Ahora, entre el 4 y el 18
de junio se han cumplido los 25 años que se celebraron las elecciones
parlamentarias en Polonia en 1989, uno
de los primeros regímenes comunistas que desapareció fundamentalmente por su
incapacidad de gobernar con el apoyo unánime, ni tan siquiera mayoritario de la
población polaca.
Las elecciones que se
celebraron tuvieron unas curiosas características especiales, porque se
realizaban en el marco que estableció Gorbachov, que sacaron a la luz con la “Glasnost”
y la “Perestroika” lo que algunos comunistas como Santiago Carrillo, venían desde
hace años advirtiendo de las profundas contradicciones y la insostenibilidad de
los regímenes comunistas, y de forma especial de la URSS, que Gorbachov trató
de salvar pero que fue demasiado tarde y su proyecto para salvar el comunismo
en el país de la “Revolución de Octubre”
fue dinamitado por un golpe de Estado perpetrado por lo más ortodoxo y
corrupto del Partido Comunista de la Unión Soviética. El sacrosanto PCUS
venerado como lo hacen los cristianos con la Santa Madre Iglesia en el Vaticano
por millones de comunistas del mundo.
Las intenciones de
Gorbachov de salvar a “La patria del Socialismo” como así le llamaron durante décadas
los comunistas y millones de trabajadores del mundo, se vieron frustradas y con
ello el comunismo se derrumbó no solo en el país que había sido ejemplo y guía
de la revolución socialista para todos los proletarios del planeta, sino tras
él, también todos los regímenes
comunistas implantados tras la finalización de la II Guerra Mundial, en los
países llamados “satélites” que desaparecieron de una forma u otra.
Las citadas elecciones,
tuvieron un protocolo singular del régimen que las convocaba. Se atribuían de
entrada con independencia de cual fuese el voto popular, al menos de 299
escaños de los 460 que componían la Cámara Baja, y que solo permitían la libre
disputa del 35% restante. Bueno una autentica cacicada del régimen comunista
que las convocaba.
Los resultados pese a esas
imposiciones de Gobierno comunista, supusieron un fracaso y la humillación de
la que jamás se recuperaría el Partido Comunista Polaco, siendo los candidatos
de Solidaridad que si bien se vieron beneficiados con los manejos y apoyos del
Papa y de la CIA, fueron los que lograron todos los escaños en juego en la
Dieta.
Eso fue el inicio del
hundimiento de una parte del mundo, del mundo de los regímenes comunistas por
unas consecuencias que rápidamente trascendieron el hecho, de que por primera
vez en 40 años se conformase en un país de Europa Oriental un Gobierno no
comunista.
Y ese cataclismo político,
tuvo sus efectos más allá de las fronteras polacas, como lo tuvo la caída del
Muro de Berlín.
Con la caída de los
regímenes comunistas, una parte importante del mundo se desmoronaba y desaparecía,
y a partir de ahí de ese descalabro político del comunismo, una nueva era se
iniciaba y en la que muchos parecen no haberse dado cuenta, ni se han percatado
a pesar del sonoro derrumbamiento que produjeron con su caída los sistemas
comunistas.
César Llorca Tello
Benetusser 6 de junio 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario