Aunque yo no sea
juez ni nada por el estilo, me parece que es evidente que desde el Tribunal
Supremo, todos aquellos que el Juez les ha imputado por los delitos cometidos y
tipificados en el Código Penal, serán en su día juzgados y previsiblemente
condenados.
Y como los
resultados de las elecciones autonómicas del 21-D, no eran “una
vacuna para indultar de los delitos cometidos”, sino que el objeto de todas
las elecciones autonómicas, como todo el mundo sabe, era para la consecución de
dos objetivos, la conformación del nuevo Parlament y del Govern de
Cataluña, no para indultar por los
delitos cometidos antes del 21-D. por los que han sido imputados el anterior
Govern, y la Mesa del Parlament por el Tribunal Supremo
Esa es la cuestión,
la evidencia desde la que hay que partir para abordar la crisis política e
institucional en Cataluña, en el día de hoy.
Porque al margen de
las opiniones de unos y otros. Lo que hace falta en Cataluña es un Govern, que
sea capaz de dedicarse a resolver los problemas reales, no los ficticios, y eso
exige que el Govern piense en todos los catalanes y gobierne para ellos, no
exclusivamente para una parte, “la de
los catalanes buenos”, como se ha gobernado hasta ahora por el
independentismo de los Puigdemont, Junqueras y Cia, sin considerar a los que siendo catalanes por
no querer la independencia y la República, que son cuanto menos, ignorados
y calificados de fascistas españolistas.
Pero llegados hasta
aquí, después de las elecciones del 21-D, celebradas en el marco de la
legalidad que estableció el artículo 155 de la Constitución, el reto es que hay
que respetar la pluralidad política resultante, y actuar con responsabilidad, desde
las instituciones, Parlament y Govern, que surjan en el periodo que media hasta
el 23 de enero.
Pero hasta la fecha
de hoy, lo único que se está poniendo de manifiesto es claramente la división
entre “la lista del fugado Puigdemont”
y la de ERC que a pesar de cuidar durante la campaña, sus diferencias, hoy
aparecen confrontados con una carga de intereses personales entre los dos
líderes independentistas, en la disputa de quien tiene que ser el futuro
President.
Y el problema de
esta disputa, es el escenario en que se da: Uno fugado, y viviendo en Bruselas,
y que en cuanto vuelva, ya se lo ha anunciado su propio abogado defensor, va a
ser la detención y la cárcel. Y el otro aspirante a President, actualmente
encarcelado, pero que desde la prisión pretende ser él “El elegido”, si Puigdemont sigue negándose a volver a España.
Todo ello son los
indicios, el anuncio de un negro futuro para el liderazgo y el proyecto
independentista, oscuro, sin perspectivas y sin un programa de gobierno del que
se pueda presumir de unas intenciones de Gobernar en el marco de la legalidad
vigente para todos los catalanes.
sas
circunstancias, deberían contribuir en mi opinión, a un replanteamiento diferente
en aquellos catalanes que creyéndose “los
cuentos de las cuentas y las falsedades de las historias que el independentismo
ha prefabricado desde hace décadas”, han votado una u otra fuerza del
independentismo, porque hoy, pueden constatar porque es bien evidente, que su
voto no ha servido, ni servirá nunca para transformar la lamentable realidad
socio-económica en Cataluña que ha producido el “Proces”, en una Cataluña de progreso y convivencia de Libertad y
Democracia, que es lo que necesitan todos los catalanes.
Yo sé, que esas
reflexiones no se van a producir automáticamente, de la noche a la mañana, sin
embargo precisamente por ello, se hace necesario una labor política de
propuestas positivas por los partidos constitucionalistas, fundamentalmente por
el PSC y el PSOE que acompañadas por una labor pedagógica, sitúe la evidencia
como el factor indiscutible de la verdad, y que el dialogo y el respeto sean
también un elemento fundamental de la controversia política que se necesita en
Cataluña y en todo nuestro país.
Pero si estas son –
al menos – propuestas del sentido común, y que se pueden compartir ó no, lo radicalmente
preocupante en la actitud que han tomado los diferentes partidos políticos
después de los resultados del 21-D.
Si empezamos por el
PP, cuyo Presidente Mariano Rajoy, no ha dado muestras de la más mínima intención de buscar las
causas del gran fracaso de su partido en Cataluña. Y eso que ese fracaso es
también el de su política de Gobierno en España. Pero enrocarse en que o se
cumple con la legalidad vigente el nuevo Govern, o se aplicará otra vez el 155,
son la expresión del grave problema que tenemos en España con el Gobierno de
Mariano Rajoy. Su agotamiento como gobernante es enorme y la hora de cambiar de
inquilino en La Moncloa, no puede prolongarse por más tiempo. Pero en lugar de
abordar soluciones para el conflicto con Cataluña, como podía ser el avanzar en
la Reforma de la Constitución, se dedica a “reforzarse
ante las elecciones municipales y autonómicas” para que Ciudadanos no les
haga el “Sorpasso”.
Por el lado de
Ciudadanos, que a pesar de ser la primera fuerza más votada, sigue más
preocupada por las futuras elecciones a nivel local y autonómico, que en tomar
la iniciativa de presentarse Inés Arrimadas como candidata a la Presidencia de
la Generalitat con un programa de Govern. Un gran error como indicaba en mi
anterior articulo.
Los partidos Junts
per Cataluña y ERC, con las dificultades para seguir con un Proces II, sin
riesgos, hoy solo persiguen el objetivo de ver con quienes van a poder formar
el Parlament y el Govern, ya que los que estuvieron anteriormente, hoy son
delincuentes pendientes de los juicios que en su día les juzguen y
previsiblemente les condene.
Quizá las
decisiones del poder judicial, contribuyan a protestas de algún sector
independentista, cuando se condenen a los inmersos por el incumplimiento de la
ley, pero creo que en su día contribuirá a paralizar cualquier intento a
repetir con los proyectos Independentistas y de la República en Cataluña, a los
que vayan a ocupar los escaños que no podrán ocupar los Puigdemont, Junqueras
Forcadell y Cia. Todo se andará, quizá antes de lo que algunos se piensan, y
hoy están clamando, la libertad de los “delincuentes
presos”, cada vez con menos entusiasmo, hay que decir.
Aunque los
secesionistas han reclamado la libertad del ex -vicepresident Oriol Junqueras y
otros ex-consejeros, al mismo tiempo que criticaron el mensaje de Navidad del
Rey.
Pero como se puede
comprobar, el independentismo no ha hecho ni una sola propuesta para la
creación de empleo, para recuperar las empresas que se han marchado así como
los bancos, la convivencia y el respeto de todos los catalanes. Eso es lo que
los independentistas “no se han
planteado jamás”, y así no se puede
volver a gobernar, ni Puigdemont ni Junqueras en Cataluña, ni Mariano Rajoy en
España.
Esas son las
evidencias resultantes del 21-D. Hay que seguir la evolución de la situación en
Cataluña, y yo seguiré dando mi modesta opinión.
26 diciembre 2017
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