Cuando se van aproximando las fechas del abrumador año electoral que vamos a pasar, los sondeos,
las encuestas y el papel mediático,
están haciendo de las suyas. Más marear la perdiz, que realmente informarnos.
Más que informar a los ciudadanos, estamos asistiendo a un
baño de apariciones y declaraciones de algunos representantes de los partidos
políticos, algunos de reciente aparición que han proliferado con la rapidez de
los champiñones launque suban las perspectivas del voto en las
encuestas, de cara a la campaña electoral que ya estamos sufriendo este año.
Sin embargo, mi extrañeza y mi pregunta ¿es porque suben? si algunos partidos
no nos están ofreciendo sus programas con las propuestas, al menos creíbles y
realizables. En esta situación se encuentran el PP, Podemos y Ciudadanos.
Si empezamos por el propio partido del Gobierno, el PP, que
está llevando a cabo una vergonzosa y peligrosa Campaña. Porque si bien hoy se
ha logrado una mini-reactivación económica, no es verdad que se pueda presentar
la misma como la garantía de la creación de empleo en la próxima legislatura de
tres millones de puestos de trabajo, como está diciendo el Sr. Rajoy.
Esas falsas promesas solo tienen un objetivo, lograr engañar
a los españoles para no perder el poder institucional en autonomías y el
Gobierno del país en las próximas elecciones. Sin embargo ello no es posible
por nuestra propia realidad, deflación y una baja productividad casi estancada
de nuestras estructuras productivas,
sino además por el empeño de continuar con la aplicación de las mismas
políticas neoliberales, la austeridad y los recortes de los derechos económicos
y sociales que hemos visto recortar en esta legislatura por el Gobierno del PP.
Aunque ahora, “el paraíso económico, que nos están presentando, lo hagan
agradeciéndoselo a los españoles”.
Cuando Mariano Rajoy ha sido el responsable de la frustración en España por
prometer empleo, mantener la sanidad y la educación, y lo ha incumplido todo.
Esta burda estrategia del Gobierno, no deja de tener por lo
demagógico un lado extremadamente peligroso, y es que durante los meses que nos
quedan por llegar a las elecciones de noviembre, el Gobierno consiga recuperar
las pérdidas del apoyo social que les dio la mayoría absoluta en el 2011,
engañándoles una vez más con “el prometer y luego no cumplir”. Pero la verdad
es que la marca España, de empleo con el
PP, ha sido la ultratemporalidad, los salarios de pobreza y las bajas
pensiones. Y por eso los españoles no debemos votar las candidaturas del PP, ni
en los Ayuntamientos, ni en las Comunidades autónomas y tampoco obviamente en
las Generales de noviembre.
Mientras tanto los “revolucionarios de Facebook” siguen
predicando la igualdad del “PSOE con el PP” contribuyendo así a favorecer una
cómoda situación al PP, a pesar de lo que han representado las políticas del
Gobierno en estos tres últimos años. Como el refranero español es muy sabio,
habría que recordar a estos politólogos de internet, que como “las comparaciones son siempre odiosas”.
Mejor dejarlas de utilizar como estrategia electoral, pues no han favorecido
para nada a quienes han venido sembrando errores políticos de ese calado, lo
único que han venido a favorecer es la extensión de la desafección ciudadana
sobre la política y la confusión acerca de los partidos políticos y del papel e
intereses de cada uno, en un momento donde la crisis sistémica que estallo en
el 2008 y el tratamiento neoliberal de la misma han creado una dramática
situación tanto en nuestro país como en la Unión Europea, sumida en una
recesión económica de la que no sale con las políticas neoliberales.
Este es el modelo de país que está construyendo el Gobierno
del Partido Popular, que no es una consecuencia de la crisis, sino de la
elección de políticas económicas y de legislaciones laborales que suponen un
trasvase de las rentas del trabajo a las rentas del capital, provocando que
crezca desmesuradamente la desigualdad.
El gran problema hoy para los españoles, es que después de
seis años de crisis y de la gestión catastrófica con estas políticas de la
misma por el Gobierno del Sr. Rajoy, la ciudadanía está legítimamente
desesperada a la búsqueda de las posibilidades en algún partido o movimiento
para encontrar la solución a los problemas
del paro, la temporalidad de los contratos y los bajos salarios entre
otros, y cuando han visto la aparición de Podemos han venido a depositar en ese
partido todas las esperanzas de encontrar solución a los problemas.
Sin embargo, la solución a esos problemas pasaría, en mi
modesta opinión, por los partidos socialistas y de izquierda como el PSOE e IU
sólidamente organizados y con indiscutibles tradiciones de izquierda, que
superando errores y desaciertos del pasado, se pusieran a elaborar el conjunto
de propuestas que permitiesen la recuperación de los derechos arrebatados en
estos tres años, de Gobierno del Sr. Rajoy. Y se avanzasen las
posibilidades de gobiernos de izquierda
en las instituciones después de las respectivas elecciones. Sin embargo que es
lo que nos encontramos: Una fragmentación de las intenciones del voto de
importantes sectores de los ciudadanos, disperso entre algunos partidos como
Podemos, que están en las antípodas de ser la organización que van a resolver,
más bien a agravar nuestros problemas.
Solo ese partido, con una calculada ambigüedad puede defender
una identidad “Ni de derechas ni de izquierdas”. Cuando la igualdad de
derechos, la justicia son aspectos
incuestionablemente de izquierdas y defendidos por partidos de izquierdas.
Pero a lo que aspira Podemos es a pescar en muchos caladeros,
aunque los Iglesias, Errejón y Monedero sepan que eso no es realmente del todo
posible, por lo tanto, postergan la toma de posiciones sobre temas que definen mucho todo lo que una
organización política tiene que decir en el marco de la Campaña Electoral . Los
líderes de Podemos, por su formación y experiencia previa, ven el mundo de
manera vertical, es decir, de “Un nosotros, que estamos abajo, contra ellos,
que están arriba”.
Y por lo tanto, no sienten simpatía por otras maneras de ver
el mundo, donde los problemas sociales sin que tienen que ver con la división
en clases de la sociedad, con independencia de la división “inventada” por esta
“troika podemista” de que sean casta ó no.
Los responsables de Podemos nos están demostrando que no se
pronuncian por ningún horizonte ideológico, y no lo hacen sencillamente porque
después de iniciar sus andaduras tras las elecciones al Parlamento Europeo
dijeron cosas que sencillamente pudieron “caer bien” a sectores de la
ciudadanía, porque “sonaba bien”. La música bien pero a la hora de explicar la
letra, eso ya no podía cantarse, por falta de financiación. Y ahora, siguen sin
explicar con claridad lo que quieren hacer, y –si cabe decir eso- están
volviendo a propuestas propia del modelo socialdemócrata que el PSOE ha venido
planteando desde hace años.
Ahora Podemos, va a la
deriva como le corresponde a un partido “atrapalotodo”, que no duda en defender
unas fuerzas armadas garantes de la Soberanía, que asuma un discurso
nacional-patriótico y rehúya las definiciones ideológicas.
El proyecto de Podemos, dirigido por una cúpula jerarquizada
compuesta por la “troika fundacional” de este partido, se basa más en la
ficción de participación asamblearia, muy adaptada a la condición de muchos
simpatizantes, que son activistas de Facebook. Y el panorama se completa con la
ilusión que Podemos ha provocado en mucha gente, que se soslaya con un
escenario de inquietante desmovilización social y laboral. Y sin que la “troika
Podemista” sea la culpable de este “curioso fenómeno”, no deja de sorprenderme
que estos dirigentes, no parezcan muy preocupados por ellos.
Esa cercanía a las instituciones, claramente manifestada por
Pablo Iglesias, y ese desprecio por las movilizaciones y las luchas obreras –
incluso la celebrada en la Puerta del Sol – para NO REIVINDICAR NADA, acaso se
debe a que Podemos considera a los movimientos sociales, como meros resortes al
servicio de “su Proyecto”, el que dicta una vanguardia omnisciente, en un escenario
que no puede estar más alejado de la autogestión popular.
Me temo pues, en fin que los Iglesias, Errejón y Monedero,
dirigentes de Podemos, se creen que encabezan un proceso que se encuentra bajo
su control, y bien puede tratarse de un proyecto ideado por otros.
Otro partido que da la
impresión que ha surgido de improviso, también como salvadores de la
patria, es Ciutadans al que los sondeos
le reconocen unos significativos resultados.
Pero Ciutadans que se ha implantado en España con la
velocidad de crecimiento de los champiñones en invernadero, no es ningún nuevo
partido. A lo largo de más de nueve años en la Cámara catalana, este partido ha
mostrado en repetidas ocasiones sus preferencias derechistas, se ha aliado
frecuentemente con el PP, y se ha manifestado junto a formaciones ultras el Día
de la Hispanidad.
Entre las proezas de este partido cuenta el haber defendido
en el Parlament, quitar la sanidad pública a los emigrantes sin papeles, se
negaron a votar a favor de la retirada de la Ley del aborto de Gallardón y
evitaron condenar al franquismo con una sonada salida sus diputados de la
Cámara antes de la votación.
Aunque Ciutadans, ha
irrumpido con rapidez en el panorama político español, en un momento donde lo
nuevo parece que tiene premio electoral, ya se les llama “El Podemos de
Derechas”. Pero lo que no hay dudas, es que ni es nuevo ni de izquierdas, con
ese historial. Lo que nos permite adelantar el convencimiento que sus promesas
improvisadas no nos ofrecen poca o nula credibilidad. Asi pues con estas opiniones pero no sin
dejar constancia de un profundo convencimiento: De que solo la unidad de la
izquierda, del PSOE e IU hará posible
las políticas que nos permitan salir del atasco neo-liberal de nuestro país,
quiero acabar este artículo con un
texto de nuestro grandioso Antonio
Machado con el que estoy profundamente identificado, y que decía así:
“En política solo
triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople
el aire donde pone la vela”.
“Si preguntáramos al
respecto de la política y de los políticos en cualquier parte del mundo, nos
encontraríamos – excepciones honorables
aparte – con una amalgama de desencanto, frustración, hastío, enojo, cuando no
una encendida indignación ó un rendido conformismo”.
“Sin embargo, nadie
duda de que la política sea no necesaria, sino imprescindible. Guiar con
criterio y firmeza los destinos de un país, procurando el bien de sus
ciudadanos; comportándose con honestidad y transparencia en la gestión de los
dineros públicos; gobernando con ecuanimidad
para tus partidarios y los que no lo son ni lo serán; alentando medidas
que garanticen el bienestar general ó promoviendo iniciativas que impulsen la
economía, la educación, la cultura, el desarrollo… es un arte, aunque, por lo
que comprobamos casi a diario en distintas latitudes, un arte imposible”.
“Yo, de entrada y por
sistema, me niego a pensar que las cosas no tienen arreglo. Lo tienen casi
siempre cuando te pones a buscar verdaderas soluciones y no te empantanas
dedicándote a otros menesteres - lo que ocurre muchas veces en política – que
no tienen que ver exactamente con los problemas en sí”.
“Y ya sé que la política es considerada por
muchos como un sutil ejercicio de engaño colectivo, pero yo prefiero que un
político me diga, por ejemplo, que las cosas están mal y que va a requerir de
mi un esfuerzo complementario”.
“Quiero que me pinte
las cosas tal y como son y no que pensando en mi voto, me escamotee
información”.
“Que no me trate como a
un memo incapaz de informarme por mi cuenta y tener acceso a la realidad de las
situaciones y descartar, con ello, la otra verdad que se me intenta vender.”
“Que me confiese que se
ha equivocado, porque eso puedo entenderlo. Que me diga que lo está intentando
y que me explique cono, porque así le apoyaré.
“Que me transmita
confianza, porque en este mundo en el que casi todo es volátil e intangible, la
confianza es un viento que impulsa o frena”.
“En este tiempo de
turbulencias económicas y de crisis global. De pesadumbre generalizada y de
tragedias familiares por la falta de trabajo - terrible – y por la falta de
expectativas - letal - , los políticos deberían estar a la altura y ejercer el
papel de líderes que requieren las coyunturas excepcionales.
“Es necesario volver a
creer y creeríamos, sin duda, si tuviéramos la inspiración necesaria”.
(Don Antonio Machado)
César Llorca Tello
5 marzo 2015
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