domingo, 3 de diciembre de 2017

EL 21-D, Y EL 22-D: DOS FECHAS HISTORICAS.


 
El 22-D, el sorteo tradicional de la Lotería Nacional, va a tener este año un competidor, por la atención que se preste por conocer el número del “Gordo” y a donde ha tocado, y este año por saber a quién le ha tocado “El gordo político de formar Govern” en Cataluña, como consecuencia del “Sorteo electoral del 21-D”, y donde hoy aún no se sabe, - a ciencia cierta-,  quien lleva el número que resultará premiado por las urnas.
Cuando faltan tan solo 18 días para el “día D”, donde en las urnas se juega el futuro de Cataluña, hay que reconocer que vamos a presenciar una campaña electoral muy complicada por las incertidumbres que presagian encuestas, sondeos y determinados politólogos de la prensa y la TV.
En mi opinión, ante las incertidumbres – que las hay - una realidad meridianamente clara,  es que en estas elecciones del 21-D, está en juego el futuro de Cataluña. Porque de las urnas puede surgir la democracia, la recuperación económica y la convivencia social; o bien según la interpretación que están dando los partidos independentistas, la reiteración del apoyo al “Proces” separatista.
Esa es la cuestión, y no otra.
Y  a mí me parece que ante estas circunstancias la primera consideración importantísima es la que “Todos los electores tienen que salir de casa e ir a votar el 21-D” en un marco de libertad y democracia.
Y que cada cual, constate a donde se ha llegado en Cataluña, con el proyecto independentista y separatista de los Puigdemont, Junqueras, Forcadell, y Cia., que supongo no es un aliciente para volverlos a votar. Y no solo por sus errores y mentiras que han contado, y lo que han hecho; sino por la actitud que están manifestando alguno de sus líderes. Y el cometer errores de la magnitud de las consecuencias económicas y sociales que han supuesto para Cataluña, mejor no repetirlos.
Es verdad, yo soy consciente de ello, que la situación está siendo muy complicada en Cataluña, a donde ya ha ido Mariano Rajoy y en sus palabras ha dado la impresión que con el articulo 155 ya se ha acabado con el independentismo, hasta se ha olvidado de su personal responsabilidad cuando el PP se dedico a recoger firmas contra el Estatut que había sido aprobado por el Parlament y el Congreso de los Diputados y no ceso hasta lograr su anulación por sentencia del Tribunal Constitucional.
Por esa razón, ni va a ser posible unos resultados favorables al PP que va a quedar en un partido residual, que “ni pinche ni corte” para nada en Cataluña.  De ahí deduzco los errores que están cometiendo los que ya están exigiendo para el Govern un acuerdo del PSC, Ciudadanos y el PP. Error de Arrimadas, que se ve ya de Presidenta; pero también de los socialistas Lambán y Alfonso Guerra, por otros motivos y que podían estos últimos, - en mi opinión - jubilar ya “sus proposiciones políticas”, que son una locura y que serian de agradecer, estoy seguro por Miquel Iceta y el PSC.
Porque si bien es necesario hoy “Terminar con el independentismo y la República como soluciones para Cataluña”, esa tarea no es flor de un día, va a requerir tiempo e ingenio político. “Ni la continuidad de la inmovilidad política de Mariano Rajoy y su Gobierno” que se cree que con el 155 y la Constitución en la mano ya ha acabado con los dos millones que votaron independentismo el 1 de octubre. “Ni la alimentación del frentismo en la guerra entre los buenos y los malos catalanes” que plantea Arrimadas.
Hace falta la superación de la realidad creada en Cataluña desde hace años, y esa superación solo podrá ser alcanzada mediante el convencimiento con la razón, y desde mi modesta opinión, esa filosofía de un catalanismo moderado y firme en esas dos categorías, las posee Miquel Iceta candidato del PSC a la Presidencia de la Generalitat.
Y que está demostrando el “Caudillo Puigdemont” desde Bruselas: “el ridículo más espantoso a su petición de que los policías belgas lo escoltasen a Cataluña para poder votar”, y que el Gobierno le han negado. Este ex, que se sigue considerando el President, está muy mareado y no merece fiarse por las sandeces que dice cada día. Y desde que se marcho de “Su República, con los pantalones sucios por el miedo” pero que fue un acto de cobardía, no inspira ya mucha confianza, incluso entre dirigentes del PDeCAT. Ya que admiten estos días que viven una difícil contradicción, por un lado Puigdemont y su circunstancias les han hecho revivir las expectativas electorales para el 21-D, y por otro que el ex-President ha anulado el partido y ha cegado las esperanzas de renovación para afrontar una nueva etapa.
Las conspiraciones, reuniones y recelos han empezado en el PDeCAT con la vista puesta en el final del proceso independentista ó al menos en el final del camino unilateral y al margen de la ley. Y sobre todo, mirando a su futuro próximo en el que Puigdemont sea inhabilitado por la Justicia y deba ser sustituido en su escaño y en su liderazgo político, y para sustituirlo ya se deben estar dando empujones entre Elsa Artadi, Luis Font y la propia Marta Pascal en lo que se refiere al poder orgánico
Y hay que tener en cuenta que esa previsible inhabilitación de Puigdemont irá acompañada de la del resto de ex – consellers imputados por su participación en el proceso soberanista. Y desde fuentes del PDeCAT ya se barajan las posibilidades de que Puigdemont estudie dilatar ó hasta boicotear el proceso de formación del Govern, tras el 21-D, ya que ni podría votar por no haberse censado antes del 22 de noviembre en el censo donde se debían de inscribirse los españoles en el extranjero.
Por ese simple detalle, ni Puigdemont, ni los ex- consellers no podrían depositar su voto, en caso de que estuvieran en Cataluña el 21-D. Y además deberán quedarse en Bélgica para cumplir con la justicia belga, que le ha prohibido salir del país, hasta que el juez decida si acepta su extradición a España.
Así están las perspectivas reales del PDeCAT por un lado, y por el lado de los que están encarcelados, queriendo aparentar que van a rectificar sus errores unos, y otros que siguen persistiendo en los mismos, haciendo piruetas ante el juez del Tribunal Supremo para lograr su libertad provisional hasta el día de su juicio.
Este es el escenario independentista, y la verdad es que ni Puigdemont y Cia. ni Junqueras ni ERC, ni la CUP con sus declaraciones de recurrir a la violencia para lograr la República, ni la formación del matrimonio político de Ada Colau con el resto del naufragio de Podemos en Cataluña, ofrecen ninguno de ellos ni una micro posibilidad, digan lo que digan hasta el 21-D, de coherencia con propuestas serias, sencillamente porque no las tienen.
Parece pues, que desde la lógica y la voluntad de quienes un día decidieron echarse en brazos del independentismo al creerse los “Cuentos y las Historias prefabricadas que les han contado”  pero que la realidad has mostrado no eran tan reales, el día 21-D, decidan una buena parte, quedarse en casa, porque motivos tienen de hartazgo, de mentiras y de indignación por la burla que les han hecho los Puigdemont y Cia, que se han mostrado como una banda de embusteros e ilegales políticos que no merecen ser votados desde el buen sentido común de los catalanes. Ni que vuelvan a ocupar un segmento parlamentario que les permita reiniciar el único objetivo que persiguen: La ruptura con España aunque ello lleve aparejado el hundimiento económico y el progreso de Cataluña.
Desde el convencimiento que hoy la fuerza que se presenta con la voluntad de “Convencer más que de vencer”, que es a mi juicio el factor fundamental de la acción política para ir superando la dramática situación que hoy se vive en Cataluña, es la candidatura del PSC y las propuestas que defiende su líder Miquel Iceta.
Propuestas,  que tienen su origen en el catalanismo moderado, la inteligencia y la gran paciencia para ir labrando el futuro mejor para Cataluña que posee  Iceta y que se merecen el apoyo mayoritario de esos casi seis millones de electores el 21-D para iniciar la reconstrucción de ese mejor futuro que necesita Cataluña.

                              3 diciembre 2017

   

 

 

 

 

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