domingo, 5 de marzo de 2017

¿LO QUE ESTÁ EN JUEGO?


¿LO  QUE  ESTÁ  EN  JUEGO?

Yo estoy convencido, que las crisis internas por las que están atravesando cada partido: PP, PSOE, Ciudadanos y Unidos-Podemos no terminan de ser entendidas y comprendidas por la ciudadanía en general. Sencillamente porque el escenario que desde hace algunos años están ofreciendo al pueblo, más que complicado para entenderlo, provoca la desafección política del personal.
Precisamente por eso, se hace necesario establecer espacios de clarificación que permitan familiarizarse con lo que está en juego en cada momento.
Por ejemplo, para mí, la pregunta que hay que responder en la actualidad es ¿Lo qué está en juego? en España, aunque también en el conjunto de países que constituyen la Unión Europea.
Desde mi modesta opinión, lo que está en juego es la socialdemocracia. Si los partidos en cada país y en su conjunto son capaces de reactivar un nuevo proyecto socialdemócrata en Europa, o siguen languideciendo con la disminución de los apoyos sociales de antaño, ante las embestidas del neoliberalismo.
Por eso, creo necesario recordar en primer lugar, que la gente, esos que votamos cada vez que nos convocan a cualquier comicio, necesitamos  tener claro lo que está en juego en cada momento, porque en función de la orientación política que le demos a nuestro voto, dependerá la mejora ó el empeoramiento de nuestra situación general.
Pero eso que es tan simple, no siempre se verifica por los resultados electorales, que vienen dándose en los últimos comicios: Que el PP siga siendo el partido más votado, con toda el agua corrupta que recorre a ese partido, es como para desear y con razón, que lo que vengo necesario recordar, llegue un día a ser una realidad.
Me parece pues, empezar mis reflexiones situando en primer lugar, la situación que atraviesa el PSOE, por su importancia, no solo para sus militantes y los 5 millones de votantes, sino para todos los españoles y por ende para toda España, planteando lo que está en juego en esta etapa histórica que estamos viviendo en nuestro país: ¿Tiene futuro la socialdemocracia?
Abordar la respuesta requiere a mi juicio, transmitir cual ha sido la trayectoria con los aciertos y los errores de la socialdemocracia que en Europa ha sido durante décadas desde el final de la II Guerra Mundial, el proyecto político más importante y cuyas consecuencias supusieron indudables mejoras para la clase obrera y para la sociedad en su conjunto de los países que constituyen la Unión Europea.
La socialdemocracia, contribuyó indudablemente a la mejora del nivel de vida de la clase obrera, a la paz social y al consenso político. Pero además, es que ha sido una fuerza política sin la cual la difícil construcción de la Unión Europea, aún hubiese sido más complicada y difícil su puesta en marcha.
Y en España, la socialdemocracia fue durante los años 1983 y el 2011, la fuerza política que con los gobiernos del PSOE fueron quienes afianzaron la joven democracia y lograron la modernización del país.
Yo creo que no reconocer esta etapa de florecimiento de nuestro país, es tan erróneo como injusto, como igual de erróneo e injusto seria el no reconocer que en las últimas décadas, también se han producido una eclosión de resultados negativos del proyecto socialdemócrata, en diversos países europeos, precisamente como consecuencia de la dejación de ese proyecto, que fue sustituido por políticas neoliberales, que provocaron la perdida de los votos que en anteriores periodos obtuvo la socialdemocracia.
Y los ejemplos son muchos, y tan graves como para no obviarlos, y seguir con las mismas políticas: Tony Blair en Inglaterra, el PASOK en Grecia, y Hollande en Francia, entre otros, son los resultados obtenidos como consecuencias de esos abandonos, de lo que fue el proyecto socialdemócrata tras la II Guerra Mundial.
Y estas pérdidas del apoyo social a los partidos socialdemócratas, y que parece que están abocados a ir aumentándose, es lo que debe plantearnos el necesario giro copernicano en las prácticas  políticas que  han provocado esas pérdidas que tradicionalmente cosechaba la socialdemocracia.  
En mi opinión, ha habido varias causas que han provocado este deterioro de la socialdemocracia, y entre ellas, la principal a no olvidar, es que la pérdida de votos se ha debido fundamentalmente al abandono de las políticas, que la clase obrera inequívocamente ha condenado, negando su voto a los partidos socialdemócrata.
Ha habido por supuesto otros factores de carácter estructural, que aún estando presentes en el origen de la socialdemocracia, han ido cambiando fundamentalmente. La sociedad industrial, ya no es la que era, ha ido desapareciendo paulatinamente. Hoy los trabajadores industriales representan menos del 25% del personal activo en Europa.
Y es que hasta en los sindicatos, se ha venido acusando esos cambios por el aumento del paro y los cierres de empresas, y han tenido que ir adaptándose a esa nueva realidad del modelo industrial resultante de la evolución de esos cambios.
Aún con una tasa baja de afiliación, los sindicatos en general siguen siendo los genuinos agentes para la negociación de los intereses populares, más allá de los de la clase obrera. A pesar de que en el caso de España, tanto CC.OO. y UGT han retrasado – en mi opinión - la reacción necesaria ante las políticas neoliberales del Gobierno de Mariano Rajoy.
Hay otra razón de peso, que viene a explicar el declive socialdemócrata, y que se debe a un factor político-ideológico: “El triunfo del proyecto neoliberal, que ha puesto en cuestión el Estado de Bienestar” en todos los países que fue el inicio de una época de recortes de las ventajas que los Estados de Bienestar contemplaban.
Y fue precisamente los Estados de Bienestar, los que constituyeron el núcleo central de la hegemonía socialdemócrata en todos los países, no solo por los apoyos de la clase obrera,  sino también de otros sectores sociales. Porque la salud, la educación, el derecho a la jubilación y al seguro de desempleo, entre otros,  eran valores indiscutibles hace tres décadas, y que las políticas neoliberales han ido recortando, cuando no, negándolas en la práctica. Y eso se ha hecho en aras al mercado y a la competencia, en el mercado de la globalización.
La hegemonía del neo-liberalismo, vino asociada con la globalización y la supremacía del capital financiero. Pero llegado ese momento, los partidos socialdemócratas se adaptaron a la nueva época, se pusieron a favor de los vientos que soplaba el neo-liberalismo, para conservar cuotas de poder, fuese como fuese, o practicando políticas que favorecían más los mercados, que a las clases más humildes y necesitadas, y postrándose muy respetuosamente con el orden mundial liderado por los EE.UU. y el gran capitalismo financiero.
Y ese fue “EL GRAN ERROR DE LA SOCIALDEMOCRACIA”, y no otro.
Empezó Tony Blair, el primer colaborador socialdemócrata, con la adopción de políticas neo-liberales desde el Gobierno de Inglaterra, y lo siguieron los partidos socialdemócratas de otros países, desde los gobiernos de sus países ó mediante coaliciones políticas para seguir en los Gobiernos, figurando siempre subordinados a los partidos de la derecha.
Y los ejemplos a seguir como un modelo ejemplar, fue la “Gran coalición” instaurada en Alemania, que se convirtió en el “Modelo que se puso de moda” y que hasta en nuestro país, Mariano Rajoy ha recordado y sigue apostando por él, con un PSOE domesticado. Pero en Alemania, de hecho, los efectos han sido nefastos para el propio SPD alemán, que se ha convertido en apéndice del CDU-CSU, como han sido para los países del sur de Europa.
La realidad ha sido esa y no otra: “Cuando más se fueron apartando los partidos socialdemócratas de los Estado de Bienestar que habían construido” y se fueron plegando a los intereses del capital financiero, más fueron perdiendo la base histórica de su legitimidad.
Y cuando llego la crisis del 2008/2010, con su correlato de la crisis del euro, eso les dio la puntilla a los partidos socialdemócratas, porque cuando llegó el momento de decidir, escogieron la defensa de las instituciones financieras en lugar de la preservación del Estado de Bienestar, y aceptaron la disciplina de la austeridad impuesta por Alemania, en función de sus propios intereses nacionales, aunque disfrazados de europeísmo.
Otro ejemplo del mal-hacer de la socialdemocracia, nos lo dio el PASOK, que de partido dominante en Grecia durante muchos años, prácticamente ha desaparecido tras su alianza con el partido de la derecha.
Y si es la trayectoria del “Progresismo italiano  del PD, también es un mal ejemplo a no seguir, pues después de ir dando tumbos ha conseguido ser deslegitimado Mario Renzi en un referéndum que perdió, por sus errores políticos.
En Portugal, solo la socialdemocracia sobrevive, gracias a la alianza con fuerzas de la izquierda.
En el resto de Europa, salvo en Suecia que la socialdemocracia resiste, a duras penas, en Escandinavia y Holanda han cedido la hegemonía política a la extrema derecha xenófoba.
Y entrando en el área de los grandes errores de la socialdemocracia, en España, hay que situar la catastrófica gestión de la crisis de José Luis Rodríguez  Zapatero, que empezó por negar que existiera, para continuar entregándose a Alemania, llegando incluso a reformar la Constitución para limitar el gasto público cogido de la mano de Mariano Rajoy, y sin proceder a un referéndum donde el pueblo soberano pudiera aprobar ó no dicha reforma.
Ese desafortunado comportamiento de Zapatero, vino a precipitar la debacle política en el 2011 perdiendo la mayoría y el Gobierno, y sucesivamente nuevos votos en cada elección, mientras que en España surgía desde la base del desacuerdo total con el gobierno y sus políticas, una potente alternativa política de izquierda, engendrada desde los movimientos sociales, con los tics de un populismo de izquierda, que surgieron con el desprecio a la Transición democrática  de nuestro país.
Podemos, fue esa fuerza que surgió después del 15M, como consecuencia de un estallido social provocado por la crisis económica, de las instituciones y porque afloraba la corrupción, de una forma brutal en nuestro país. Y ahí el PSOE no reacciono a tiempo.
Incluso en el Congreso de Sevilla, en febrero del 2012, se cometió un gran error, - en mi opinión -  porqué no se abordó el proceso de regeneración y cambio de las actitudes políticas que se venían practicando, ni se abordo con firmeza la lucha contra la corrupción.
Pero como en política no hay determinismo, sino efectos de las políticas que se practican, la muerte ó supervivencia de los partidos socialdemócratas va a depender de que sean capaces ó no, de llevar a cabo los cambios de las políticas que han sido un fracaso, como la experiencia empírica nos ha demostrado.
Porque solo si nos proponemos hacer políticas auténticamente socialdemócratas, se puede recuperar el apoyo de sectores sociales que ya no confían en el bla,bla,bla de unas declaraciones, que no dan respuesta a los problemas reales que tenemos planteados por la crisis y la gestión neo-liberal de la misma.
Para ello, hoy necesitamos un autentico partido de izquierdas: “Un PSOE con otras políticas capaces de llegar al Gobierno, sin necesidad de practicar ni populismos ni practicas neo-liberales” que le llevaría a repetir los fracasos reiteradamente, como ha ido sucediendo en los comicios de los últimos años.
La cuestión está claramente planteada: O un PSOE supeditado a las políticas de colaboración desde un papel segundón, y subsidiario del PP, de la derecha más corrupta y neoliberal de nuestro país, ó un PSOE de Izquierdas, auténticamente socialdemócrata capaz de alcanzar con otras fuerzas la mayoría necesaria para Gobernar con un proyecto progresista.
Eso es lo que está jugándose el PSOE, que sin querer entrar en las ambiciones personales de algunos acomodados y acomodada, de los que han hecho posible la debacle en el seno del partido, son los que desean  un partido que reconstruya un “nuevo bipartidismo” equivalente al modelo de la “Coalición alemana” tan reiteradamente deseada por Mariano Rajoy.
Pero la plataforma “SOMOS SOCIALISTAS”, propuesta y defendida por Pedro Sánchez, es la que plantea ese giro necesario en la naturaleza del Partido y de una práctica política por un proyecto de “UNA NUEVA SOCIALDEMOCRACIA”, que de ninguna manera puede considerarse un “Brindis al sol” como lo ha caracterizado Antonio Elorza en EL País de hoy domingo 5 de marzo. Y que yo no comparto por lo desacertado en su totalidad.
Por eso es tan enconada la disputa, donde los poderes fácticos, empezando por la banca y las potencias europeas, están intentando bloquear la estrategia que defiende Pedro Sánchez y miles de militantes  que apoyan con entusiasmo los encuentros multitudinarios a los que asisten destacados dirigentes socialistas como Odón Elorza, José Antonio Pérez Tapies, José Luis Abalos y Zaida Cantera entre otros muchos
En esos encuentros de los dirigentes de ese Nuevo PSOE, se afirma que este partido no puede ser un apéndice útil para la derecha, ni continuar siendo una socialdemocracia adaptada a los intereses del sistema, ni a las conveniencias del poder establecido aunque eso les permita que “determinados socialistas”, tengan la poltrona y un buen nivel de vida garantizado por su “colaboración indigna e impropia de un partido socialdemócrata”.
He ahí, lo que está en juego en el PSOE, y por el interés de que sea Pedro Sánchez y quienes desean un PSOE de los militantes,  de izquierda y de clase al servicio de la clase más necesitada, hay que seguir aglutinando convencimientos para lograr el éxito de una nueva socialdemocracia, con el rechazo a quienes hoy se oponen a esos cambios tan necesarios, para la socialdemocracia, sus militantes y los 5 millones de votantes y en general para quienes hoy están sufriendo las consecuencias de las políticas neo-liberales de Mariano Rajoy.

                                  5 marzo 2017. 

 

 

 

 

 

 

 

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