DOS
CONGRESOS, DOS TRIUNFOS DE MARIANO RAJOY.
A
pesar de ser presentado el Congreso del PP, como un triunfo de Mariano Rajoy, y
que el Congreso de Vistalegre II haya sido Pablo Iglesias el triunfador. A mí
me parece, que teniendo en cuenta el escenario político y económico en el que
nos encontramos en nuestro país, quien ha salido doblemente victorioso ha sido
Mariano Rajoy.
En el
Congreso del PP, un reelegido Presidente, lo ha dicho bien claro: “Lo que funciona no se cambia”, y de
esa rotunda afirmación, yo deduzco que, no va a cambiar ni sus políticas, ni su
talante habitual, como no ha cambiado a ninguna de las personas que han
revalidado sus puestos en los órganos de dirección del PP.
Es su
empeño, que en los tiempos tan agitados en que vivimos, el Gobierno de la
derecha, se empeña en seguir el peor camino posible: “El de seguir con las mismas políticas”.
Yo
estoy convencido, que esas tendencias de las elites derechistas en Europa, son
la consecuencia de la fragmentación de las fuerzas de la oposición, de la
izquierda de cada país.
Porque
es verdad, que el sistema capitalista por su propia naturaleza tiene muchos
problemas, entre ellos el de ser incapaz de resolver los propios que el sistema
origina, como la Recesión de la que no sabe salir de ella. Pero quizá el más
significativo es el de su ineficiencia, ó dicho en “Román paladino” de la incapacidad de sus gestores, de sus
gobiernos, que no son ni tan siquiera de alcanzar los mismos objetivos que
ellos mismos fija, y que ellos mismos incumplen.
Y eso
es una evidencia total, por lo que está sucediendo en Europa: “El auge de una
extrema derecha, que puede poner en peligro la convivencia en los países del
Norte de Europa, y el del populismo de izquierdas, que nos puede llevara a la
ruptura de la Unión Europea, en los países del Sur.
Y eso
está siendo una amenaza real, y sin embargo no se hace nada – en mi opinión –
para limitar primero, y acabar progresiva y radicalmente con el alcance de
estos dos “fenómenos políticos”.
Desde personajes muy influyentes por la
responsabilidad de los puestos que ocupan, por un lado el Ministro alemán de
finanzas, que respondiendo al desafío populista, - con gran sentido de la
oportunidad – ha asegurado que “Grecia
tiene que hacer más reformas ó abandonar el Euro”; o el Presidente del
Eurogrupo que “también tiene las cosas
claras”, que ha afirmado que no es preocupante el populismo, porque si bien
hay inestabilidad política, no la hay económica; ya que la primera es parte de
la democracia, y que no pasa nada,
porque dice que todos sabemos que: “la
inestabilidad política, nunca produce inestabilidad económica”.
Vamos,
con esas clases de respuestas, se hace fácil encontrar quienes son hoy los
culpables de que los problemas sociales aumenten, y con ellos las fuerzas
peligrosas como son los populismos. Y si estos populismos están hoy en ascenso
en Europa, son debidos a las dificultades materiales, y a la falta de
perspectivas vitales a las que estamos abocados buena parte de la población
europea.
Yo
estoy convencido, que para frenar ese ascenso del populismo, bastaría en dar un
giro de 180 grados, para estabilizar las condiciones materiales de la gente,
crear más empleo y recuperar políticas que aumentasen el bienestar de los
ciudadanos.
Pero
se están haciendo las políticas económicas contrarias a la consecución de esos
objetivos, que precisamente vienen a “estimular
la aparición y el crecimiento de la locura populista”. Pero que a su vez, el maximalismo populista, por sus planteamientos mayormente
irrealizables, viene a fortalecer las posiciones de la derecha política y
económica.
Esa
es la cuestión de fondo, ese es el gran problema, que en mi opinión, hay que
trasladar junto a la alternativa de izquierdas a los trabajadores, a la
juventud, a esa parte importante de la sociedad que puede dejarse embaucar con
la fraseología y la movilización permanente del ultra-izquierdismo populista.
Porque
si algo nos debe llamar la atención, no es solo que quienes están hoy al frente
de los Gobiernos y las instituciones como la Unión Europea y el FMI, están equivocándose
con sus políticas. Lo que llama la atención es la falta de alternativas claras
y sostenibles que los partidos de la oposición democrática, la
socialdemocracia, aún no han sido capaces de elaborarla, defenderla y de
convencer a la inmensa mayoría de nuestras sociedades.
La
vieja socialdemocracia europea, que ha sido el contrapoder durante estas
décadas, se encuentra en el fondo de una crisis. Hollande, Renzi, no han sido
capaces de mover ni una decima la hoja de ruta trazada desde Bruselas pese a
las grandes manifestaciones obreras en Francia e Italia, y tampoco las fuerzas
socialistas de cada país se perfilan por el momento, como una opción que pueda alterar el orden de
las cosas, tal cual están sucediendo.
Y si
nos referimos a nuestro país, hoy, después de los Congresos del PP y de
Podemos, se viene a confirmar lo que está sucediendo en Europa, es que aún no
se sabe quién va a poder ejercer el papel de la oposición, de una oposición de
izquierdas al Gobierno de la derecha.
Y es
que el triunfo de Mariano Rajoy, con las mismas políticas y los mismos equipos
de Gobierno del PP, solo van a estimular el populismo ultra-izquierdista
surgido en Vistalegre II, y del liderazgo de Pablo Iglesias.
El
Congreso de Pablo Iglesias, ha sido un Congreso que tenía un claro objetivo, el
de barrer ideológicamente a Iñigo Errejón y su proyecto para hacer de Podemos
un partido serio y capaz de intervenir y ser protagonista en las
transformaciones políticas que hay que verificarse en nuestro país
Los
resultados de ese Congreso van a ser, y lo vamos a ver, un incremento de la
radicalización de Pablo Iglesias que aunque hoy haya obtenido el apoyo
mayoritario de los inscritos que han votado para ser el líder de Podemos, la
formación sigue fragmentada, y no ha salido con otros gritos que los de
“Unidad, Unidad, Unidad” de los asistentes.
Y
esos resultados, no le han molestado a la derecha más rancia, y conservadora
que es el PP, a Mariano Rajoy no le va a quitar el sueño, no le va a molestar
para nada, ni la manifestación callejera permanente que va a intentar Pablo
Iglesias como eje fundamental de su acción política, ni sus “esperpentos parlamentarios”.
Por
lo tanto, muy pronto vamos a poder constatar que el entendimiento entre Mariano
Rajoy Y Pablo Iglesias para votar NO a la investidura de Pedro Sánchez, se reedita
en versión parecida. Que no servirán para nada que permita la transformación de
la correlación de fuerzas en el arco parlamentario para hacer posibles otra política
con otro Gobierno.
De ahí
que haya titulado estas reflexiones, con el nombre que le he dado, porque no han
sido dos Congresos que han configurado proyectos diferentes. Aunque no lo parezca,
por los aplausos en los dos Congresos de los asistentes, los proyectos de uno y
el otro son complementarios.
Pero ni
el PP, ni Podemos van a resolver los problemas que tenemos.
12
febrero 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario