miércoles, 16 de diciembre de 2015


          COMO ABORDAR EL PROBLEMA DEL PARO.

Hace ya algunos años, en 1936, el gran economista de Cambridge, John Maynard Keynes anunció los dos vicios que marcan el mundo económico en el que vivimos, decía: “El primero, es que el pleno empleo no está garantizado, y el segundo, que el reparto de la fortuna y de la renta es arbitrario y falto de equidad”.
También señaló que “Nos afecta una enfermedad de la que algunos lectores puede que aún no hayan oído su nombre, pero de la que oirán hablar mucho en el futuro inmediato, se denomina Desempleo Tecnológico”.
El razonamiento, las advertencias hechas en la tercera década del siglo pasado, era francamente rompedor.
Fue quizá a partir de ese convencimiento que su pensamiento económico lo desarrolló argumentando que el Estado era quien tenía el deber de invertir en gasto público, para así reactivar la economía, y que junto a medidas de subidas o reducciones de impuestos, y ó devaluaciones de la moneda, se lograba estimular el consumo y la Demanda, para combatir los dos graves problemas que se dan en cualquier modelo económico: la inflación y el paro.
Contrariamente, el economista de la escuela austriaca, Friedrich Hayec, consideraba que esta solución sería inútil e, incluso peligrosa.
En ese primer enfrentamiento ganó Keynes y, a resultas de ello, la política económica keynesiana se ha venido aplicando mayoritariamente desde hace décadas, desde el 1943 hasta el 1973, durante los cuales se ha vivido una época de prosperidad sin precedentes.
No obstante, muchos economistas de diversa índole y líderes políticos conservadores han adoptado, también con éxito, medidas antagónicas y próximas a la visión de Hayec.
A raíz de la crisis económica y financiera de 2008, ambas corrientes vuelven a estar de actualidad. Los partidarios de cada escuela se definen, unos sobre la necesidad de implantar el pensamiento keynesiano para salir de la crisis, y otros se inclinan por aligerar el peso del Estado y así reducir sus gastos, tal y como defendía Hayec en sus tiempos
A partir de 1980, en un informe de la OCDE se indicó que el crecimiento económico y la ocupación del factor trabajo, llevaban ya caminos distintos, caminos divergentes. Hasta entonces el incremento del PIB, iba acompañado por un incremento de la población laboral. Pero a partir de entonces la producción y el empleo están cada día más alejados uno del otro, en los países desarrollados, entre los que se encuentra España por varias razones.
Y es que hay un exceso de población activa, lo que nos indica que tengamos actualmente en España una tasa de Desempleo del 22%, porque la demanda de trabajo existente es incapaz de absorber toda la capacidad de trabajo que realmente se posee en nuestro país.
Y mientras que ese fenómeno se produce generando “El paro Estructural”, otro fenómeno no deja de desarrollarse, la Ciencia y la Tecnología, que no van a dejar de evolucionar y con sus aplicaciones a los sistemas productivos son el motivo fundamental que está originando el crecimiento del “Paro estructural” en todos los países, incluido a menor escala el nuestro.
Esta tecnología, cada vez es más barata, más fácil de utilizar y a la vez es más sofisticada. Y eso quiere decir que cada vez va a hacer frente menos gente, menos mano de obra como siempre se ha calificado a la capacidad creadora de los trabajadores.
Hace tan solo 12 años, uno de los pensadores sociales más populares de nuestro tiempo, Jeremí Rifkin dijo en el III Congreso Nacional de Recursos Humanos que “En este siglo, menos de un cinco por ciento de la población, producirá los bienes y servicios que consuma el resto, así que, no necesitaremos una fuerza laboral masiva”.
Y he aquí el grave problema del Desempleo que hoy azota a la población laboral de los países de la U. Europea, alcanzando la escalofriante cifra de 27 millones de parados. Cifra que expresa un grande y grave problema social, que necesita de urgentes y eficaces respuestas, a la realidad que hoy, en la primera década del Siglo XXI se constata y cuyo dramatismo y  gravedad, exigen abordar urgente y globalmente con soluciones igualmente globales y sostenibles al dilema: O trabajo ó Renta Básica.
Parece pues, que una reivindicación a situar en primera línea de las que necesitamos para salir de la actual crisis, es la del empleo ó de una paga de subsistencia a todos aquellos a quien en edad de trabajar y queriendo incorporarse a la actividad laboral, como consecuencia de la incapacidad del sistema no lo consigue, se le garantice una “Paga social” que le permita vivir dignamente.
De ahí pues, que todas las medidas que han impuesto el Gobierno del Sr. Rajoy, que como la Reforma Laboral no han creado empleo estable y solo ha servido para los reajustes de las plantillas en las empresas, y además los recortes de las subvenciones a los parados, están a años luz de poder abordar las soluciones a los graves problemas del desempleo y de unas subvenciones justas para quien no lo tenga.
Una razón de más para decir no a las políticas neo-liberales del Gobierno del PP., el próximo 20 de los corrientes, y votar las candidaturas del PSOE mayoritariamente para que Pedro Sánchez sea el próximo Presidente del Gobierno, porque aportan soluciones justas, necesarias y posibles en su Programa.

                                               César Llorca Tello

                                             16 diciembre 2015.

 

 

 

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