martes, 26 de diciembre de 2017

TRAS EL 21-D, HAY QUE REMITIRSE A LAS EVIDENCIAS.


Aunque yo no sea juez ni nada por el estilo, me parece que es evidente que desde el Tribunal Supremo, todos aquellos que el Juez les ha imputado por los delitos cometidos y tipificados en el Código Penal, serán en su día juzgados y previsiblemente condenados.
Y como los resultados de las elecciones autonómicas del 21-D, no eran  “una vacuna para indultar de los delitos cometidos”, sino que el objeto de todas las elecciones autonómicas, como todo el mundo sabe, era para la consecución de dos objetivos, la conformación del nuevo Parlament y del Govern de Cataluña,  no para indultar por los delitos cometidos antes del 21-D. por los que han sido imputados el anterior Govern, y la Mesa del Parlament por el Tribunal Supremo
Esa es la cuestión, la evidencia desde la que hay que partir para abordar la crisis política e institucional en Cataluña, en el día de hoy.
Porque al margen de las opiniones de unos y otros. Lo que hace falta en Cataluña es un Govern, que sea capaz de dedicarse a resolver los problemas reales, no los ficticios, y eso exige que el Govern piense en todos los catalanes y gobierne para ellos, no exclusivamente para una parte, “la de los catalanes buenos”, como se ha gobernado hasta ahora por el independentismo de los Puigdemont, Junqueras y Cia,  sin considerar a los que siendo catalanes por no querer la independencia y la República, que son cuanto menos, ignorados y  calificados de fascistas españolistas.
Pero llegados hasta aquí, después de las elecciones del 21-D, celebradas en el marco de la legalidad que estableció el artículo 155 de la Constitución, el reto es que hay que respetar la pluralidad política resultante, y actuar con responsabilidad, desde las instituciones, Parlament y Govern, que surjan en el periodo que media hasta el 23 de enero.
Pero hasta la fecha de hoy, lo único que se está poniendo de manifiesto es claramente la división entre “la lista del fugado Puigdemont” y la de ERC que a pesar de cuidar durante la campaña, sus diferencias, hoy aparecen confrontados con una carga de intereses personales entre los dos líderes independentistas, en la disputa de quien tiene que ser el futuro President.
Y el problema de esta disputa, es el escenario en que se da: Uno fugado, y viviendo en Bruselas, y que en cuanto vuelva, ya se lo ha anunciado su propio abogado defensor, va a ser la detención y la cárcel. Y el otro aspirante a President, actualmente encarcelado, pero que desde la prisión pretende ser él “El elegido”, si Puigdemont sigue negándose a volver a España.
Todo ello son los indicios, el anuncio de un negro futuro para el liderazgo y el proyecto independentista, oscuro, sin perspectivas y sin un programa de gobierno del que se pueda presumir de unas intenciones de Gobernar en el marco de la legalidad vigente para todos los catalanes.

sas circunstancias, deberían contribuir en mi opinión, a un replanteamiento diferente en aquellos catalanes que creyéndose “los cuentos de las cuentas y las falsedades de las historias que el independentismo ha prefabricado desde hace décadas”, han votado una u otra fuerza del independentismo, porque hoy, pueden constatar porque es bien evidente, que su voto no ha servido, ni servirá nunca para transformar la lamentable realidad socio-económica en Cataluña que ha producido el “Proces”, en una Cataluña de progreso y convivencia de Libertad y Democracia, que es lo que necesitan todos los catalanes.
Yo sé, que esas reflexiones no se van a producir automáticamente, de la noche a la mañana, sin embargo precisamente por ello, se hace necesario una labor política de propuestas positivas por los partidos constitucionalistas, fundamentalmente por el PSC y el PSOE que acompañadas por una labor pedagógica, sitúe la evidencia como el factor indiscutible de la verdad, y que el dialogo y el respeto sean también un elemento fundamental de la controversia política que se necesita en Cataluña y en todo nuestro país.
Pero si estas son – al menos – propuestas del sentido común, y que se pueden compartir ó no, lo radicalmente preocupante en la actitud que han tomado los diferentes partidos políticos después de los resultados del 21-D.
Si empezamos por el PP, cuyo Presidente Mariano Rajoy, no ha dado muestras  de la más mínima intención de buscar las causas del gran fracaso de su partido en Cataluña. Y eso que ese fracaso es también el de su política de Gobierno en España. Pero enrocarse en que o se cumple con la legalidad vigente el nuevo Govern, o se aplicará otra vez el 155, son la expresión del grave problema que tenemos en España con el Gobierno de Mariano Rajoy. Su agotamiento como gobernante es enorme y la hora de cambiar de inquilino en La Moncloa, no puede prolongarse por más tiempo. Pero en lugar de abordar soluciones para el conflicto con Cataluña, como podía ser el avanzar en la Reforma de la Constitución, se dedica a “reforzarse ante las elecciones municipales y autonómicas” para que Ciudadanos no les haga el “Sorpasso”.
Por el lado de Ciudadanos, que a pesar de ser la primera fuerza más votada, sigue más preocupada por las futuras elecciones a nivel local y autonómico, que en tomar la iniciativa de presentarse Inés Arrimadas como candidata a la Presidencia de la Generalitat con un programa de Govern. Un gran error como indicaba en mi anterior articulo.
Los partidos Junts per Cataluña y ERC, con las dificultades para seguir con un Proces II, sin riesgos, hoy solo persiguen el objetivo de ver con quienes van a poder formar el Parlament y el Govern, ya que los que estuvieron anteriormente, hoy son delincuentes pendientes de los juicios que en su día les juzguen y previsiblemente les condene.
Quizá las decisiones del poder judicial, contribuyan a protestas de algún sector independentista, cuando se condenen a los inmersos por el incumplimiento de la ley, pero creo que en su día contribuirá a paralizar cualquier intento a repetir con los proyectos Independentistas y de la República en Cataluña, a los que vayan a ocupar los escaños que no podrán ocupar los Puigdemont, Junqueras Forcadell y Cia. Todo se andará, quizá antes de lo que algunos se piensan, y hoy están clamando, la libertad de los “delincuentes presos”, cada vez con menos entusiasmo, hay que decir.  
Aunque los secesionistas han reclamado la libertad del ex -vicepresident Oriol Junqueras y otros ex-consejeros, al mismo tiempo que criticaron el mensaje de Navidad del Rey. 
Pero como se puede comprobar, el independentismo no ha hecho ni una sola propuesta para la creación de empleo, para recuperar las empresas que se han marchado así como los bancos, la convivencia y el respeto de todos los catalanes. Eso es lo que los independentistas “no se han planteado jamás”, y  así no se puede volver a gobernar, ni Puigdemont ni Junqueras en Cataluña, ni Mariano Rajoy en España.
Esas son las evidencias resultantes del 21-D. Hay que seguir la evolución de la situación en Cataluña, y yo seguiré dando mi modesta opinión.

                               26 diciembre 2017

 

         

 

 

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