domingo, 3 de mayo de 2015

ARISTOTELES, ADAM SMITH, Y EL PODER DEL DINERO.


En el debate llevado a cabo en la Grecia antigua, sobre las condiciones de la buena vida, ningún filósofo destacado identificaba el éxito personal y colectivo, con el acopio de las riquezas materiales.
En la República de Platón, solo los artesanos trabajarían con el fin de acumular bienes y abastecer las polis, mientras que tanto a los guardianes como a los gobernantes se les negaba la propiedad privada. En realidad Platón, entendía que los gobernantes serian los encargados de dirigir la polis con justicia y sabiduría si se encontraban libres del efecto corruptor del dinero.
Por supuesto, esta propuesta utópica no salió delante de la manera prevista por Platón, y ni siquiera su discípulo Aristóteles la apoyó. Este último, coherente con su distinción entre el sentimiento natural del amor hacia uno mismo y el egoísmo, defendía en su Política, la necesidad de conseguir los medios de vida necesarios para satisfacer las necesidades supervivenciales (economía doméstica) frente a la antinatural y deshumanizadora acumulación ilimitada de riquezas y la adquisición del dinero por el dinero mimo.
En el libro “La Riqueza de las Naciones”, Adam Smith sostenía la tesis de que la riqueza en una economía de mercado, consistía en superar a la competencia con el fin de satisfacer los deseos de los consumidores, y justificaba las desigualdades resultantes de la persecución de la riqueza bajo un sistema de libre empresa. Smith defendía el afán por acumular propiedades y dinero junto con los placeres egoístas que generaban tal provisión, siendo la libertad irrestricta del mercado (El laissez faire liberal), junto con la “Mano invisible” los pilares esenciales del funcionamiento de la economía y del mantenimiento del orden social.
Dejando Platón al margen, el enfoque aristotélico es excelente, salvo que hoy en día los especuladores demuestran ser más poderosos que la buena intención Aristóteles quien basándose en criterios de proporcionalidad, prudencia y justicia distributiva, proponía que el capital estuviera al servicio del hombre y no al revés. Con otras palabras: en el universo filosófico aristotélico se definía la vida (humana) en términos de lo que las personas son y hacen, y no de lo que tienen por lo que la riqueza no era, precisamente el bien que el hombre debía buscar, sino un mero instrumento en último caso para conseguir otros fines más elevados.
Puesto que el mundo económico, tuvo más en consideración a Smith que a Aristóteles, no podemos sorprendernos de las consecuencias perversas de dicha elección.
Al entender que la eficiencia económica, puede cimentarse sobre el egoísmo humano y el interés propio, además de las desigualdades sociales, hoy nos encontramos con lo que ya es bien conocido por su práctica habitual: La Corrupción, de una dimensión global estructural, es decir la corrupción y la actividad delictiva global como cimiento fundamental del capitalismo en el siglo XXI, es lo que parece está de moda.

Bueno pues así vamos, por eso no nos debemos extrañar que en vísperas de las elecciones del 24-M, en las listas electorales de algunos partidos, como por ejemplo el PP, Ciudadanos y otros, Aristóteles, ni está ni se le espera.

                                                César Llorca Tello.

                                                  3 mayo 2015.

 

 

4 comentarios:

  1. Los de Manchelerria sabemos ordeñar ovejas,cabras y labrar la tierra pero Platon para mi es un plato muy grande y si además le pones guarnición, es decir aristoteles y demás pues me quedo criando corderos de Manchelerria.

    El porzuniego

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    1. Eso te pasa por irte de vacaciones. Platón y Aristóteles no se cogieron nunca vacaciones. Gracias por leerme.

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  2. Eso se debería exigir a los políticos antes de tomar posesión de sus respectivos cargos.
    Uno del Norte

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  3. Acabar con la corrupción no va a ser tarea fácil. Tendremos que recurrir a los textos de Aristóteles.
    Gracias por leerme.

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