jueves, 14 de abril de 2016

QUIEN ES QUIEN


                QUIEN   ES   QUIEN.

El debate político vuelve a resucitar – aunque no estaba muerto – después de los repetidos fracasos en las negociaciones para lograr la investidura parlamentaria como primer paso para formar Gobierno
En el escenario de esos fracasos, en las negociaciones entre el PSOE, Ciudadanos y Podemos, como consecuencia del comportamiento de Pablo Iglesias, parece conveniente ir aclarándose de “quien es quien”, en el panorama político de nuestro país, ante las inevitables elecciones que se aproximan.
Se trata de poder establecer una nueva visión de lo que – a mi juicio – necesitaríamos en nuestro país, para empezar a solucionar algunos de los múltiples problemas políticos, económicos y sociales que tenemos, con ocasión de que vamos a ser llamados a votar en las próximas elecciones.
Desde esa perspectiva electoral, parece claro, tanto como el agua cristalina, que el Gobierno de Mariano Rajoy, y su gestión de la crisis, y la corrupción que ha caracterizado a numerosos cargos públicos del PP, no pueden continuar gobernando.
Ya  en los resultados del 20 D, los españoles  dejamos  como muy claro, pese a ser el partido más votado, que Mariano Rajoy y el PP no queríamos que siguieran en la Moncloa. Y la evidencia de eso que digo, ha sido que los españoles le quitamos la mayoría absoluta para gobernar. Asi lo expresamos los electores. Presumir como hacen desde el Gobierno, de ser el partido más votado no puede ocultar la perdida de la mayoría para poder hacerlo. Y eso en castellano cervantino “es perder las elecciones”. Como algunos del PP  han perdido la honradez.
Y es a partir de esos resultados, donde una exigencia de primer orden es, “acabar con ese gobierno y con sus formas de practicarlo”.
El rechazo de Mariano Rajoy, a la sugerencia del Jefe el Estado a que fuese él quien intentara alcanzar la investidura. Situó a Pedro Sánchez como el líder que intentara aglutinar a las fuerzas políticas que representan esa voluntad de cambio, precisamente mediante acuerdos.
Esa voluntad de cambio, no podía ser desde el lenguaje altisonante, ni desde el insulto, ni mucho menos con unos objetivos de ambición política personal, ni con el “asalto al cielo”. De lo que se trataba era de lograr un acuerdo transversal de la política, de un cambio que iba más allá del cambio solo del Gobierno de Rajoy.
Y ha sido, desde esa perspectiva que han hecho que el PSOE en la persona de Pedro Sánchez se haya convertido en el epicentro del escenario para los cambios. Sus acuerdos con Ciudadanos han sido una prueba de ello, y de poner en evidencia que, solo se puede cumplir el mandato del 20 D con el PSOE. Sin él, el cambio no es posible, el autentico CAMBIO NO ES POSIBLE.
Pero un cambio no es dejar que siga Rajoy, ni poner como “Cambio” la autodeterminación, para la fractura y la división de nuestro país, en aras de intereses que no son los de la clase obrera, ni los de las clases populares entre otras.
Quienes critican el acuerdo PSOE – Ciudadanos con sus 200 propuestas para recuperar lo perdido por culpa del Gobierno de Rajoy, están en otro mundo. La política hoy, “exige transversalidad” para poder lleva a cabo los cambios estructurales y constitucionales que necesitamos realizar en nuestro país.
A esos críticos me dirijo preguntándoles ¿Es que es posible una reforma de la Constitución solo desde la óptica de las derechas, o de la izquierda?. Cuando sean capaces de contestarse, yo estoy seguro de que esa visión les cambiaria sus actuales problemas.
Y como he venido señalando en mis anteriores artículos. Ni el Gobierno del PP es para que repita, ni pueden ser aceptables las manipulaciones de Pablo Iglesias favoreciendo hoy al PP y a su política en lugar de apoyar la puesta en marcha de las 200 propuestas que proponen tanto el PSOE como Ciudadanos.
Ante la inevitable convocatoria de elecciones, lo sondeos y la opinión que se está generalizando es que el “desgaste de Pablo Iglesias como líder” y de “Podemos como alternativa” son hoy el factor más determinantes del fracaso rotundo tanto como líder como organización, fragmentada en varia concepciones y modelos irrealizables.
Porque hoy, de hecho, lejos de acordar algún punto de convergencia con las 200 propuestas del Pacto PSOE – Ciudadanos, en un acuerdo tácito,  callado y silencioso, que no se entiende, percibe, oye ó dice formalmente, por sus hechos se está dando a conocer, como si lo expresara claramente.
¿Por qué? Pues porque Pablo Iglesias es un “Caudillito” y no lo digo por las purgas que ha realizado en su organización, sino porque en todo momento ha demostrado que sentarse a negociar, era que los demás representantes de PSOE y Ciudadanos, aceptaran sus condiciones. Y el gesto teatral recientemente de “renunciar a ser el vicepresidente” del futuro Gobierno, ha venido a confirmar que sus objetivos personales son otros.
Hoy tras ese compromiso tácito, lo que ha conseguido es que Mariano Rajoy siga siendo Presidente, al rechazar las posibilidades de un Gobierno “Menage a trois”. Y se prepara a efectuar la “vieja y desastrosa estrategia de Julio Anguita del Sorpasso” con tal de acabar con la hegemonía de la izquierda del PSOE. De esa vieja y fracasada experiencia, parece que ni se ha enterado Julio Anguita que como el ave Fenix quiere resucitar ahora sus fracasos “La pinza con la derecha de José María Aznar y el sorpasso” para acabar con el PSOE, con Europa y con el euro. ¡Bravo Julio! Lo tenemos claro contigo.
Y en esa estrategia hoy, después de los desplantes de Pablo Iglesias a IU y a Garzón, y este en plena vorágine del ser o no ser de esta organización, sigue con sus dos diputados demostrando que el sentido del ridículo no lo emplea mucho.
Desde mi modesta opinión, IU debería en este proceso afirmarse como una fuerza que con independencia de los nombres que quiera adoptar se afirme como una fuerza de izquierda con un programa realizable y unitario con el PSOE, y no disolverse en Podemos. Un millón es un millón de votos pero no se puede, hoy jugar a fusiones y jugar con Pablo Iglesias a batallitas y despedazar naturalmente a IU.
A mí me parece que si vamos teniendo más o menos claro el panorama, lo lógico es que los españoles sepamos apreciar “Quien es quien en esta tesitura” y que nuestro voto no vaya a fortalecer a Mariano Rajoy y el PP, por su mal Gobierno y la corrupción, ni tampoco a los que como Podemos nos quieren llevar a repetir “Los corralitos” de Grecia en nuestro País.
El sentido común, que suele ser el menos común de los sentidos, debería aconsejarnos que el voto al PSOE y a Ciudadanos fuera una buena prueba de la madurez de nuestra conciencia política. Que la verdad, se echa mucho en falta. Y además lo que permitiría un Gobierno con la estabilidad necesaria y un proyecto de programa reformista y progresista. Que también lo echamos de menos.

                                  14 de abril 2016.

 

 

 

 

 

 

 

 

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