El 22-D, el sorteo
tradicional de la Lotería Nacional, va a tener este año un competidor, por la
atención que se preste por conocer el número del “Gordo” y a donde ha tocado, y este año por saber a quién le ha
tocado “El gordo político de formar
Govern” en Cataluña, como consecuencia del “Sorteo electoral del 21-D”, y donde hoy aún no se sabe, - a
ciencia cierta-, quien lleva el número
que resultará premiado por las urnas.
Cuando faltan tan
solo 18 días para el “día D”, donde en
las urnas se juega el futuro de Cataluña, hay que reconocer que vamos a
presenciar una campaña electoral muy complicada por las incertidumbres que presagian
encuestas, sondeos y determinados politólogos de la prensa y la TV.
En mi opinión, ante
las incertidumbres – que las hay - una realidad meridianamente clara, es que en estas elecciones del 21-D, está en
juego el futuro de Cataluña. Porque de las urnas puede surgir la democracia, la
recuperación económica y la convivencia social; o bien según la interpretación
que están dando los partidos independentistas, la reiteración del apoyo al “Proces” separatista.
Esa es la cuestión, y no otra.
Y a mí me parece que ante estas circunstancias
la primera consideración importantísima es la que “Todos los electores tienen que salir de casa e ir a votar el 21-D” en
un marco de libertad y democracia.
Y que cada cual,
constate a donde se ha llegado en Cataluña, con el proyecto independentista y
separatista de los Puigdemont, Junqueras, Forcadell, y Cia., que supongo no es
un aliciente para volverlos a votar. Y no solo por sus errores y mentiras que
han contado, y lo que han hecho; sino por la actitud que están manifestando
alguno de sus líderes. Y el cometer errores de la magnitud de las consecuencias
económicas y sociales que han supuesto para Cataluña, mejor no repetirlos.
Es verdad, yo soy
consciente de ello, que la situación está siendo muy complicada en Cataluña, a
donde ya ha ido Mariano Rajoy y en sus palabras ha dado la impresión que con el
articulo 155 ya se ha acabado con el independentismo, hasta se ha olvidado de
su personal responsabilidad cuando el PP se dedico a recoger firmas contra el
Estatut que había sido aprobado por el Parlament y el Congreso de los Diputados
y no ceso hasta lograr su anulación por sentencia del Tribunal Constitucional.
Por esa razón, ni
va a ser posible unos resultados favorables al PP que va a quedar en un partido
residual, que “ni pinche ni corte”
para nada en Cataluña. De ahí deduzco
los errores que están cometiendo los que ya están exigiendo para el Govern un
acuerdo del PSC, Ciudadanos y el PP. Error de Arrimadas, que se ve ya de
Presidenta; pero también de los socialistas Lambán y Alfonso Guerra, por otros
motivos y que podían estos últimos, - en mi opinión - jubilar ya “sus proposiciones políticas”, que son
una locura y que serian de agradecer, estoy seguro por Miquel Iceta y el PSC.
Porque si bien es
necesario hoy “Terminar con el
independentismo y la República como soluciones para Cataluña”, esa tarea no
es flor de un día, va a requerir tiempo e ingenio político. “Ni la continuidad de la inmovilidad política
de Mariano Rajoy y su Gobierno” que se cree que con el 155 y la Constitución
en la mano ya ha acabado con los dos millones que votaron independentismo el 1
de octubre. “Ni la alimentación del
frentismo en la guerra entre los buenos y los malos catalanes” que plantea Arrimadas.
Hace falta la
superación de la realidad creada en Cataluña desde hace años, y esa superación
solo podrá ser alcanzada mediante el convencimiento con la razón, y desde mi
modesta opinión, esa filosofía de un catalanismo moderado y firme en esas dos
categorías, las posee Miquel Iceta candidato del PSC a la Presidencia de la
Generalitat.
Y que está
demostrando el “Caudillo Puigdemont”
desde Bruselas: “el ridículo más
espantoso a su petición de que los policías belgas lo escoltasen a Cataluña
para poder votar”, y que el Gobierno le han negado. Este ex, que se sigue
considerando el President, está muy mareado y no merece fiarse por las sandeces
que dice cada día. Y desde que se marcho de “Su República, con los pantalones sucios por el miedo” pero que fue
un acto de cobardía, no inspira ya mucha confianza, incluso entre dirigentes
del PDeCAT. Ya que admiten estos días que viven una difícil contradicción, por
un lado Puigdemont y su circunstancias les han hecho revivir las expectativas
electorales para el 21-D, y por otro que el ex-President ha anulado el partido
y ha cegado las esperanzas de renovación para afrontar una nueva etapa.
Las conspiraciones,
reuniones y recelos han empezado en el PDeCAT con la vista puesta en el final
del proceso independentista ó al menos en el final del camino unilateral y al
margen de la ley. Y sobre todo, mirando a su futuro próximo en el que
Puigdemont sea inhabilitado por la Justicia y deba ser sustituido en su escaño
y en su liderazgo político, y para sustituirlo ya se deben estar dando
empujones entre Elsa Artadi, Luis Font y la propia Marta Pascal en lo que se
refiere al poder orgánico
Y hay que tener en
cuenta que esa previsible inhabilitación de Puigdemont irá acompañada de la del
resto de ex – consellers imputados por su participación en el proceso
soberanista. Y desde fuentes del PDeCAT ya se barajan las posibilidades de que
Puigdemont estudie dilatar ó hasta boicotear el proceso de formación del Govern,
tras el 21-D, ya que ni podría votar por no haberse censado antes del 22 de
noviembre en el censo donde se debían de inscribirse los españoles en el
extranjero.
Por ese simple
detalle, ni Puigdemont, ni los ex- consellers no podrían depositar su voto, en
caso de que estuvieran en Cataluña el 21-D. Y además deberán quedarse en Bélgica
para cumplir con la justicia belga, que le ha prohibido salir del país, hasta
que el juez decida si acepta su extradición a España.
Así están las
perspectivas reales del PDeCAT por un lado, y por el lado de los que están
encarcelados, queriendo aparentar que van a rectificar sus errores unos, y
otros que siguen persistiendo en los mismos, haciendo piruetas ante el juez del
Tribunal Supremo para lograr su libertad provisional hasta el día de su juicio.
Este es el
escenario independentista, y la verdad es que ni Puigdemont y Cia. ni Junqueras
ni ERC, ni la CUP con sus declaraciones de recurrir a la violencia para lograr la
República, ni la formación del matrimonio político de Ada Colau con el resto
del naufragio de Podemos en Cataluña, ofrecen ninguno de ellos ni una micro
posibilidad, digan lo que digan hasta el 21-D, de coherencia con propuestas
serias, sencillamente porque no las tienen.
Parece pues, que
desde la lógica y la voluntad de quienes un día decidieron echarse en brazos
del independentismo al creerse los “Cuentos
y las Historias prefabricadas que les han contado” pero que la realidad has mostrado no eran
tan reales, el día 21-D, decidan una buena parte, quedarse en casa, porque
motivos tienen de hartazgo, de mentiras y de indignación por la burla que les
han hecho los Puigdemont y Cia, que se han mostrado como una banda de
embusteros e ilegales políticos que no merecen ser votados desde el buen
sentido común de los catalanes. Ni que vuelvan a ocupar un segmento
parlamentario que les permita reiniciar el único objetivo que persiguen: La
ruptura con España aunque ello lleve aparejado el hundimiento económico y el
progreso de Cataluña.
Desde el
convencimiento que hoy la fuerza que se presenta con la voluntad de “Convencer más que de vencer”, que es a
mi juicio el factor fundamental de la acción política para ir superando la
dramática situación que hoy se vive en Cataluña, es la candidatura del PSC y
las propuestas que defiende su líder Miquel Iceta.
Propuestas, que tienen su origen en el catalanismo
moderado, la inteligencia y la gran paciencia para ir labrando el futuro mejor
para Cataluña que posee Iceta y que se
merecen el apoyo mayoritario de esos casi seis millones de electores el 21-D
para iniciar la reconstrucción de ese mejor futuro que necesita Cataluña.
3 diciembre 2017
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