Que Mariano Rajoy,
haya decidido nombrar al nuevo Fiscal General del Estado, sin tan siquiera
conocer la opinión de los principales partidos de la oposición, nos permite,
como dijo aquel: “Que por sus hechos…
los vayamos conociendo, un poco más”.
Y es que Mariano
Rajoy, ha optado por un fiscal de la “Cuadrilla
conservadora” y naturalmente, podrá ser un buen fiscal, - no lo dudo – pero
con esas formas Rajoy, se ha debido ganar algunas toneladas más de desconfianza
de una parte importante de españoles.
Al menos, eso de la
“interlocución fluida de Mariano Rajoy
con el PSOE y Ciudadanos” pues ha quedado en entredicho, ya que estos se
han enterado del nombre del nuevo Fiscal, gracias a los medios de comunicación.
Trasladándome a
Cataluña, no creo que gestos de esta categoría vayan a aumentar los votos al PP
el 21-D, además porque el buen catalán con memoria, no debe haber olvidado la
denuncia al Tribunal Constitucional del Estatut del socialista Maragall, que
después de ser aprobado por el Parlament y el Congreso de los Diputados fue
anulado por el citado Tribunal a raíz de la denuncia del PP.
Por eso, y porque
ya están repartiendo “la Piel del oso”,
antes de cazarlo, los catalanes estará constatando y examinando todas esas
actuaciones, que algunas hasta vergonzantes como las de Inés Arrimadas, que sin
tener ninguna experiencia ni programa para Cataluña, ya se considera “la sustituta de Puigdemont”, y se ha
atrevido a criticar el comportamiento de
Miquel Iceta y del PSC, que tiene por único objetivo la recuperación de la
convivencia en una Cataluña democrática y española. Y para ello, ni el PSC va a
apoyar a partir del 21-D a ningún independiente, para volver a las andadas, ni
a ningún partido de derechas como es Ciudadanos.
Y a mí me parece
que Arrimadas, si le ha molestado que Iceta haya dicho que no apoyara a ningún
partido de derechas, tiene una solución: No milite en Ciudadanos, y ya no
tendrá molestias.
Y es que Arrimadas,
se la han subido a la cabeza los primeros sondeos, y como el vino peleón, que
siempre hace decir tonterías, ha confundido los espacios y los personajes.
Porque no es lo mismo dirigirse a Puigdemont en el Parlament para criticarlo,
que ponerse a criticar a Miquel Iceta, por lo que piensa hacer el PSC en
Cataluña. Las diferencias, si no las ha encontrado, y las hay, da a pensar que
ya se ha creído que va a ser la Presidenta de la Generalitat, y eso a más de
uno le va a llevar a pensar, si votar a Ciudadanos es el medio de superar las
divisiones, ó se va a fortalecer el frentismo en Cataluña.
Claro que hay que
superar las consecuencias negativas del “Procés”,
pero eso solo va a ser posible integrando las voluntades de los que no son
independentistas y de los que son demócratas catalanes. Y apreciar esos
matices, y trabajar por ese objetivo, es fundamental hoy en Cataluña. Y eso
Arrimadas, le ha dado lo mismo.
Mientras que,
Miquel Iceta ha sabido desde los primeros momentos ante la Ley del Referéndum y
de la Transitoriedad aprobadas ilegalmente, oponerse a ello advirtiendo de la
ruina económica y política que iba a provocar esas violaciones de la
Constitución y del mismo Estatut. Y más tarde propicio la posibilidad de que la
convocatoria de elecciones por Puigdemont, no se aplicara ni el 155, ni ninguna
otra medida por parte del Gobierno. Pero Puigdemont apostó por seguir adelante
con el “Proces”.
Y ante las elecciones del 21-D, la integración
de catalanes no socialistas, pero catalanes demócratas en las candidaturas del
PSC, han sido un ejemplo de la filosofía y el programa socialista de Miquel
Iceta y del PSC. Y los hechos, son los comportamientos de unos y otros que van
a facilitar el decantamiento electoral ante las urnas.
La gran mayoria que
se espera en la participación el 21-D, ejerciendo el derecho a votar de todos
los catalanes, va a ser una participación histórica. Y con esa participación,
los resultados favorecerán a los que desde su catalanismo, quieren continuar
siendo españoles en un marco de Libertad y Democracia.
Porque no va a ser
posible, que la estrategia del victimismo ahora de los culpables del caos a que
han conducido a Cataluña, se vuelva a
repetir. Ni jugar al victimismo ante la justicia, ni que lo que han hecho, “No era en serio”, etc., etc., van a
servirles de escudo, ni va a impedir que la descomposición del proyecto
separatista quede el 21-D reducido a un pequeño segmento del arco del
Parlament.
Habrá que
recomponer, con inteligencia, voluntad y paciencia como los ejes de una
ingeniería política que se necesita para la recuperación desde las
instituciones del Govern, el Parlament y de todas las fuerzas políticas el
encuentro y la convivencia en esa Cataluña en Libertad y Democracia de un
Estado de Derecho. Y ese liderazgo de ese proceso, solo, en mi opinión puede
ser asumido por Miquel Iceta.
24
noviembre 2017
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