LO ANECDOTICO, Y
LO SUSTANCIAL.
Después de la
jornada del “Ilegal Referéndum” del
1 de octubre, parece por los comentarios de los medios de comunicación y de
forma especial por “La Sexta” de TV,
que lo único que se ha merecido comentar son los impedimentos de la Policía
Nacional para que se votase, el número de heridos, y la repetición de la acción
de votar que muchos realizaron. Han sido los aspectos que como anécdotas se han
estado tratando en todos los medios de comunicación.
Pero lo sustancial,
que es las ilegalidades cometidas en el Parlamente con la “aprobación de la Ley del Referéndum, y la de Transitoriedad” ambas
suspendidas por el Tribunal Constitucional, y en consecuencia la realización
del Referéndum ha sido una flagrante violación de las Leyes y de las decisiones
de los Tribunales, no se han explicitado
suficientemente desde los medios. Por lo tanto, se ha dado a entender que el
incumplimiento de la Constitución, era para estos medios, algo sin importancia.
Aunque eso es lo sustancial del problema.
Y lo sustancial, en
mi opinión es que después de la intervención de Felipe VI, llamando a restaurar
el Orden Constitucional en Cataluña, que ha sido violado por las actuaciones de
las autoridades de Cataluña que han fracturado y enfrentado a la sociedad
catalana. Y que desde plurales y diferentes posicionamientos en lo ideológico y
político, llamando al “Dialogo” ante
la extrema gravedad de la situación.
Lo sustancial, es
que por un lado, Mariano Rajoy y su Gobierno permanecen inmóviles,
recordándonos su Mantra, “Dialogo
siempre en el marco de la Ley” es decir, ningún gesto de hecho,
esperanzador para ese “Dialogo que se
reclama” y se necesita.
Y siguiendo con lo
sustancial, es que Carles Puigdemont en su discurso de réplica al monarca, con
una gran carga de hipocresía y falsedades, pretendiendo que a estas alturas nos
creamos que “Sus actuaciones son las que
ha decidido el pueblo catalán” y llamar a la mediación, pero acto seguido
anunciar que seguirá aplicando la hoja de ruta: “Es decir, la Proclamación de la República en Cataluña”.
Lo sustancial para
mí, es que con estas actitudes de Mariano Rajoy y de Carles Puigdemont, no
parece que pueda establecerse el dialogo que se aconseja y reclaman amplios
sectores de la sociedad.
¿A dónde nos puede llevar esta situación?, Pues si no se
retira la anunciada proclamación de la República en Cataluña, y aunque no se
conozca las actuaciones del Gobierno de Mariano Rajoy, me temo que no vamos a presenciar
ninguna solución que supere la actual crisis.
Porque los
sustancial, la solución política al conflicto de Cataluña con el Estado Social
y Democrático de Derecho que somos por mandato Constitucional, se encuentra en
primer lugar en una reforma de la Constitución, que los catalanes voten un
nuevo Estatuto, para que entre una cosa y la otra, se establezcan reconociendo realidades y
sentimientos, el gran pacto de convivencia entre todos los españoles.
Yo estoy convencido
que esa debe de ser la “Hoja de ruta”
que todas las fuerzas políticas, serias y responsables de este país, deben – en
mi opinión – tomar.
Porque no hay otra
solución a la crisis generada y que hoy tenemos en el Estado. Porque ni tan
siquiera una “Hipotética República
Independiente” seria la “Solución
para todo el pueblo de Cataluña”.
Y si las
contradicciones que tiene el Govern entre los que están preocupados por “Si los Tribunales los inhabilitan
políticamente” y los personajillos de la CUP que no les importa romper la
Constitución, su propio estatuto, y no respetar las decisiones de los Jueces y
Fiscales, así arda toda Cataluña. No se salda con una retirada a tiempo de la
anunciada proclamación, mañana corremos el riesgo si el Estado tolera esa
locura secesionista, que en cualquier pueblo de España considerando que la
Violacion de la Constitución es una práctica tolerada, cojan el mismo camino
que Puigdemont y Cia.
Yo, después de
estas reflexiones, quisiera reafirmarme en el convencimiento, de que solo la
convocatoria de elecciones generales y autonómicas en Cataluña seria la más
clara posibilidad de que la soberanía de todo el pueblo español, y en Cataluña
de todo el pueblo catalán decidieran los cambios de la correlación de fuerzas
en los correspondientes parlamentos para
acabar con esta lamentable e insostenible situación.
Al recordar esta
posición que ya he manifestado en varias ocasiones, no ignoro y soy
perfectamente consciente de las dificultades que entraña un planteamiento como
el que estoy defendiendo. Pero es que es esto, ó el caos.
Y al final, el caos
siempre lo acabamos pagando los pobres.
5 octubre 2017
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