PODEMOS NUNCA
QUISO GOBERNAR.
La XII legislatura de
nuestra Democracia, ha sido la más corta, pero ya creo que llega a su fin.
En este mare-marum
de desacuerdos e ingobernabilidad de nuestro país, que hemos podido constatar del
periodo electoral, dos partidos de extremos “al menos aparentes”, PP y Podemos han salido de la mano de la
legislatura.
Se unieron, actuando
como si fueran parte de un mismo partido, para conseguir el bloqueo con el
rechazo a la investidura de Pedro Sánchez y a las 200 medidas acordadas con Ciudadanos. Y mantienen
el mismo odio a Pedro Sánchez y al PSOE, eso les está uniendo en una acción politica
anti-socialista que está favoreciendo al PP a todas todas.
Y creo que en los
tiempos que corren, conviene refrescar la memoria, que aún siendo compatible la
mayoría del programa de Podemos, con ese acuerdo firmado por el PSOE y
Ciudadanos, y es más, pudiendo haber sido este, el acuerdo para el cambio, el
acuerdo de la reforma, es obvio que Podemos no quiso entrar en ese cambio,
porque nunca tuvo la intención de formar Gobierno con el PSOE. Lo suyo ha sido,
y sigue siendo el acabar con el liderazgo del PSOE, después del fracaso del “Asalto al Cielo”. Pero en la
consecución de ese objetivo “el sorpasso”
también ha resultado un estrepitoso fracaso. Tal, que el padre de la criatura
Julio Anguita, permanece mudo desde entonces.
Y que Pablo
Iglesias tentara con actitudes teatrales de contenido melodramático a Pedro
Sánchez, para que al final diese “la
espantada” y dijera NO a la investidura del líder socialista, solo fue una
muestra más que define a Pablo Iglesias y a su partido.
La estrategia de
Podemos antes y desde el 20-D, hasta la proclamación de unas nuevas elecciones
el 26-J ha estado basada en un discurso
de odio, que defenestra los valores democráticos y la responsabilidad del
Estado. Y en eso sigue.
El partido de
Podemos, tuvo su auge en el plato de las TV que lo han promocionado cual Mesías
salva-patrias, pero esa cancha que le brindaron se le ha acabado. Pero a las
redes sociales Pablo Iglesias no ha sabido, ó no ha querido adoptar su discurso,
siempre polémico e insultante, al contexto de la política del Estado de Derecho,
en lugar de hacer alguna aportación que fuese solución tan siquiera a uno solo
de los múltiples problemas que tenemos.
La aportación más
destacada de la entrada de los diputados de Podemos, a las bancadas del
Congreso de los Diputados tras el 20-D, y que ha quedado grabada para la
historia. Fue la exhibición del bebé de la diputada Bescansa y el apasionado
beso de Pablo Iglesias a un compañero de las coaliciones.
Vamos de pena, y presumo
que el señor Pablo Iglesias aún nos va a seguir ofreciendo algún numerito de los
suyos hasta que se constituya Gobierno o tengamos una nueva cita con las urnas.
Porque en el primer
día de la vuelta a las bancadas del Congreso, esta vez sin niños y sin besos, también
han continuado haciendo de las suyas los de Unidos-Podemos. A mí me parece que están
hartando al personal con tanto postureo, cachondeo y falta de rigor, que convierten
la respetable Cámara de Diputados en un teatrillo de feria.
Basta ya Pablo Iglesias,
basta ya Podemos.
21 julio 2016.
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