Y DE LA
ALTA TECNOLOGIA ¿QUE?
El pasado 28 de
diciembre en las páginas de El País, se daba una noticia que no era ninguna
inocentada.
La noticia recogía
las preocupaciones que en la
sociedad norteamericana, se están
teniendo ante las posibilidades reales de que el 47% de la población laboral en
EE.UU. puede ser desplazada, desaparecer de sus puestos de trabajo, como
consecuencia de los avances de la robótica y su aplicación en determinados
procesos productivos.
Y es que los
desplazados laborales, el daño colateral de la inteligencia artificial, lo
tenemos ya aquí, no son las utopías que antaño nos contaba Julio Verne en sus
novelas.
Los tractores sin
conductor ya están dando en EE.UU. los primeros pasos para cuidar y recoger
cosechas. Hace tres meses, un camión autónomo recorrió 200 kilómetros en una
autopista, y Amazon, anunció hace más o menos meses, que acababa de abrir un
supermercado piloto sin cajeros.
Y es que cada
semana, un experimento empresarial azuza el miedo a que los robots escalen la
pirámide laboral hasta hacerse con todos los empleos
El Consejo de
Asesores económicos de la Casa Blanca, siendo Presidente Obama, publico un
estudio en el que analizaba el impacto de esta transformación y hacia
recomendaciones para proteger los empleos a riesgo de quedar desplazados por las máquinas. El
temor es que, esta rápida mutación agrave aún más, la brecha económica y
social. Pero el progreso es así, nos trae esos inconvenientes, pero al mismo
tiempo, es esencial para mejorar la productividad.
Los expertos
anticipan, que llevará un par de décadas que los sistemas automatizados dominen
nuestras vidas. Y la OCDE publicó recientemente un estudio similar dedicado a
los desplazados por la popularidad creciente de la inteligencia artificial.
El informe de la
Casa Blanca recomienda que se amplíe el acceso a la educación técnica de los jóvenes y a la formación de
los adultos en áreas de la economía que crecerán en un futuro automatizado. Y
eso requiere de una mayor inversión en las escuelas.
La tecnología,
explican los autores del estudio, es clave para mejorar el grado de eficiencia
de una economía, que se determina según el nivel de utilización de los factores
que intervienen en el proceso de producción, y el nivel de efectividad
alcanzado de acuerdo con la tecnología disponible en un momento dado.
Estando ya en esa
era, de la “Revolución Tecnológica”,
a mí me ha extrañado que en las últimas campañas electorales celebradas en
España, no hubiese la más mínima propuesta por ningún partido político sobre
esta situación, ya que a pesar de nuestro atraso ancestral, no debemos
inhibirnos pues estamos abocados a abordarlo.
Sin embargo, cada
vez más gente nos preguntamos, sino tendremos que plantearnos soluciones más
realistas hoy, que el reivindicar más empleo, y empezar a reivindicar desde los
sindicatos y los partidos de izquierda como el PSOE, una renta para todos
aquellos que se vean desplazados por la “Revolución
Tecnológica”.
Yo sé que es muy difícil,
un debate sobre este tema en un país como el nuestro, con mucho paro y
precariedad laboral. Pero la última llamada a nuestra atención la han dado los
investigadores de la Universidad de Oxford, que han estimado nada menos que en
un 57% el volumen de los empleos existentes en los países de la OCDE, pueden
desaparecer a causa de la robótica.
Pero lo que no
podemos es meter la cabeza bajo del ala, y estar valorando como hace el PP, que
el paro ha descendido, y los sindicatos diciendo que es a costa de la
eventualidad y precariedad del empleo. Porque eso es un “diálogo de Besugos”, que para lo único que sirve es para no decir
a la gente la verdad de lo que nos espera.
Es verdad que en
otro momento histórico, de rechazo a la innovación, incluso a destruir hace dos
siglos los primeros telares industriales, o a la maquinaria agrícola en
Inglaterra, duraron poco, hasta que el movimiento obrero y sindical comprendió
que la utilización de la nueva maquinaria necesitaba más mano de obra. Pero hoy
son impensables esos comportamientos de los sindicatos, aunque la “Robótica”
desplace a millones de trabajadores desde “la
fabrica al sin trabajo”.
Yo creo que, además
de los obstáculos reales en nuestro país
para empezar a trabajar para encontrar formulas de “supervivencia a los miles de trabajadores desplazados”, es que,
los sindicatos y los partidos de izquierda contemporáneos, ni siquiera saben
muy bien en qué mundo tecnológico estamos ya. A pesar de que estamos entrando en
él a la velocidad de la luz.
Y entre los
obstáculos reales, se encuentran en primera línea los comportamientos políticos
del Gobierno de Mariano Rajoy. Que se mantiene ausente de las soluciones que
entiendo hay que dar y recoger en nuestra Constitución: Un ingreso de
subsistencia garantizado.
Y el Gobierno, no
se debe, porque no se puede, esconder y eludir de encontrar soluciones por las
dificultades de recursos económicos. Los recursos públicos se van a ver presionados, no solo por la necesidad
de la financiación de rentas mínimas. Sino
también porque la automatización galopante -en nuestro país más al trote
que al galope – también exige una revolución educativa. Cuando la educación no
sigue el ritmo de la tecnología, el resultado conduce a la desigualdad social.
La “Robótica y la inteligencia artificial”
no solo necesitan cambios de planes de enseñanza, para abarrotar de
conocimientos y habilidades los habituales periodos escolares de nuestros jóvenes.
La política y el sindicalismo de clase tienen que fijarse mucho más en este tipo de asuntos.
Las discusiones que
se están desarrollando, en cada uno de los partidos que se disponen a celebrar sus
congresos, son huérfanas de estos temas. Y no quiero desmerecer de importancia de
las discusiones sobre los liderazgos partidistas y los modelos de partido, que son
y van a tener gran relevancia para el presente y el futuro de nuestro país.
Pero estoy convencido
que, los partidos políticos de izquierda y los sindicatos de clase UGT y CC.OO deberían
empezar a responder a los nuevos retos sociales que llaman insistentemente a la
puerta.
2 febrero 2017
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