QUIEN ES
QUIEN.
El debate político vuelve
a resucitar – aunque no estaba muerto – después de los repetidos fracasos en
las negociaciones para lograr la investidura parlamentaria como primer paso
para formar Gobierno
En el escenario de esos
fracasos, en las negociaciones entre el PSOE, Ciudadanos y Podemos, como
consecuencia del comportamiento de Pablo Iglesias, parece conveniente ir
aclarándose de “quien es quien”, en
el panorama político de nuestro país, ante las inevitables elecciones que se
aproximan.
Se trata de poder
establecer una nueva visión de lo que – a mi juicio – necesitaríamos en nuestro
país, para empezar a solucionar algunos de los múltiples problemas políticos,
económicos y sociales que tenemos, con ocasión de que vamos a ser llamados a
votar en las próximas elecciones.
Desde esa perspectiva
electoral, parece claro, tanto como el agua cristalina, que el Gobierno de
Mariano Rajoy, y su gestión de la crisis, y la corrupción que ha caracterizado
a numerosos cargos públicos del PP, no pueden continuar gobernando.
Ya en los resultados del 20 D, los
españoles dejamos como muy claro, pese a ser el partido más
votado, que Mariano Rajoy y el PP no queríamos que siguieran en la Moncloa. Y
la evidencia de eso que digo, ha sido que los españoles le quitamos la mayoría
absoluta para gobernar. Asi lo expresamos los electores. Presumir como hacen
desde el Gobierno, de ser el partido más votado no puede ocultar la perdida de
la mayoría para poder hacerlo. Y eso en castellano cervantino “es perder las elecciones”. Como
algunos del PP han perdido la honradez.
Y es a partir de esos
resultados, donde una exigencia de primer orden es, “acabar con ese gobierno y con sus formas de practicarlo”.
El rechazo de Mariano
Rajoy, a la sugerencia del Jefe el Estado a que fuese él quien intentara
alcanzar la investidura. Situó a Pedro Sánchez como el líder que intentara
aglutinar a las fuerzas políticas que representan esa voluntad de cambio,
precisamente mediante acuerdos.
Esa voluntad de cambio, no
podía ser desde el lenguaje altisonante, ni desde el insulto, ni mucho menos
con unos objetivos de ambición política personal, ni con el “asalto al cielo”. De lo que se trataba
era de lograr un acuerdo transversal de la política, de un cambio que iba más
allá del cambio solo del Gobierno de Rajoy.
Y ha sido, desde esa
perspectiva que han hecho que el PSOE en la persona de Pedro Sánchez se haya
convertido en el epicentro del escenario para los cambios. Sus acuerdos con
Ciudadanos han sido una prueba de ello, y de poner en evidencia que, solo se
puede cumplir el mandato del 20 D con el PSOE. Sin él, el cambio no es posible,
el autentico CAMBIO NO ES POSIBLE.
Pero un cambio no es dejar
que siga Rajoy, ni poner como “Cambio”
la autodeterminación, para la fractura y la división de nuestro país, en aras
de intereses que no son los de la clase obrera, ni los de las clases populares
entre otras.
Quienes critican el
acuerdo PSOE – Ciudadanos con sus 200 propuestas para recuperar lo perdido por
culpa del Gobierno de Rajoy, están en otro mundo. La política hoy, “exige transversalidad” para poder
lleva a cabo los cambios estructurales y constitucionales que necesitamos
realizar en nuestro país.
A esos críticos me dirijo
preguntándoles ¿Es que es posible una
reforma de la Constitución solo desde la óptica de las derechas, o de la
izquierda?. Cuando sean capaces de contestarse, yo estoy seguro de que esa
visión les cambiaria sus actuales problemas.
Y como he venido señalando
en mis anteriores artículos. Ni el Gobierno del PP es para que repita, ni pueden
ser aceptables las manipulaciones de Pablo Iglesias favoreciendo hoy al PP y a
su política en lugar de apoyar la puesta en marcha de las 200 propuestas que
proponen tanto el PSOE como Ciudadanos.
Ante la inevitable
convocatoria de elecciones, lo sondeos y la opinión que se está generalizando
es que el “desgaste de Pablo Iglesias
como líder” y de “Podemos como
alternativa” son hoy el factor más determinantes del fracaso rotundo tanto
como líder como organización, fragmentada en varia concepciones y modelos
irrealizables.
Porque hoy, de hecho,
lejos de acordar algún punto de convergencia con las 200 propuestas del Pacto
PSOE – Ciudadanos, en un acuerdo tácito,
callado y silencioso, que no se entiende, percibe, oye ó dice
formalmente, por sus hechos se está dando a conocer, como si lo expresara
claramente.
¿Por qué? Pues porque
Pablo Iglesias es un “Caudillito” y
no lo digo por las purgas que ha realizado en su organización, sino porque en
todo momento ha demostrado que sentarse a negociar, era que los demás representantes
de PSOE y Ciudadanos, aceptaran sus condiciones. Y el gesto teatral
recientemente de “renunciar a ser el
vicepresidente” del futuro Gobierno, ha venido a confirmar que sus
objetivos personales son otros.
Hoy tras ese compromiso
tácito, lo que ha conseguido es que Mariano Rajoy siga siendo Presidente, al
rechazar las posibilidades de un Gobierno “Menage
a trois”. Y se prepara a efectuar la “vieja
y desastrosa estrategia de Julio Anguita del Sorpasso” con tal de acabar con la hegemonía de la izquierda
del PSOE. De esa vieja y fracasada experiencia, parece que ni se ha enterado
Julio Anguita que como el ave Fenix quiere resucitar ahora sus fracasos “La pinza con la derecha de José María
Aznar y el sorpasso” para acabar con el PSOE, con Europa y con el euro.
¡Bravo Julio! Lo tenemos claro contigo.
Y en esa estrategia hoy,
después de los desplantes de Pablo Iglesias a IU y a Garzón, y este en plena
vorágine del ser o no ser de esta organización, sigue con sus dos diputados
demostrando que el sentido del ridículo no lo emplea mucho.
Desde mi modesta opinión,
IU debería en este proceso afirmarse como una fuerza que con independencia de
los nombres que quiera adoptar se afirme como una fuerza de izquierda con un
programa realizable y unitario con el PSOE, y no disolverse en Podemos. Un
millón es un millón de votos pero no se puede, hoy jugar a fusiones y jugar con
Pablo Iglesias a batallitas y despedazar naturalmente a IU.
A mí me parece que si
vamos teniendo más o menos claro el panorama, lo lógico es que los españoles
sepamos apreciar “Quien es quien en esta
tesitura” y que nuestro voto no vaya a fortalecer a Mariano Rajoy y el PP,
por su mal Gobierno y la corrupción, ni tampoco a los que como Podemos nos
quieren llevar a repetir “Los
corralitos” de Grecia en nuestro País.
El sentido común, que
suele ser el menos común de los sentidos, debería aconsejarnos que el voto al
PSOE y a Ciudadanos fuera una buena prueba de la madurez de nuestra conciencia
política. Que la verdad, se echa mucho en falta. Y además lo que permitiría un
Gobierno con la estabilidad necesaria y un proyecto de programa reformista y
progresista. Que también lo echamos de menos.
14 de abril 2016.
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