LAS
PREVISIBLES ELECCIONES.
Sin dejar de valorar el
esfuerzo y los contenidos en el acuerdo alcanzado entre Pedro Sánchez y Albert
Rivera, las reacciones del PP y las de Podemos, creo que vienen a confirmar esa
-en principio remota posibilidad – de la convocatoria de unas nuevas
elecciones.
Sí, vamos a las
inevitables elecciones, dado que a pesar de los pesares no parece que Pedro
Sánchez vaya a lograr ni en la primera ni en la segunda oportunidad ser
investido como Presidente del futuro Gobierno de este país.
Porque el comportamiento
tanto de Mariano Rajoy, como de Pablo Iglesias, no permiten hacerse ilusiones
de que Pedro Sánchez vaya a ser investido en alguna de las sesiones para ser
Presidente.
El abandono de la mesa de
negociaciones de la delegación de Podemos, cuando se conoció el acuerdo
PSOE/Ciudadanos, no tiene nombre.
Como no tienen nombre, los
habituales gestos de arrogancia de Pablo
Iglesias y de Iñigo Errejón, de petulancia y las buenas dosis de chulería y
retórica demostradas por estos señores, simplemente porque son inadmisibles y que
les debería dar vergüenza.
Las actuaciones “teatreras” del líder, proclamando “sus verdades” rodeado de sus “ministros” que se permite esa
jactancia de predeterminar el resultado
de unas conversaciones que no habían ni tan siquiera empezado, permiten afirmar
que con esa actitud, con ese talante de “empujar
y atropellar” todo lo que no sea lo que diga el Sr. Iglesias, lo que han
conseguido es todo lo contrario de lo que en principio pretendían.
La verdad es que la “pataleta de Pablo Iglesias por no ser
vicepresidente del Gobierno con sus ministros” es la causa real y verdadera
de su reacción “infantilista y
caudillista” que le va a llevar a coincidir plenamente con Mariano Rajoy
vetando la investidura de Pedro Sánchez.
De eso ya se encargará la
realidad que va a demostrar con quien está Podemos, los días de sesiones para
la investidura. Con la derecha representada por Mariano Rajoy y el PP. Y eso lo
va a tener que justificar Pablo Iglesias “si
puede con verdades” que en mi opinión no va a poder. A mí no me
extrañaría que en un tiempo no muy
lejano PP y Podemos constituyan un “matrimonio
extraño” frente a la oposición socialdemócrata del PSOE. Ahora las
coincidencias con el PP me permiten sospechar de lo que puede hacer en ese
futuro no muy lejano.
La política española
atraviesa por momentos de extrema gravedad. Hay serios y grandes obstáculos que
no hacen posible la estabilidad política necesaria para poder abordar los
problemas reales de nuestro país, que tenemos que resolver, por el bien de los
españoles y de nuestro país.
Yo estoy muy preocupado
por el curso político que están tomando la actitud de Mariano Rajoy y de Pablo
Iglesias, para mí que han perdido la brújula para orientarse mejor, para saber
a donde están y ser conscientes de donde esta cada uno.
Y a mí me parece que
Mariano Rajoy no se ha percatado aún de que le ha llegado su “finiquito
político” y que su partido, debe de pasar al desván de los recuerdos para
permitir que un partido de Centro Derecha, auténticamente democrático, español
y europeo pueda un día contribuir a la estabilidad política que hoy no es
posible y necesita España
Dos problemas ó líneas
rojas han aparecido que amén de otras exigencias de Pablo Iglesias han hecho
inviable el apoyo de Podemos a Pedro Sánchez
Por experiencia y además
es bien conocido que la derecha siempre habla y sitúa la unidad de España, como
una razón fundamental inamovible, cuando es quien más ha hecho, y sigue
haciendo por destruirla. Desde que ha gobernado Mariano Rajoy con mayoría
absoluta del PP (la quinta esencia del neofranquismo), los independentistas
catalanes se han multiplicado por 2,5
Y aunque el patrioterismo
nacional-español, fuese sincero, la izquierda representada por el PSOE, no
puede compartir esa posición de la derecha, porque su defensa de la unidad de
España no puede basarse en la sinrazón, la fuerza y el organicismo, ni en la
imposición y la violencia sino que deberá fundamentalmente basarse en la
aceptación voluntaria de los ciudadanos libres.
Pero la verdad es, que las
exigencias de Podemos no pueden aceptarse por ser contrarias a lo que dice la
Constitución. Y si hay que reformar y adecuar la misma tras 38 años de vida de
la misma, esta hay que hacerlo democráticamente no con los trompicones que
plantea Pablo Iglesias.
Así que, si tenemos en
cuenta los factores contradictorios que están presentes hoy en nuestro país. Un
PP en fase de “liquidación por derribo”,
y coincidiendo con Pablo Iglesias en vetar los acuerdos alcanzados por Sánchez
y Rivera, porque la verdad lo que quiere es ser vice-presidente con “sus ministros” ó que se convoquen
nuevas elecciones.
Yo sigo en estas
circunstancias convencido que la posibilidad de que se tengan que convocar
nuevas elecciones, no es ningún drama. ¿Por qué? Pues porque estas nuevas
elecciones darían repuesta a dos grandes problemas que están en el aire
El primer problema es el
que los electores podríamos dilucidar el contencioso entre el PSOE y Podemos
por la hegemonía de la izquierda. Y con una IU francamente en la desesperada
busca de su supervivencia, la cuestión es que no aparece ni practico ni
conveniente para nada que haya dos partidos socialdemócratas, uno el PSOE más
de centro izquierda, y otro más izquierdista como Podemos.
Y como cada partido,
llevaría en su programa el Si, ó el No a los referéndums sobre los problemas
del independentismo. Sería muy interesante que todos los electores pudiésemos
decidir cómo hay que abordar y solucionar los problemas del plurinacionalismo
del Estado español, que hasta la fecha nunca fueron ni bien planteados ni bien
solucionados.
El nudo gordiano que hoy
tenemos con la fragmentación de los partidos, fundamentalmente de los que se
pueden llamar de izquierdas (que me perdone Pablo Iglesias), que sea el pueblo
soberano que pueda desenredarlo en estas próximas elecciones, que a su vez serian
un autentico referéndum sobre la cuestión de las nacionalidades.
Se dice que en una ocasión
Joaquín Costa le espetó a Giner de los Ríos su célebre “diagnóstico “Necesitamos un hombre”, y que Don
Francisco le replicó “Lo que necesitamos
es un pueblo”.
Yo creo que ambos tenían
razón. Trayendo esa controversia hoy a nuestro país, hay que reconocer que “Se necesitan líderes”, pero también
necesitamos “Un pueblo”.
La falta de liderazgo se
está evidenciando a raíz del pluripartidismo surgido tras el 20 D, con unos dirigentillos
que algunos dejan mucho que desear. La talla de Adolfo Suarez, Felipe González,
Santiago Carrillo, Manuel Fraga y otros que hicieron posible la Transición de
la Dictadura franquista a la Democracia, hoy se echa en falta.
Y hoy, cuando el electorado
que se indignan hasta el infinito ridículo, porque el equipo español no llega a
la fase final de un campeonato mundial de futbol. Y sin embargo acepta con
absoluta normalidad que ninguna Universidad española, figure entre las 150
mejores del mundo. O que solo hayamos tenido dos Premios Nobel en Ciencias en
toda la historia de este galardón. Es bien triste pero a su vez demuestra como estamos.
Y es como para reclamar
ambas cosas. Porque nuestra Democracia, solo será fuerte y auténtica cuando
superemos nuestras deficiencias, nuestros rasgos, que me he permitido señalar.
Y esto no lo hará nunca un dirigente ó un partido redentor, sino una sociedad
fuerte y consciente de sus derechos,
26
febrero 2016
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