NI ODIOS, NI AMORES: SENTIDO DE
CLASE.
Alfonso Guerra, se
ha descolgado con unas declaraciones que no han sido ni muy finas, ni
clarificadoras, más confusas que otra cosa, teniendo en cuenta lo que está
pasando en el PSOE, y que estamos
viviendo.
A mí me parece, que
la controversia política entre partidos políticos, debe de desarrollarse desde
el respetuoso contraste de las diferentes posiciones de los partidos
Pero siempre, las
posiciones de cada uno de los partidos, deben expresar los intereses de clase
que representan ó dicen representar. Eso me extraña que lo haya obviado en sus
declaraciones el veterano socialista
Las afirmaciones de
rechazo al “odio a la derecha”, a
santo de qué viene. Cuando podía, y con más razón que un santo, haber añadido
que también rechazaba “el odio a la
izquierda”, y hubiera quedado como Dios.
Pero no, se ha
puesto a mezclar los “Pactos como los de la Transición” que tampoco
me han parecido las comparaciones muy acertadas, por no decir odiosas. Aquellos
pactos, no pudieron ser de otra forma, tenían que ser como fueron. No podían
ser de otra forma.
Fueron pactos
entre, “los que ganaron la Guerra Civil
y estuvieron mandando los largos años de dictadura – cuatro décadas -, y los
que salieron de la clandestinidad, salieron de las cárceles, y volvieron del
exilio.” Y porque los primeros aceptaron que la continuidad del franquismo
sin Franco, ¡NO ERA POSIBLE!, y los segundos porque no tuvieron más fuerza
política que la que tuvieron, y no pudieron hacer cruz y raya con el
franquismo.
Y esa fue, la
situación en la que se dieron las negociaciones y los pactos, y fue ejemplar
porque unos y otros, enterraron el hacha de guerra y establecieron las bases
para iniciar la Transición de la Dictadura
a la Democracia. Fruto de esa capacidad política desde un bando y desde
el otro se hicieron los Pactos de la Moncloa en 1977, y posteriormente la
redacción y la aprobación por nuestro pueblo de la Constitución de 1978.
Pero esas prácticas
de civilización las hicieron posibles hombres como Adolfo Suarez, Felipe
González, Manuel Fraga, Santiago Carrillo, Tierno Galván, que dicho sea de
paso, eran grandes hombres, pero cuyo talante negociador y pactista tuvo fecha
de caducidad. Fueron pactos para acabar con la Dictadura y Restaurar la
Democracia – que no fue poco- y ese talante se acabo cuando se habían logrado
sus objetivos.
Ahora no se trata
de poner aquel talante que hizo posible los acuerdos, porque no estamos en 1977
y tenemos que terminar con la Dictadura Franquista, sino que estamos en el
2016.
Y si antaño estuvo
bien y acertado olvidarse de los “Odios
y venganzas” que habían generado la guerra civil y los años de dictadura. Ahora
solo se puede hablar desde posiciones de clase, desde los intereses y
principios de cada partido.
Pero Alfonso Guerra
da la impresión que se ha olvidado del año en que está, al decir: “el odio a la derecha no puede ser el
programa del PSOE”. En la vida he oído declaraciones y manifestaciones
desafortunadas, pero esta del ex-vicePresidente del Gobierno, tiene premio.
¡Qué bárbaro
Y apelar a la
tradición histórica del PSOE, de alcanzar acuerdos con sus adversarios
políticos “sin tener ningún miedo a
hablar con todos y a obtener, preservando los principios del partido, los
pactos que sean necesarios”.
“Con convicciones no importa entrar en la gruta del
dragón”, ha
aseverado A. Guerra, recordando como el histórico dirigente socialista
Francisco Largo Caballero, “negoció
hasta con el dictador golpista Primo de Rivera”.
Y por supuesto, que
negoció, porque Primo de Rivera intento atraerse a los socialistas, provocando
una división en su seno, entre los partidarios de la colaboración con la Dictadura,
encabezados por Julián Besteiro, Francisco Largo Caballero y Manuel Llaneza, y
los contrarios liderados por Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos. Ganaron
los primeros, y los socialistas y Francisco Largo Caballero
se integraron en el Consejo de Trabajo, y ello provocó la dimisión de Indalecio
Prieto de la Comisión Ejecutiva del
PSOE.
Bueno, tampoco me
parece un buen ejemplo de la capacidad negociadora del PSOE, la que ha citado
A. Guerra de aquella etapa. Mejor no entrar en comparaciones y análisis de hace
93 años.
Ni odios, ni amor,
seño Guerra, ni tampoco comparaciones de una época pasada como ha hecho Alfonso
Guerra. Han pasado 40 años y los del PP, desde los miembros de su dirección
ejecutiva, aunque no hayan condenado el levantamiento militar de Franco contra
la II República, y no son los que combatieron físicamente en el bando Nacional,
pero es que en sus filas, desde Aznar hasta Rajoy no hay ni un solo dirigente con
la talla política de los Suarez, González, Fraga, Carrillo, Tierno Galván con
los que se pueda negociar. Es que en el PP, no hay, ni uno solo de sus
dirigentes Nacionales y Autonómicos, que se les parezcan a aquellos padres de la Transición gracias a
los acuerdos y pactos. Su capacidad política y su talla moral tenían tallas
súper-X. Los del PP de ahora, no encuentras ni uno solo que se les parezca, ni
aún excluyendo los que cumplen condena por corrupción ó los que están ya
encarados hacia la puerta de entrada de Alcalá Meco u otra cárcel parecida.
Ahora señor Guerra,
no hace falta amontonar odios fratricidas, ni esperar la acumulación de
venganzas, ni recordar los tiempos de las “vacas
gordas”. Simplemente desde posiciones socialistas, de clase, de izquierda
progresista, la posición adoptada por el Comité Federal del PSOE del ¡NO! a la
investidura, solo se tenía que llevar a cabo para manifestar la condena
socialista al mal gobierno, al incremento de la Deuda, del desempleo, de la
desigualdad, y a la “Corrupción
organizada desde el propio partido”.
Alfonso Guerra se
ha olvidado del año en que está. Al decir: “El
odio a la derecha no puede ser el programa del PSOE”. Y apelar a la
tradición histórica de este partido, de alcanzar acuerdos con sus adversarios políticos, son un desatino
más de Alfonso Guerra.
Hoy el PP, es un
partido que ha estado gobernando mal
durante la Presidencia de Aznar, y lo ha vuelto a hacer con Mariano Rajoy en la
anterior legislatura, y la organización de la “Corrupción” que ha servido para financiar el partido amen del
enriquecimiento a base de “sobres del dinero negro” que han venido recibiendo
algunos dirigentes de PP, han sido las razones por las que Pedro Sánchez dijo
¡NO es NO! a la investidura de Mariano Rajoy.
Y fue precisamente
cuando Pedro Sánchez manifestó su voluntad de iniciar una ronda con todos los
partidos a excepción del PP y Bildú, lo que
desencadenó un autentico Golpe de
Estado para defenestrar al que fue el Secretario General del partido.
Los consejos que se
ha permitido dar A. Guerra ahora es que “hay que buscar y articular un discurso
que sea de mayorías y afecte a todos”.
Pues eso es señor
Guerra lo que pretendía Pedro Sánchez, y que no le salió porque Pablo Iglesias
no quiso. Y voto ¡NO! a la investidura de Pedro Sánchez.
Sin embargo como
parece que ha venido de otro planeta, Alfonso guerra ha hecho un llamamiento a
respetar la disciplina democrática, incidiendo en que “rebelarse contra el resultado de una votación democrática, si no es lo
que uno desea, va contra el socialismo”.
Consejos de este tipo,
se los podía dirigir a Susana Díaz, que en su feudo de Sevilla, ha dicho “que los militantes de PSOE y de las juventudes, que no estén de acuerdo
con ella, se pueden dar de baja de la organización”.
No, para esos golpistas
que han transformado la Comisión Gestora en un Tribunal de la Santa Inquisición,
nada de nada. Será que eso es ahora la moda.
Y el señor Guerra,
no le ha dicho ni Pum a la Susana, no le ha dicho “no odiar a la izquierda, que son los militantes socialistas”, a
los que les está invitando a darse de baja
del PSOE. Lo único que se le ha
ocurrido a este veterano socialista, es decir que rechaza “El odio a la derecha”.
¡Bravo Alfonso! Me das
lástima.
6 diciembre 2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario