LAS ENCUESTAS
NO PUEDEN ENGAÑARNOS
A tres semanas del 20 D,
las encuestas y sondeos electorales que se vienen realizando, casi a diario,
nos vienen ofreciendo unos resultados con una clara “cocina” de los mismos, que
lógicamente favorecen según el “cocinero,”
a uno u otro partido situándole en una posición
mejor que al resto de partidos. Datos estos, presentados siempre con la
presumible intención que son los resultados de la encuesta.
Ejemplo de ello, nos lo
han dado la última encuesta de Metroscopia, cuyos resultados publicados en El
País del 29 de noviembre afirman que el PP, Ciudadanos y el PSOE están igualados
con una intención de voto del 22%, y a Podemos con el 17%. Datos de los que se
pueden sacar varias conclusiones y algunas de dudosa credibilidad.
Sin embargo una encuesta
del CIS tan reciente como la que señalo anteriormente, ha venido a levantar
alarmas en la sede del PP como en la misma Moncloa. Porque en dicha encuesta se
le atribuye a Podemos que su irrupción en el mapa político español, ha sido el
factor fundamental para destrozar el fin del partidismo y del sistema político
actual, tal y como lo hemos conocido desde la restauración de la democracia en
el país.
Obviamente de entre los
resultados de la primera encuesta y la del CIS se pueden dar lecturas
claramente diferenciadas, y en mi opinión hasta contradictorias.
Hasta el 20 D, las
encuestas y apariciones en los medios televisivos de los líderes de los
partidos van a seguir aportando opiniones que van a contribuir más a la especulación
que el electorado puede realizar acerca de quién va a gobernar España y con qué
política - que hasta hoy es una clara incógnita -; más que a hacer posible que los
españoles conozcamos con claridad meridiana que proponen cada formación
política ante los problemas y las necesidades de dar rápida respuesta a los
mismos.
Ante las circunstancias en
las que se está desarrollando la campaña electoral, estoy convencido que las
políticas económicas de “austeridad expansiva” y las reformas estructurales aplicadas
en esta legislatura que se acaba, por el gobierno de Mariano Rajoy que nos ha
llevado a una maltrecha España por el aumento de la desigualdad, la pobreza, el
desempleo y la deuda, no deberían olvidarse y los españoles lo tendrían que tener
en cuenta a la hora de votar. Es decir, en consonancia, con la realidad negarle
el voto a las candidaturas del PP.
Porque la demagogia de las
promesas que el actual Presidente del Gobierno está anunciando en su campaña
electoral, entre otras la de bajar impuestos y crear empleo si es elegido
Presidente del Gobierno. No son creíbles
porque sencillamente no son posibles realizarla, con la política que ha venido
practicando y que el PP se empeña en seguir aplicando.
Es necesario tener en
cuenta que las propuestas del PP y las de Ciudadanos, - con grandes
coincidencias - no ofrecen ninguna credibilidad, ambas formaciones con su afán
de ganar apoyos a sus candidaturas, proponen lo mismo, una bajada generalizad
de los impuestos, a pesar de que no ignoran que esa medida derivaría en un
conflicto con Bruselas, ya que vendría a imposibilitar el cumplir con la
reducción del déficit. Una propuesta pues de claro signo electoralista que nos
oculta la realidad.
Conviene recordar pues, ante
propuestas tan demagogicas que en una profunda recesión como estamos en España,
no se debe reducir el gasto público hasta que se vuelva a una fase de
expansión. Fue Keynes quien nos enseño eso. La consecuencia de recortar
demasiado pronto el gasto es empujar a la economía a una depresión. Eso
significa un desempleo rápidamente creciente, desorden social, desigualdad,
aumento de la pobreza, caída del nivel de vida y hasta comedores de caridad.
Entre los muchos problemas
que la bajada de impuestos generaría, y eso no lo explican ni Rajoy ni
Ciudadanos, es ¿qué harían con menos ingresos al reducir los impuestos?. Porque
es que el día que el BCE deje de comprar deuda, si España no ha reducido el
déficit y no aumenta los ingresos públicos por encima del 3% sobre los
alcanzados en el 2015, volveremos a tener serios problemas para financiarnos.
Volverían los recortes durante la legislatura en materia de pensiones y
protección a los desempleados entre otros, que realizarían rápidamente el PP si
después del 20 D continúan en el Gobierno. Eso es lo que nos espera si la
derecha PP y Ciudadanos desde el gobierno aplican su “demagógica bajada de impuestos”
Y sobre todo porque Rajoy
y el PP se empeñan en continuar con la misma política, según dicen para lograr
la “recuperación”. Gran mentira, cuando lo que es evidente es que tanto Rajoy
como el PP son formulas ya agotadas, e inservibles para seguir al frente del
país con las políticas que han venido practicando.
La promoción y
coincidencia de las políticas de Ciudadanos con las del PP, me permiten
sospechar de un posible pacto de gobierno a partir del 20 D, entre ambas
formaciones, en la perspectiva no solo de gobernar, sino de reorganizar un gran
partido de derechas en el país a lo largo de esta legislatura. Una fórmula que
aunque pueda ser hoy una hipótesis, cuenta ya con los apoyos de importantes
sectores empresariales y financieros del país, ya que el PP y su dirigente
Rajoy están considerados por estos
sectores como incapacitados totalmente para
seguir al frente del país.
Es quizá la razón por la
que, el crecimiento espectacular de Ciudadanos, un partido joven pero con
evidente inspiración y propuestas de un partido de derechas, se haya producido tan
rápidamente. Por eso no es extraño encontrar la aceptación que esta formación
tiene ya entre determinados sectores
económicos importantes del país.
En mi opinión hoy, solo la
campaña de defensa de la política catastrofista que viene haciendo el PP desde
que gobierna, para engañar con falsas promesas que luego no cumplirá, y la de sembrar con falsas acusaciones de
radicalismo izquierdista al PSOE con el fin de generar el miedo entre los
electores para evitar que este partido le pueda sustituir en el Gobierno del
país, puede llevar al PP a ser el que logre una mayoría que con el apoyo de
Ciudadanos le permita seguir gobernando.
Porque lo que nos jugamos
en estas elecciones es mucho y espero que sea evidente para todos los españoles.
El 20 D va a permitirnos que se realicen los cambios que necesita nuestro país, votando
al PSOE por las propuestas de izquierdas y reformistas que con claridad
meridiana y sensatez está dando a conocer en esta campaña electoral Pedro
Sánchez. O el riesgo es que siga gobernando Rajoy con el apoyo de Ciudadanos,
es decir, que continúe la derecha con las políticas neoliberales culpables de
la situación a que han conducido al país.
Desde mi total y absoluto
deseo de que esta última posibilidad no sea realidad el 21 D, estoy convencido
que los españoles no vamos a olvidar donde nos han llevado las políticas del Sr.
Rajoy desde el Gobierno, donde las promesas electorales NO CUMPLIDAS y la CORRUPCIÖN,
han contribuido el declive electoral en las últimas elecciones municipales y
autonómicas. Y ahora más que nunca hay apostar con nuestro voto para desplazar al PP del Gobierno del país y
enviarlo a la oposición en la próxima legislatura, negándole nuestro voto a las
candidaturas del PP en cada una de las provincias.
En los días que faltan
para que emitamos nuestro voto, no van a faltar encuestas y la aparición en
debates televisivos de los líderes, especialmente de Mariano Rajoy y Pedro
Sánchez. Que no nos confundan.
Ayer (30 de noviembre) el
líder socialista demostró su capacidad en el cuerpo a cuerpo que sostuvo con
Rivera, al que llegó a llamar “mentiroso” y con Iglesias del que dijo que era
un “difamador” en el debate electoral organizado por El País, con estos líderes
y al que Mariano Rajoy rechazó la invitación de participar en el mismo
Un debate en el que la
derecha ha salido derrotada, y en donde Pedro Sánchez ha tenido una
intervención brillante en la exposición de las diversas propuestas
programáticas del PSOE. Una ocasión donde la capacidad política del líder
socialista ha quedado demostrada una vez más, así como la talla de hombre de
Estado, capaz de gobernar desde la Moncloa con el cumplimiento del programa
socialista, para cambiar España.
También considero en estos
días conveniente y necesario constatar, la estrategia oportunista y el carácter
dictatorial de Pablo Iglesias que lo ha caracterizado improvisando tantas
propuestas imposibles de realizar desde su aparición, y cambiándolas como le ha
parecido con el único fin de lograr apoyos de otras fuerzas para lograr
alcanzar la Presidencia del Gobierno tras el 20 D. Una aspiración legítima pero
que no deja de ser una utopía que está ya condenada al fracaso más estrepitoso
de Pablo Iglesias y a la desintegración no muy lejana de este “experimento
ultraizquierdista”.
Los abandonos en Podemos,
por la frustración y las diferencias entre los que formaron parte de
direcciones de Círculos y de Comunidades autónomas, son síntomas de ese
fenómeno que se va a ir manifestándose en esa formación.
Si Podemos quiere ser algún
día, una fuerza aceptada por una importante mayoría de españoles, en mi opinión
necesita transformarse con cambios fundamentales,
que la doten de otra dirección, otro programa y otra organización y formas democráticas
de dirigirla, que pueda iniciar para su implantación, un camino inequívocamente
de izquierda, serio y posible.
Mientras, Pablo Iglesias
acusado de practicar una “forma caudillista” de dirección por sectores de la
actual organización, podrá por algún tiempo actuar como un autentico “trilero
de la política”, que al igual que los “feriantes vendedores” siempre tendrán
quienes le sigan encantados por su palabrería.
En estos días previos al
20 D, conviene pues elevarse por encima de los sondeos y encuestas en esta
coyuntura electoral, para contribuir a los cambios que España y los españoles
necesitamos, que no son otros que los que permitan terminar con el Gobierno del
PP, y volver con Pedro Sánchez a que el PSOE logre gobernar el país con el
programa electoral que está dando a conocer. Un programa que derogue entre
otras la Ley de la Reforma Laboral aprobada por el PP que ha sido la puerta
abierta para el deterioro del mercado del trabajo, y nos restituya el Estado de
Bienestar que las prácticas del Gobierno y el Sr. Rajoy nos han recortado.
1 diciembre 2015.
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