemont y otros cuatro diputados, así como la negativa del Tribunal alemán
de devolver a Puigdemont a la justicia española por el delito de Rebelión, iban
a producir tensiones y confrontaciones durante todo este periodo de tiempo que
medie hasta la culminación del juicio y la proclamación de las sentencias que
dicten los Magistrados del Tribunal Supremo. Que tienen que ser, en mi opinión,
inevitables e innegociables, caiga quien caiga.
Y que íbamos a vivir
tensiones - que mejor no se dieran – que incluso entorpecieran las reuniones
políticas entre el Gobierno y el Govern.
Ya estamos en ello, aunque
tampoco sea el momento de perder la calma, ante el complicado proceso jurídico,
que ha creado la decisión del Tribunal del Land alemán, y constatar en que
sentido evoluciona este conflicto jurídico.
En primer lugar, porque
hay que responder a la “algarada” de
los abogados de los procesados por Rebelión que ya exigen la libertad de todos
los presos sin base jurídica real que lo haga posible, y como letrados conocen
suficientemente, aunque probablemente volverán a pedir la libertad de los
políticos ante la Sala del Tribunal Supremo que los ha de enjuiciar. Ya que la
manipulación de este Tribunal alemán, ha sido evidente: “Porque no ha absuelto a nadie de ningún delito”, y ni tan siquiera
ha hecho inviable la acusación de Rebelión al resto de los acusados.
Y digan lo que digan los
abogados defensores, - porque el recurso a falsedades por los letrados, no es
un delito - así como las manifestaciones de Puigdemont y Torra entre otros. Hay
que defender conforme al derecho de la Unión Europea, que corresponde a los
Tribunales españoles juzgar estos hechos, y
a los alemanes, simplemente les corresponde pronunciarse sobre la
entrega de un “Prófugo” conforme a
ese mismo derecho.
Y sin que yo tenga – ni
mucho menos conocimientos jurídicos – el cumplimiento de la Orden Europea de
Detención, impone un sistema de entrega estrictamente judicial. Y no cabe –
incluso para ignorantes como yo- que quien decide la entrega del fugado a la
justicia, prejuzgue el asunto y decida juzgarlo. Y es, por lo que yo creo, que
esa decisión, no encaje perfectamente con la norma Europea.
El panorama creado hoy, y
que es de obligada actualidad, es el que estamos discutiendo sobre lo bien ó lo
mal fundada que está basada esta resolución judicial alemana. Y en gran medida,
ante un debate jurídico frente a crisis diplomáticas, por el que además se
tiene preestablecido el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, al que puede
acudir el Juez español por vía prejudicial, aunque no sea sencillo, - me
imagino -. Pero también que el Gobierno si considera que otro Estado miembro,
incumple sus obligaciones – y este es el caso – interviniese ya que la decisión
del Tribunal del Land alemán, es una violación de uno de los pilares de nuestro
Estado de Derecho, como es el Sistema Judicial de nuestro país.
Yo no tengo una idea
clara, de cómo va a desarrollarse este “Embrollo
jurídico”, pero desde mi sentido común, creo que el Juez Pablo Llarena, no
va a renunciar que todos los trabajos de instrucción que ha realizado durante
más de ocho meses, vayan a tirarse a la basura, por la actuación indebida de el
Tribunal de un Land de Alemania, que no tiene, ni la más remota idea de lo que
ha sucedido en Cataluña, y que además, no tiene capacidad jurídica para decidir
que a Puigdemont no se le puede imputar el delito de Rebelión, y por ese
delito, no lo devuelve a la justicia española.
Pero esa “torpe e inadmisible decisión”, de que
las acusaciones contra Puigdemont no son equivalentes al delito de alta
traición y la perturbación del orden público según la ley alemana. Permite
algún planteamiento: “Que la secesión,
con ó sin violencia dirigida por la Presidencia de un Land alemán, no
constituye delito en Alemania”. A mí
me parece que si, y que sería el mismo delito por el que están procesados los
líderes del anterior Govern, por sus actuaciones ilegales.
La evolución de este
complejo proceso judicial, va a tener – como ya se está comprobando – la
reacción del independentismo exigiendo la libertad de los presos y acusando al
Estado de tener presos políticos.
Y por el lado judicial, yo
creo que se irán viendo las decisiones del Juez Llarena, para actuar a favor de
que persista el delito de Rebelión de Puigdemont, y el inicio del mismo en la
Sala de lo Penal del Tribunal Supremo durante el juicio que se realizara a los
procesados por los presuntos delitos de Rebelión, malversación y otros.
Decisiones que según
algunos juristas, ninguna es buena. Porque una es que se acepte la entrega en las condiciones
acordadas por él, Tribunal alemán, y juzgarle solo por malversación. Y la otra
es dejarle a Puigdemont en Alemania, con la expectativa de que en algún momento
entre a España y sr le pueda detener í cambie de residencia a otro país y se
reactive la “Euro- orden”, con más
éxito.
Yo espero y confio en que
la decisión del Juez Llarena, sea la más acertada, con total independencia de
la opinión de otros juristas y de las peticiones de libertad a la que van a
recurrir los abogados de la defensa.
Y durante este periodo de
agitadas tensiones y confrontaciones, yo espero y confio, que desde el poder
judicial y el Gobierno de España, no cedan ni un poder, ni otro, ni una micra
en las posiciones Constitucionales y de justicia.
Porque hay una realidad,
que es necesario recordarla en este país, al margen de la voluntad y la
capacidad de negociar y acordar la convivencia institucional del Gobierno y de
Pedro Sánchez, con el Govern, y es que: “La solución política de la crisis de
Cataluña, tiene difícil y casi imposible solución”, únicamente mediante las
negociaciones con los
independentistas.
Porque el objetivo único e
irrenunciable de los líderes de los partidos independentistas PDeCAT, ERC, la
CUP, es la ruptura absoluta y total de Cataluña con España, pese a las diferencias
entre ellos como consecuencia del “Fracaso
del Proces”.
Y esa realidad hay que
tenerla presente, porque ni con diálogos sobre inversiones, etc., etc., y
otras, se va a transformar la obsesión separatista de los lideres de estos partidos,
en una actitud autonomista dentro del Estado Social, Democrático y de Derecho
de nuestro país.
Porque, pese al fracaso absoluto
del “Proces”, y que hoy estén
fragmentados y confrontados por ese motivo, la contradicción real que se está
gestando entre ellos es ¿El cómo salir
de este fracaso?, siguiendo reivindicando actuaciones ilegales como la
auto-determinación para la Independencia de Cataluña.
El dialogo iniciado con la
predisposición de Pedro Sánchez y el Gobierno, con el Govern, que yo he
saludado y saludo como positivas, considero que no debería confundir a nadie. Ya que el objetivo
del “Nacionalismo catalán, es absolutamente
la ruptura con España y la creación de un Estado independiente Republicano en
Cataluña”.
Pero hemos llegado al momento
donde – en mi opinión – deberíamos ir convenciéndonos y convenciendo, de que la
solución de la actual crisis en Cataluña, va a requerir, no solo las recién
inauguradas conversaciones entre el Gobierno y el Govern, sobre todo para
evidenciar que es posible encontrar coincidencias y acuerdos en materias
económicas y sociales que supongan el terminar con el clima negativo que dejo
el Gobierno anterior, y que el conjunto de la sociedad catalana constate como
esas medidas favorecen y mejoran la vida para todos los catalanes.
Pero hay que ser conscientes
de que con esos diálogos, ¡No se ganara
la batalla al independentismo!
Y para ello, llegados al
extremo que hemos llegado, tiene que pasar inevitablemente por el
convencimiento ciudadano, de que hay que asumir la necesidad de que se proceda
al Juicio de todos los procesados, por los delitos que se les ha imputado, y
que sean condenados e inhabilitados para ejercer un cargo público.
El dialogo, me parece
necesario, pero también es necesario que se conozcan los límites en el que se
mueven los interlocutores con sus objetivos.
Yo no me cansaré de decir
que la iniciativa del Gobierno y de Pedro Sánchez, su reiterada disposición a
escuchar, a hablar a negociar y a acordar, con el Govern, constituye un ejemplo admirable del cambio
que ha supuesto acabar con el Gobierno de Mariano Rajoy, y que tengamos un
Gobierno socialista con Pedro Sánchez de Presidente.
Pero me parecería, muy
simplista el pensar tan siquiera, de que de esas conversaciones, se va a
encontrar la solucion a la crisis que se vive en Cataluña, precisamente porque
los partidos que están en el Govern mantienen como objetivos: “El Referéndum, la auto-determinación, la independencia y la creación de un Estado
catalán en forma de República”. Esos
eran y esos siguen siendo los objetivos del “Proces separatista”.
En consecuencia considero
que junto a las actuaciones del Gobierno en los encuentros con el Govern, y los
resultados del juicio que se realizara por la Sala de lo Penal del Tribunal
Supremo, con las condenas pertinentes e inhabilitaciones, van a ser aspectos
que pueden contribuir a los cambios de la actual Aritmética en el Parlament de
Cataluña, en las primeras elecciones autonómicas que tengan lugar.
Y para todo ello, es
evidente que el Gobierno de Pedro Sánchez con sus actuaciones, ya está
demostrando su voluntad de afrontar el reto de dar la esperanza a los españoles
con la aplicación de las soluciones que se necesitan para terminar con las
desigualdades y las injusticias sociales heredadas del anterior Gobierno, y
también con la crisis de Cataluña.
14 Julio 2018
César Llorca Tello
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