NUESTRO ESTADO DE DERECHO, NO SE JUZGA EN ALEMANIA
La decisión del
Tribunal alemán, de no admitir la euro-orden cursada por el Juez Pablo Llarena
de la que se deriva en justicia, la devolución a España, de Carles Puigdemont, descartando la entrega por
el delito de Rebelión, ha generado una situación, que al menos para mí – que no
soy un experto en materia judicial -, da la impresión que en lugar de responder
a la Euro –orden citada, se ha dedicado a juzgar de hecho, las leyes, y las
decisiones del Juez Llarena y a decidir
la excarcelación de un “Delincuente
común, fugado de la justicia de nuestro Estado de Derecho”.
Yo estoy convencido
que los recursos a los que el juez Llarena tenga ante si, por tal decisión del
Tribunal alemán, seguirán su curso ante el Tribunal de Justicia de la Unión
Europea, para que este Tribunal, pueda comprobar si los jueces alemanes, han
aplicado correctamente los pasos que corresponden a la Euro-orden de detención
y devolución a la justicia española.
Pero más allá de la
evolución judicial, lo importante es que los hechos por los que se les
imputaron delitos variados, entre ellos el de Rebelión, “No los van ni a juzgar, ni a cambiar ninguna decisión de ningún juez
al margen de los Tribunales de Justicia que contempla nuestro Estado de
Derecho”.
Y toda la
parafernalia del independentismo ante la excarcelación de Puigdemont, por el
delito de Rebelión, que según se contempla en el Derecho de nuestro país y en
la interpretación del Tribunal Supremo, se
les va a atragantar el cava por el que han brindado algunos. Porque el Estado
de Derecho en nuestro país, va a seguir en la defensa de las Libertades y la
Democracia que le son propias.
Y aunque la
decisión del tribunal alemán con la libertad de Puigdemont, ha desatado una
extraordinaria crisis judicial entre ambos países. Además, se ha dado, una
contradicción entre la Fiscalía de Hoffeiner que pidió a la Audiencia
Territorial que entregara a Puigdemont tanto por Rebelión como por Malversación,
y que consideró que el detenido debía permanecer en prisión. Y que la Audiencia
no atendió.
Pero volviendo al
nuevo intento de Roger Torrent, tras tres intentos, de proponer otra vez para
su investidura a Jordi Sanchez, pese a al rechazo de la CUP, y que se encuentra
en prisión preventiva por un delito de Rebelión, y que en el anterior intento,
no se llegó a materializar, ya que el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llanera negó que pudiera abandonar la Prisión de
Estremera para participar en el debate.
Esas estrategias,
lo que vienen a confirmar, a reiterar,
es la estrategia del sector independentista que:“Tras el evidente fracaso del Proces independentista, a pesar de estar
rotos entre si, lo suyo es seguir con la misma historia”.
Pero le pueden dar
las vueltas que quieran darle, buscaran a los candidatos del plan B, C o D, da
igual, porque el problema de fondo persiste: “La Aritmética Parlamentaria es la que es, y mientras no la cambien los
catalanes en unas elecciones”. No hay otra solución y así lo indicaba en mi
artículo “Hay que cambiar la Aritmética
Parlamentaria ¡ya!”.
Por esa razón, y aún
compartiendo con Pedro Sanchez un convencimiento común: “Que la crisis en Cataluña, es un problema político que requiere
soluciones políticas”, tengo que reconocer que la única “Solucion política posible” que veo, es la que den los catalanes modificando con sus votos, la actual
correlación de fuerzas de una Aritmética Parlamentaria. Porque ese Parlament está inhabilitado para resolver por si solo, el reto de
investir a un President y decidir la
composición del Govern que gobierne en el marco de la legalidad vigente, para
todos los catalanes en una Cataluña capaz de recuperar la convivencia y su
desarrollo, en el actual marco Constitucional
Y en cuanto al
Dialogo que reclama Puigdemont al salir de la cárcel y exigir la libertad de
los que han sido sus “Socios en una
asociación criminal”, como se ha calificado por la Audiencia Nacional por
las actuaciones ilegales pensabas y llevadas a cabo desde las instituciones y
determinadas organizaciones civiles para romper con España y con Europa, van a
tener poco recorrido, porque ni Puigdemont, ni ninguna de las fuerzas
separatistas tienen proyecto, ni candidato, ni futuro. Ese dialogo es más de lo
mismo, que se acepte por el Estado, la independencia y separación de Cataluña con el Estado español.
Y por eso, a
quienes proponen con buenas intenciones – que no pongo en duda- para terminar
con la actual crisis, el “Dialogo”, yo les quiero preguntar desde aquí : ¿Dialogo, con quien y para que?.
En primer lugar, la
primera respuesta es que el independentismo no desea ningún dialogo, y eso
debería de tenerlo claro los politólogos y analistas de los medios, porque su
objetivo es el que está logrando con su actual estrategia, y por lo tanto no se
pueden esperar resultados que hagan posible el fin del proyecto separatista,
mediante el dialogo.
Y en segundo lugar,
es que para aceptar su independencia, que es lo único que desean, no se puede encontrar ni en España ni en
ningún otro país ó institución, un interlocutor que se preste al margen de las
leyes y la democracia del Estado de Derecho que contempla nuestra Constitución,
y les haga el juego al independentismo, para que todos los españoles les
reconozcamos como legal sus ambiciones rupturistas.
Por lo tanto, y con
total independencia de las actuaciones judiciales que yo estoy convencido van a
situar a todos los implicados en el lugar que les corresponda por sus delitos,
después del correspondiente juicio. Se hace necesario llevar a cabo una intensa
y permanente lucha ideológica, para demostrar a todos los catalanes, y
fundamentalmente a aquellos que votaron cualquiera de las formaciones políticas
que han venido divulgando “Sus cuentos”
y que hasta el día de hoy se consideran “Robados
por España y su estado Franquista” de que ya está bien, que cuatro
impresentables e ilegales políticos y como personas, sigan hundiendo en el
actual caos a todos los catalanes.
Y cuando lleguen
las próximas elecciones, que sean los catalanes que den la “Solucion política a la crisis en Cataluña” votando a aquellos
partidos constitucionalistas para configurar una “Nueva Aritmética Parlamentaria del Parlament”, porque son ellos los
únicos que tienen en su mano, decidir su presente y futuro.
Alguien que me lea,
me podrá decir que ese trayecto al que me refiero, va a exigir tiempo, y yo no le
discutiré, hace falta “Tiempo e inteligencia
política”, es verdad. Porque lograr una Aritmética distinta en Cataluña,
no es cosa de cuatro, sino de esos que ayer
votaron independentismo, pero hoy ya están
hartos de tanta delictiva ilegalidad de sus dirigentes, y decidan con su voto esos
cambios, porque en definitiva es la soberanía de los catalanes quien puede decidir
con una inmensa mayoria su presente y su futuro.
7
abril 2018
César
Llorca Tello
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