Desde el triunfo de Syriza
en Grecia, una ola de simpatía con el nuevo Gobierno, se extendió por Europa. Pero
cuando se conocieron los resultados del primer encuentro y las declaraciones de
unos y otros, que hicieron ver claramente las primeras desavenencias entre el
nuevo Gobierno y los miembros del Eurogrupo, el BCE y el FMI, otra ola de rabia
ciudadana, vino a sustituir en cierta medida, las ilusiones despertadas con los
resultados alcanzados por Tsipras al frente de su partido, por la indignación
de los ciudadanos cuando constataron que frente a los intereses del capital,
solo los intereses del capital y su salvaguarda son siempre “los únicos y
buenos resultados”, para el capitalismo.
Y que el hambre y la
quiebra económica y social que hoy tiene Grecia, no se contemple desde un punto de vista que
permita llegar a un acuerdo que respetuoso con el pago de la deuda, haga
posible el crecimiento económico y atender a las necesidades más
imprescindibles del pueblo griego. Es el gran drama que está viviendo Grecia.
¿Cómo se puede ayudar a Grecia, y a la Unión Europea? a salir de la
confrontación estéril y a establecer los acuerdos “Económico-humanitarios”
necesarios tanto para Grecia como para el Eurogrupo.
Porque aunque aparentemente haya parecido, que el
problema se haya resuelto, esa no es lamentablemente la verdad. El acuerdo
alcanzado el 20 de febrero entre el Eurogrupo y Grecia suponía solo, el
mantenimiento en lo esencial del antiguo programa de rescate en términos de
reformas, dando cierta flexibilidad al nuevo Gobierno griego en términos
presupuestarios y en el diseño de las medidas
El tema de la Deuda, quedó
aparcado de momento al renunciar Grecia a una recuperación. Pero hoy, el 30 de
marzo el Gobierno griego se enfrenta a tres problemas importantes pues tiene
que presentar una lista de reformas donde se detallen las mismas y la
cuantificación que el Eurogrupo acepte. Porque hasta ahora las medidas
presentadas o no estaban cuantificadas ó eran insuficientes.
Otro problema que hay que
resolver, es decir evitar, es la fuga de capitales, que ha sido intensa desde
que se anunciaron las elecciones y que se ha incrementado desde la victoria de
Syriza, y que aún continúa. Y la mejor y única solución de este gran problema,
es la vuelta de la confianza. Confianza de todos con todos, del Eurogrupo, el
BCE y el FMI con el actual Gobierno griego y este y la ciudadanía con los
acuerdos que se necesitan.
Y el otro problema a
resolver, es el agotamiento de fondos públicos, porque al haber sido rechazada
por el nuevo Gobierno la prolongación temporal del antiguo programa de rescate
hasta que se negociase uno nuevo, se ha paralizado la última entrega de fondos
por parte de las instituciones.
Y estos tres temas, más
bien problemas que están relacionados, son los que necesitan llegar a un
acuerdo sobre las reformas, y que el Eurogrupo apruebe el último tramo de ayuda
del antiguo programa, lo que vendría a aliviar la financiación del Estado heleno
y frenaría sin duda alguna, la salida de depósitos.
Y después de llegar a esa
situación quedaría pendiente la renegociación de las condiciones de la deuda a
largo plazo y, muy probablemente, un nuevo paquete de ayuda.
Ese seria a mi juicio, la
hoja de ruta que debería abrirse paso a partir de hoy, para que el drama que
hoy vive Grecia, se resolviese estableciendo los acuerdos que respetuosos con
el pago de la deuda y los ritmos de disminución de la misma que se establezcan,
hagan posible la perspectiva de superación de la quiebra económica y social en
que hoy se encuentra Grecia, y este país siga permaneciendo a la U. Europea.
Desde el Eurogrupo
fundamentalmente, se debería facilitar desde una visión más amplia y realista
la situación de Grecia y de la U. Europea alcanzado esos acuerdos. Porque ello
no va a significar que Europa va ser víctima del ascenso de fuerzas de
izquierda – en mi opinión, lamentablemente - que vayan a detener los fracasados
programas de austeridad que se están practicando.
Europa lo que está, es
amenazada por la continuidad de las políticas de austeridad, por la gestión
neoliberal de la crisis, y que la han conducido a la gran y preocupante
recesión económica en la que está. Y
Europa no solo está amenazada, es que sufre el gran peso de una GRANDISIMA
DEUDA, una deuda impagable que hace más pesada la carga de la recesión en
conjunción con los primeros signos de deflación. Ese es el gran problema actual
de Europa
Y cuando la Deuda de un
Estado miembro de la zona euro, se acerca a los tres billones de euros, es un
dogmatismo suicida y una gran torpeza
que Europa no tiene porque sufrir, el mantener las políticas de restricciones e
impuestos para tener el límite del 3% del déficit presupuestario,
obstaculizando así el crecimiento económico.
Y cuando la cuestión de la
Deuda, no afecta solo al país griego, sino que afecta a otros Estados como
España que tampoco puede pagarla, la hipocresía no va a ayudar para abordar el
problema global de la deuda. El planeta tiene una deuda de 200 billones de
dólares, casi cuatro veces el valor de su producción. El MUNDO NO PUEDE PAGAR
así mismo la deuda que tiene.
Habría pues que ir
avanzando en las medias que sabiendo que nadie puede pagar su deuda, metamos la
misma en un gran saco y la tiremos al fondo de los mares.
Mientras que eso llegue,
las mejores formas de ayudar a Grecia y a la U. Europea es aconsejarles para encontrar
soluciones ya, empezando desde el Eurogrupo – a ver si lo entienden – que no se
puede amenazar a los que tienen poco o nada que perder, y que el nuevo gobierno
griego también aprenda que la solución a su drama, desgraciadamente hoy, no puede
pasar por el cumplimiento al 100% del programa
electoral con el que se presentaron y ganaron en las elecciones pasadas, lo que
no quiere decir que hay que aceptar la intransigencia de las viejas formas.
Y desde España y desde los
países de la zona Euro, hay que orientarse a lograr desde ya, la correlación de
fuerzas políticas necesarias en los gobiernos de nuestros países para hacer posible
otras políticas para Europa desde las instituciones.
Asi, estaremos ayudando a Grecia
y a nosotros mismos.
César Llorca
Tello.
30 marzo 2015.
Este asunto tiene muy mal arreglo, en todo caso estoy de acuerdo con lo escrito
ResponderEliminarRafa el manchego
Si pero conviene apuntar aspectos para aclarar la dramática situación en Grecia y que sirva para evitar caer en una parecida. Gracias por seguirme desde Manchelarria
Eliminar