COMO ABORDAR EL PROBLEMA DEL PARO.
Hace ya algunos años, en
1936, el gran economista de Cambridge, John Maynard Keynes anunció los dos
vicios que marcan el mundo económico en el que vivimos, decía: “El primero, es que el pleno empleo no está
garantizado, y el segundo, que el reparto de la fortuna y de la renta es
arbitrario y falto de equidad”.
También señaló que “Nos afecta una enfermedad de la que
algunos lectores puede que aún no hayan oído su nombre, pero de la que oirán
hablar mucho en el futuro inmediato, se denomina Desempleo Tecnológico”.
El razonamiento, las
advertencias hechas en la tercera década del siglo pasado, era francamente
rompedor.
Fue quizá a partir de ese
convencimiento que su pensamiento económico lo desarrolló argumentando que el
Estado era quien tenía el deber de invertir en gasto público, para así
reactivar la economía, y que junto a medidas de subidas o reducciones de
impuestos, y ó devaluaciones de la moneda, se lograba estimular el consumo y la
Demanda, para combatir los dos graves problemas que se dan en cualquier modelo
económico: la inflación y el paro.
Contrariamente, el
economista de la escuela austriaca, Friedrich Hayec, consideraba que esta
solución sería inútil e, incluso peligrosa.
En ese primer
enfrentamiento ganó Keynes y, a resultas de ello, la política económica
keynesiana se ha venido aplicando mayoritariamente desde hace décadas, desde el
1943 hasta el 1973, durante los cuales se ha vivido una época de prosperidad
sin precedentes.
No obstante, muchos economistas
de diversa índole y líderes políticos conservadores han adoptado, también con
éxito, medidas antagónicas y próximas a la visión de Hayec.
A raíz de la crisis
económica y financiera de 2008, ambas corrientes vuelven a estar de actualidad.
Los partidarios de cada escuela se definen, unos sobre la necesidad de
implantar el pensamiento keynesiano para salir de la crisis, y otros se
inclinan por aligerar el peso del Estado y así reducir sus gastos, tal y como
defendía Hayec en sus tiempos
A partir de 1980, en un
informe de la OCDE se indicó que el crecimiento económico y la ocupación del
factor trabajo, llevaban ya caminos distintos, caminos divergentes. Hasta
entonces el incremento del PIB, iba acompañado por un incremento de la
población laboral. Pero a partir de entonces la producción y el empleo están
cada día más alejados uno del otro, en los países desarrollados, entre los que
se encuentra España por varias razones.
Y es que hay un exceso de
población activa, lo que nos indica que tengamos actualmente en España una tasa
de Desempleo del 22%, porque la demanda de trabajo existente es incapaz de
absorber toda la capacidad de trabajo que realmente se posee en nuestro país.
Y mientras que ese
fenómeno se produce generando “El paro Estructural”, otro fenómeno no deja de
desarrollarse, la Ciencia y la Tecnología, que no van a dejar de evolucionar y
con sus aplicaciones a los sistemas productivos son el motivo fundamental que
está originando el crecimiento del “Paro estructural” en todos los países,
incluido a menor escala el nuestro.
Esta tecnología, cada vez es
más barata, más fácil de utilizar y a la vez es más sofisticada. Y eso quiere
decir que cada vez va a hacer frente menos gente, menos mano de obra como
siempre se ha calificado a la capacidad creadora de los trabajadores.
Hace tan solo 12 años, uno
de los pensadores sociales más populares de nuestro tiempo, Jeremí Rifkin dijo
en el III Congreso Nacional de Recursos Humanos que “En este siglo, menos de un cinco por ciento de la población, producirá
los bienes y servicios que consuma el resto, así que, no necesitaremos una
fuerza laboral masiva”.
Y he aquí el grave
problema del Desempleo que hoy azota a la población laboral de los países de la
U. Europea, alcanzando la escalofriante cifra de 27 millones de parados. Cifra
que expresa un grande y grave problema social, que necesita de urgentes y
eficaces respuestas, a la realidad que hoy, en la primera década del Siglo XXI
se constata y cuyo dramatismo y gravedad,
exigen abordar urgente y globalmente con soluciones igualmente globales y
sostenibles al dilema: O trabajo ó Renta Básica.
Parece pues, que una
reivindicación a situar en primera línea de las que necesitamos para salir de
la actual crisis, es la del empleo ó de una paga de subsistencia a todos
aquellos a quien en edad de trabajar y queriendo incorporarse a la actividad
laboral, como consecuencia de la incapacidad del sistema no lo consigue, se le
garantice una “Paga social” que le permita vivir dignamente.
De ahí pues, que todas las
medidas que han impuesto el Gobierno del Sr. Rajoy, que como la Reforma Laboral
no han creado empleo estable y solo ha servido para los reajustes de las
plantillas en las empresas, y además los recortes de las subvenciones a los
parados, están a años luz de poder abordar las soluciones a los graves
problemas del desempleo y de unas subvenciones justas para quien no lo tenga.
Una razón de más para
decir no a las políticas neo-liberales del Gobierno del PP., el próximo 20 de los
corrientes, y votar las candidaturas del PSOE mayoritariamente para que Pedro Sánchez
sea el próximo Presidente del Gobierno, porque aportan soluciones justas, necesarias
y posibles en su Programa.
César Llorca Tello
16 diciembre 2015.
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