La primera buena y gran
noticia, nos ha venido de Grecia con el triunfo de Syriza. Esta victoria
debería servir para iniciar un verdadero debate en la U. Europea que contribuya
a generalizar la necesidad de un radical cambio de las actuales políticas
económicas, exigidas e impuestas por la Troika.
Grecia no es un país
cualquiera, los resultados de las recientes elecciones por sus repercusiones en
el contexto de crisis y la situación catastrófica que han situado al país las
políticas exigidas por la U. Europea, el BCE y el FMI, ya han depasado sus
fronteras.
Las alegrías y
satisfacción en los países de la U. Europea han sido una constatación evidente,
aunque tampoco han faltado quienes expresen su desilusión por la alianza de
Syriza con ANEL para formar el nuevo Gobierno, así como por no figurar ninguna
mujer en el mismo.
Yo creo sin embargo, que
la mejor ayuda al pueblo griego en estos momentos, no va a venir con esas
opiniones, ni con las comparaciones de este país con las de otro país de la U.
Europea, especialmente con similitudes con el nuestro. Porque ni querer reducir
la victoria de Syriza en una duplicata, a aplicar a nuestro país es una
necesidad, y empeñarse en ello sería un error. Porque Ni Grecia es España, ni
España es Grecia.
Las difíciles
circunstancias económicas y sociales en que han situado a Grecia las
imposiciones de la Troika desde que tuvieron la crisis en el año 2007 que la
situaron con un déficit público del 7% del PIB, una Deuda Pública del 110% y un
déficit exterior del 15% del PIB, y que se han venido a empeorar hasta hoy con
las políticas de la Troika y el seguidismo a las mismas por el Gobierno de
Nueva Democracia, el que ahora ha perdido las elecciones, requieren unas
políticas del nuevo Gobierno de Syriza, diferentes e inteligentes que abran
paso hacia otra política, hacia otra situación en Grecia y en Europa.
Grecia tiene un gran lugar
en la historia de la humanidad, conocida por todos, ha sido la cuna de la
Democracia y el hogar de la civilización europea y que ha facilitado numerosas
palabras a nuestro diccionario. Y últimamente, después de los ataques
especulativos que sobre la deuda griega del 2010 ha venido sufriendo sus
ciudadanos, estos han dado el buen ejemplo de una firmeza ciudadana contra la
espiral de la austeridad.
En un extraño consenso
forjado en la obsesión de la Deuda, Ángela Merkel había obtenido en repetidas
ocasiones, medidas absurdas y peligrosas para la economía y la sociedad griega.
Los planes de austeridad se fueron sucediendo, elaborados por una Troika, que
ha hecho de lo que ellos llamaban “Su
remedio para los males económicos” un verdadero veneno para las economías.
Basándose en el modelo de
políticas de ajustes estructurales aplicados a países en América Latina por el
FMI, las consecuencias fueron dramáticas. La explosión de la mortalidad
infantil, el empobrecimiento generalizado, el desmantelamiento de estructuras
sociales y de atención a las personas mayores, han sido las principales
consecuencias de estas “curas” neoliberales.
Fue a partir de este
modelo, que esta terapia de choque se generalizó y aplico a otros países
europeos.
La victoria de Syriza en
Grecia, nos abre hoy la posibilidad de terminar con ese ciclo infernal, porque
precisamente se ha dado en un momento, donde la toma de conciencia de los
destrozos que han provocado las políticas de austeridad, se ha generalizado.
Ahora que los expertos
europeos y mundiales, llaman todos a la U. Europea a cambiar de política, un
nuevo consenso puede surgir. Mario Draghi acaba de romper con los dogmas del
BCE, y la U.E. puede acabar con los dogmas del pacto de estabilidad.
Los resultados de las
elecciones en Grecia, han abierto una brecha en las posiciones neoliberales,
aunque yo creo que no se debería caer en el error tradicional de la izquierda.
La victoria de Syriza se ha venido a presentar como una responsabilidad
europea.
Desde nuestro país se
debería jugar un papel muy diferente al que ha representado el Ministro
Guindos, que con sus declaraciones recordando a Grecia que nos debe 26,000
millones de €, ha demostrado su torpeza y la falta de visión de un proyecto que
haga posible el cambio en Europa, de las políticas de austeridad y del pago de
intereses actuales, que siguen incrementando las futuras deudas.
Desde España creo que se
tiene que jugar un papel muy particular. El de ser uno de los principales
países de la U. Europea que apoyen y sostengan el cambio de política en Grecia.
Y para ello, una razón de más para conseguir en nuestros próximos comicios
acabar con el gobierno del PP.
Y desde la U. Europea, tampoco
se debe ni negarse ni buscar excusas para evitar el nuevo tratamiento que a las
políticas de austeridad se necesitan, y que pasan a mí entender por un
planteamiento global de la Deuda de todos países de la comunidad, como primera
y urgente necesidad para salir de la actual recesión económica, con una
política alternativa para reactivar la demanda y la creación de empleo.
Europa no puede, ni debe
buscar excusas, porque hacerlo sería un gran error y se equivocaría si olvidase
que en 1953, en Londres los principales jefes de Estado, no dudaron de ahorrar
una buena parte de la deuda alemana para permitir su reconstrucción.
La petición del nuevo
Gobierno es la de una renegociación de su deuda en otras condiciones que
favorezcan su crecimiento. Y esa reivindicación hay que apoyarla así como las reformas que desea realizar y
venia planteando Syriza. La puesta en marcha de un conjunto de medidas contra
la evasión fiscal y otras.
Hay que ayudar a Grecia
pero también invitarles a no caer en el error tradicional de la izquierda. A
una política absurda de austeridad, no puede seguirle una política de
relanzamiento económico ciego.
Grecia es un país, no solo
con un alto endeudamiento donde se ha concentrado todo el debate durante la
campaña electoral, aunque también hay un problema de pobreza y de desempleo que
también ha estado en el fondo del debate.
Pero también tiene dos
problemas de los que no se está hablando. El primero es que tiene un grave
problema de competitividad y de baja productividad dentro del euro compartiendo
moneda con países como Alemania, Francia, Italia y con España con mucha más
productividad que ellos.
Y el segundo, es el
problema institucional, sus instituciones no funcionan y donde Syriza está
haciendo propuestas de regeneración democrática que me parecen necesarias.
Las instituciones
económicas en Grecia, no funcionan y por eso tuvieron la crisis en el 2007, y
en ese contexto las familias y las empresas griegas también se endeudaron. En
esta situación los griegos decidieron elegir a Nueva democracia, que ha sido el
partido que ahora ha perdido por mayoría absoluta en el 2003. De ahí que los que les votaron fueron
corresponsables de haber votado a un gobierno que aplicó una muy mala política
económica.
Decir ahora a los
alemanes, a los franceses y españoles que tienen que seguir poniendo dinero
para lograr una quita a Grecia, es muy sencillo. Lo que es difícil y complicado,
que en mi opinión hay que hacer, es decirle a los griegos lo que han hecho mal
y lo que tienen que cambiar.
Y hay que cambiar muchas cosas, entre otras
cosas, la forma de producir en un mundo global. Y que Tsipras no se encierre en una carrera mística por el
crecimiento y prefiera elegir el camino equilibrado de las inversiones.
Va a hacer falta un Plan
Griego para reinventar Grecia, de volver a ser una economía competitiva, de
volver a ser una economía seria donde se respeten las instituciones, donde las
pensiones se paguen lo que se pueda pagar, donde no hayan fraudes …. Y en este
escenario hay que apoyar a los griegos, sobre todo a la gente que está pasando
más necesidades y están en la más absoluta pobreza.
La prueba del poder, va a
ser el gran desafío de Syriza, de su jefe de Gobierno Tsipras, para poder en
marcha un nuevo modelo de desarrollo, que ponga en el reparto y la cooperación,
el acento antes que en la confrontación.
Desde España, nosotros la
izquierda que próximamente gobierne en el país, tenemos muy próxima la
ocasión de cambiar el Gobierno del Sr.
Rajoy para exigir a Europa desde la nueva correlación de fuerzas, que hace
falta una política audaz para terminar con las tasas de endeudamiento, y recesión
económica que hoy impiden el relanzamiento de la economía, la demanda y la
creación de empleo en Europa.
Los partidos de izquierda
y de progreso en nuestro país PSOE e IU, deben a mi juicio, defender en sus
programas y actuaciones, que se puede y debe parar la construcción europea que
hoy se realiza en base a la estabilidad financiera, para iniciar la
construcción de una Europa diferente basada en la solidaridad y el crecimiento.
Solo sobre estos
principios, podremos construir un modelo de Europa, diferente.
La excelente noticia de la
nueva Grecia que ha surgido con la victoria de Syriza, nos señala el inicio de
la hora de la alternativa a la actual política de austeridad que ha sonado en
Atenas y que ahora no ha hecho más que empezar.
Por eso nosotros desde
España deberíamos hacer todo por apoyarlos.
César Llorca Tello.
Benetusser 29 enero 2015.