miércoles, 22 de febrero de 2017

LA COHABITACIÓN: UN SUEÑO IMPOSIBLE.


LA COHABITACIÓN: UN SUEÑO IMPOSIBLE.

Coexistir en el poder, individuos o grupos con ideologías distintas, y diferentes sensibilidades, lo que se conoce como “Cohabitación”, no son a fin de cuentas, la solución a los múltiples problemas que tienen ante sí, el buen gobierno de un país, e incluso el de un partido político.
Sin embargo, la “Cohabitación” es un recurso que se sigue pretendiendo para seguir en los poderes de aquellos que aun mayoritarios, y fundamentalmente si son minoritarios, tanto en el Gobierno como en los partidos políticos, con el único propósito de mantenerse en el poder y de tener garantías de continuar ocupándolo.
Pero la praxis política, ha venido a demostrar – al menos esa es mi opinión - que tras el estallido de la crisis del 2007, y la gran recesión que ha provocado, y de la que seguimos sin salir de ella actualmente, ya no son posibles las estrategias de coaliciones entre fuerzas antagónicas en lo ideológico y lo político, como son la derecha neoliberal y la izquierda socialdemócrata, en aquellos aspectos que vienen a determinar proyectos radicalmente distintos de modelos de sociedad, entre la derecha y la izquierda, ideologías que, siguen existiendo, les pese a quien les pese.
La cohabitación a la que se pretende hoy recurrir para poder gobernar, tanto en un país como un partido, no son posibles salvo que una parte de una fuerza renuncie a sus principios, y en ese caso, lo que actúa más pronto que tarde, es que: “Cuando una parte del todo cae, lo demás no está seguro”, como dijo Séneca.  
El “bipartidismo” que caracterizó décadas de gobierno en nuestro país, entre la derecha y la socialdemocracia, se ha agotado. Esa cohabitación ya no es posible en el marco de la profunda crisis económica y la gran Recesión que ha generado, en donde estamos hundidos hasta las cejas, y donde las políticas neoliberales tienen por único objetivo el transvase de las rentas del trabajo a las del capital, mediante el incremento de los recortes sociales y de los impuestos. Políticas que, también se vienen aplicando con mayor ó menor intensidad en todos los países de la Unión Europea.
Con la dimensión y la profundidad de la crisis que tenemos, esas políticas han sido y serán mientras que persistan, un rotundo FRACASO del neoliberalismo.
No hay más salida que la que hace falta. Y esta, se encuentra y se hace posible, con las medidas propias que cada Estado, debe fijar con las correspondientes inversiones públicas, capaces de incentivar la demanda, el crecimiento económico y el empleo. Porque no hay otra salida a la situación actual de los países que hoy configuramos la Unión Europea.
Y partiendo de la necesidad de esas medidas Keynesianas para salir a flote nuestras economías, se hace necesario acabar con las políticas neoliberales de recortes e impuestos, como se aplican en nuestro país.
Y ese es el incipiente giro que desde la socialdemocracia en Europa se están produciendo en  los partidos socialistas en Inglaterra, Alemania, Francia y también, de una forma clara e inequívoca en nuestro país, y que yo saludo con el total convencimiento de que son esos los pasos que venían siendo necesarios, y que se van a ir abriendo paso desde la reformulación de una nueva socialdemocracia.
Y eso es, en mi opinión, y en la de muchos miles de militantes y votantes del PSOE, lo que está planteando Pedro Sánchez, un giro hacia posiciones irrenunciables de la socialdemocracia, alimentada por principios y valores propios de un modelo de partido de izquierdas, crítico y que aspira a ser la alternativa al actual modelo económico y social del neoliberalismo imperante que practica el Gobierno de la derecha con Mariano Rajoy como presidente.
¿Por qué esa evolución en los partidos socialdemócratas en Europa? Pues porque se ha constatado que desde hace años se evidenciaba la perdida de la influencia social que se producían con los resultados que se obtenían en las elecciones, y que generaron una evidente crisis en los partidos socialdemócratas. Contemplando solamente los resultados obtenidos antes de la crisis del 2008 y las últimas en 2015/2016, el promedio del voto de los partidos socialdemócratas ha venido a pasar del 28,2% del voto a un 21,9%, mientras que los partidos de la derecha han pasado del 31,3% al 27,1%., y donde este trasvase de pérdida del voto en buena parte se ha producido por el auge de un populismo xenófobo y reaccionario.
Pero esos resultados que tienen en cada país de la Unión Europea, sus diferencias, nos han mostrado que la socialdemocracia atravesaba una crisis de tales dimensiones,  que había que resolver con cambios radicales a las políticas que se han venido practicando, tanto por las pretendidas “terceras vías”, como por las políticas de las grandes coaliciones entre partidos de la derecha y de partidos socialdemócratas.
Europa es el vivo ejemplo de lo que estoy señalando, porque si bien ha sido el escenario de las “coaliciones” de la “Cohabitación de partidos de la derecha con los socialdemócratas” donde están en el Gobierno en nueve países de los de  la Unión Europea, las políticas llevadas a cabo por los partidos socialistas, han sido la clave para el desencanto de los sectores sociales que le han retirado el voto que en otros tiempos daban a estos partidos.
Por esas consecuencias, a mi me parece, que ha sido un gran acierto, porque era una necesidad imperiosa, que en nuestro país el PSOE iniciase ese giro que viene defendiendo Pedro Sánchez desde el primer día que fue elegido en las Primarias y confirmado en el Congreso como Secretario General del PSOE.
Había una urgente necesidad de poner punto y final a las políticas socialdemócratas, porque su desgaste y su ineficacia han sido el factor decisivo para que el PSOE haya ido perdiendo su influencia social que tuvo en 1982.
Y aunque las resistencias a ese necesario giro copernicano, se están poniendo de manifiesto, con las provocadoras actuaciones de la Comisión Gestora, la “indecisa Susana Díaz”, que para colmo de sus marrullerías ha llegado ya, sin decidir si se presenta a las Primarias, a nombrar como portavoz en el Congreso de los Diputados a Eduardo Madina cuando ella sea la “Jefa del PSOE”. Toda esa estrategia, en mi opinión, está condenada al fracaso más estrepitoso, por dos razones que podemos llamar históricas: La primera es el fracaso del neoliberalismo y sus medidas para salir de la crisis y la recesión generada por esas políticas, y la segunda es “porque ya no es posible defender con honradez socialista”, un proyecto de partido dispuesto a la “colaboración con un partido de derechas y además preñado de corrupción como es el PP.”
Y eso es una verdad tan grande como las pirámides de Egipto, a pesar de que cuenten con las descerebradas opiniones, pero muy interesadas opiniones en lo personal, que expresan sus apoyos, algunos ex y que hoy están haciéndose acreedores a la pérdida de su influencia entre los militantes del partido como Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el grupo de “Presidentes de algunas Comunidades Autónomas”.
Los intereses de estas personas además de los personales, están  asociados, amarrados a esa vieja e inservible política de cohabitación con la derecha de este país. Por eso desde la militancia socialista hay que seguir defendiendo el proyecto de una nueva socialdemocracia, donde el PSOE, y su acción política y el modelo de sociedad que propugna Pedro Sánchez, son los únicos instrumentos con que contamos la clase obrera y los más necesitados de la sociedad, para hacer frente al modelo neoliberal.
No hay ninguna otra salida: Ni a la crisis que hoy atraviesa el PSOE, ni es creíble la posibilidad de una alternativa de izquierda y progresista al gobierno de la derecha neoliberal de Mariano Rajoy que hoy propugna Susana Díaz o Patxi López.
Solamente el apoyo a Pedro Sánchez y a la propuesta “Por una nueva socialdemocracia” elaborada por destacados socialistas y presentada recientemente para debatir y aportar ideas frente, es la opción que necesitamos en este país para hacer frente al neoliberalismo del PP y a las “apolilladas ideas y los fracasados proyectos” que defienden una minoría desde el PSOE para la continuidad de las viejas políticas y una “Nueva colaboración con el PP”.
¿Ahora, de que están preocupados Susana Díaz, Patxi López y sus “afines”?. Pues de la capacidad de movilización y del convencimiento de miles y miles de militantes que está demostrando tener Pedro Sánchez, y que eso viene a ser los prolegómenos de lo que van a ser las Primarias y el Congreso. Donde el triunfo de las ideas y proyectos expresados en el documento “Por una Nueva Socialdemocracia” van a ser los resultados de estos eventos y un gran salto para avanzar en las posibilidades reales de lograr un proyecto alternativo al Gobierno de Mariano Rajoy.
Porque lo que está en juego hoy en nuestro país, es si somos capaces de apoyar al PSOE como un partido de izquierdas, claramente confrontado con el neoliberalismo, ó  van a ser “los señoritos socialistas de las puertas giratorias”, bien colocados económicamente, y los barones que están en el poder autonómico gracias a los apoyos del populismo izquierdista, quienes van a hacer que el PSOE sea un partido al servicio “de sus intereses” que entienden asociados a su colaboración con el gobierno del PP.
Por eso, no es posible admitir dudas de lo que necesitamos los trabajadores y los más necesitados de este país, de ahí pues que hay que rechazar la “cohabitación” entre la derecha y un PSOE, “desnatado ideológicamente”, porque eso es una solemne traición a la historia y las tradiciones del PSOE
Hoy se hace necesario e imprescindible ante el agotamiento  y fracaso de las políticas socialdemócratas en este escenario de crisis y recesión económica, la “reinvención de una Nueva Socialdemocracia”, como hace ya muchos años supo lograr con los objetivos de la igualdad, y la lucha contra la pobreza y los sufrimientos, con el establecimiento del Estado de Libertad.
Y esos cambios que se avanzan en nuestro país, de la mano de Pedro Sánchez van a ser sin ninguna duda para mí, el mejor instrumento para rechazar y combatir las políticas neoliberales, sino también para lograr que “El desconcierto y el hartazgo” de amplios sectores de la sociedad, que le ha llevado a votar al populismo de los partidos emergentes, reorienten sus votos hacia la única alternativa de Gobierno,  que solo Pedro Sánchez y una “Versión Nueva” del proyecto socialista, pueda gobernar en un día no muy lejano, este país.

                                  22 febrero 2017

  

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