jueves, 2 de febrero de 2017

Y DE LA ALTA TECNOLOGIA ¿QUE?


Y   DE   LA   ALTA   TECNOLOGIA    ¿QUE?

El pasado 28 de diciembre en las páginas de El País, se daba una noticia que no era ninguna inocentada.
La noticia recogía las  preocupaciones que en la sociedad  norteamericana, se están teniendo ante las posibilidades reales de que el 47% de la población laboral en EE.UU. puede ser desplazada, desaparecer de sus puestos de trabajo, como consecuencia de los avances de la robótica y su aplicación en determinados procesos productivos.
Y es que los desplazados laborales, el daño colateral de la inteligencia artificial, lo tenemos ya aquí, no son las utopías que antaño nos contaba Julio Verne en sus novelas.
Los tractores sin conductor ya están dando en EE.UU. los primeros pasos para cuidar y recoger cosechas. Hace tres meses, un camión autónomo recorrió 200 kilómetros en una autopista, y Amazon, anunció hace más o menos meses, que acababa de abrir un supermercado  piloto sin cajeros.
Y es que cada semana, un experimento empresarial azuza el miedo a que los robots escalen la pirámide laboral hasta hacerse con todos los empleos
El Consejo de Asesores económicos de la Casa Blanca, siendo Presidente Obama, publico un estudio en el que analizaba el impacto de esta transformación y hacia recomendaciones para proteger los empleos a riesgo  de quedar desplazados por las máquinas. El temor es que, esta rápida mutación agrave aún más, la brecha económica y social. Pero el progreso es así, nos trae esos inconvenientes, pero al mismo tiempo, es esencial para mejorar la productividad.
Los expertos anticipan, que llevará un par de décadas que los sistemas automatizados dominen nuestras vidas. Y la OCDE publicó recientemente un estudio similar dedicado a los desplazados por la popularidad creciente de la inteligencia artificial.
El informe de la Casa Blanca recomienda que se amplíe el acceso a la educación  técnica de los jóvenes y a la formación de los adultos en áreas de la economía que crecerán en un futuro automatizado. Y eso requiere de una mayor inversión en las escuelas.
La tecnología, explican los autores del estudio, es clave para mejorar el grado de eficiencia de una economía, que se determina según el nivel de utilización de los factores que intervienen en el proceso de producción, y el nivel de efectividad alcanzado de acuerdo con la tecnología disponible en un momento dado.
Estando ya en esa era, de la “Revolución Tecnológica”, a mí me ha extrañado que en las últimas campañas electorales celebradas en España, no hubiese la más mínima propuesta por ningún partido político sobre esta situación, ya que a pesar de nuestro atraso ancestral, no debemos inhibirnos pues estamos abocados a abordarlo.
Sin embargo, cada vez más gente nos preguntamos, sino tendremos que plantearnos soluciones más realistas hoy, que el reivindicar más empleo, y empezar a reivindicar desde los sindicatos y los partidos de izquierda como el PSOE, una renta para todos aquellos que se vean desplazados por la “Revolución Tecnológica”.
Yo sé que es muy difícil, un debate sobre este tema en un país como el nuestro, con mucho paro y precariedad laboral. Pero la última llamada a nuestra atención la han dado los investigadores de la Universidad de Oxford, que han estimado nada menos que en un 57% el volumen de los empleos existentes en los países de la OCDE, pueden desaparecer a causa de la robótica.
Pero lo que no podemos es meter la cabeza bajo del ala, y estar valorando como hace el PP, que el paro ha descendido, y los sindicatos diciendo que es a costa de la eventualidad y precariedad del empleo. Porque eso es un “diálogo de Besugos”, que para lo único que sirve es para no decir a la gente la verdad de lo que nos espera.
Es verdad que en otro momento histórico, de rechazo a la innovación, incluso a destruir hace dos siglos los primeros telares industriales, o a la maquinaria agrícola en Inglaterra, duraron poco, hasta que el movimiento obrero y sindical comprendió que la utilización de la nueva maquinaria necesitaba más mano de obra. Pero hoy son impensables esos comportamientos de los sindicatos, aunque la “Robótica” desplace a millones de trabajadores desde “la fabrica al sin trabajo”.
Yo creo que, además de los obstáculos  reales en nuestro país para empezar a trabajar para encontrar formulas de “supervivencia a los miles de trabajadores desplazados”, es que, los sindicatos y los partidos de izquierda contemporáneos, ni siquiera saben muy bien en qué mundo tecnológico estamos ya. A pesar de que estamos entrando en él  a la velocidad de la luz.
Y entre los obstáculos reales, se encuentran en primera línea los comportamientos políticos del Gobierno de Mariano Rajoy. Que se mantiene ausente de las soluciones que entiendo hay que dar y recoger en nuestra Constitución: Un ingreso de subsistencia garantizado.
Y el Gobierno, no se debe, porque no se puede, esconder y eludir de encontrar soluciones por las dificultades de recursos económicos. Los recursos públicos se van  a ver presionados, no solo por la necesidad de la financiación de rentas mínimas. Sino  también porque la automatización galopante -en nuestro país más al trote que al galope – también exige una revolución educativa. Cuando la educación no sigue el ritmo de la tecnología, el resultado conduce a la desigualdad social.
La “Robótica y la inteligencia artificial” no solo necesitan cambios de planes de enseñanza, para abarrotar de conocimientos y habilidades los habituales periodos escolares de nuestros jóvenes. La política y el sindicalismo de clase tienen que fijarse mucho más  en este tipo de asuntos.
Las discusiones que se están desarrollando, en cada uno de los partidos que se disponen a celebrar sus congresos, son huérfanas de estos temas. Y no quiero desmerecer de importancia de las discusiones sobre los liderazgos partidistas y los modelos de partido, que son y van a tener gran relevancia para el presente y el futuro de nuestro país.
Pero estoy convencido que, los partidos políticos de izquierda y los sindicatos de clase UGT y CC.OO deberían empezar a responder a los nuevos retos sociales que llaman insistentemente a la puerta.

                                   2 febrero 2017

 

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