¿LO QUE ESTÁ
EN JUEGO?
Yo estoy
convencido, que las crisis internas por las que están atravesando cada partido:
PP, PSOE, Ciudadanos y Unidos-Podemos no terminan de ser entendidas y
comprendidas por la ciudadanía en general. Sencillamente porque el escenario
que desde hace algunos años están ofreciendo al pueblo, más que complicado para
entenderlo, provoca la desafección política del personal.
Precisamente por
eso, se hace necesario establecer espacios de clarificación que permitan
familiarizarse con lo que está en juego en cada momento.
Por ejemplo, para
mí, la pregunta que hay que responder en la actualidad es ¿Lo qué está en
juego? en España, aunque también en el conjunto de países que constituyen la
Unión Europea.
Desde mi modesta
opinión, lo que está en juego es la socialdemocracia. Si los partidos en cada
país y en su conjunto son capaces de reactivar un nuevo proyecto
socialdemócrata en Europa, o siguen languideciendo con la disminución de los
apoyos sociales de antaño, ante las embestidas del neoliberalismo.
Por eso, creo
necesario recordar en primer lugar, que la gente, esos que votamos cada vez que
nos convocan a cualquier comicio, necesitamos tener claro lo que está en juego en cada
momento, porque en función de la orientación política que le demos a nuestro
voto, dependerá la mejora ó el empeoramiento de nuestra situación general.
Pero eso que es tan
simple, no siempre se verifica por los resultados electorales, que vienen
dándose en los últimos comicios: Que el PP siga siendo el partido más votado,
con toda el agua corrupta que recorre a ese partido, es como para desear y con
razón, que lo que vengo necesario recordar, llegue un día a ser una realidad.
Me parece pues,
empezar mis reflexiones situando en primer lugar, la situación que atraviesa el
PSOE, por su importancia, no solo para sus militantes y los 5 millones de votantes,
sino para todos los españoles y por ende para toda España, planteando lo que
está en juego en esta etapa histórica que estamos viviendo en nuestro país: ¿Tiene futuro la socialdemocracia?
Abordar la
respuesta requiere a mi juicio, transmitir cual ha sido la trayectoria con los
aciertos y los errores de la socialdemocracia que en Europa ha sido durante
décadas desde el final de la II Guerra Mundial, el proyecto político más
importante y cuyas consecuencias supusieron indudables mejoras para la clase
obrera y para la sociedad en su conjunto de los países que constituyen la Unión
Europea.
La
socialdemocracia, contribuyó indudablemente a la mejora del nivel de vida de la
clase obrera, a la paz social y al consenso político. Pero además, es que ha
sido una fuerza política sin la cual la difícil construcción de la Unión
Europea, aún hubiese sido más complicada y difícil su puesta en marcha.
Y en España, la
socialdemocracia fue durante los años 1983 y el 2011, la fuerza política que
con los gobiernos del PSOE fueron quienes afianzaron la joven democracia y
lograron la modernización del país.
Yo creo que no
reconocer esta etapa de florecimiento de nuestro país, es tan erróneo como injusto,
como igual de erróneo e injusto seria el no reconocer que en las últimas
décadas, también se han producido una eclosión de resultados negativos del
proyecto socialdemócrata, en diversos países europeos, precisamente como
consecuencia de la dejación de ese proyecto, que fue sustituido por políticas
neoliberales, que provocaron la perdida de los votos que en anteriores periodos
obtuvo la socialdemocracia.
Y los ejemplos son
muchos, y tan graves como para no obviarlos, y seguir con las mismas políticas:
Tony Blair en Inglaterra, el PASOK en Grecia, y Hollande en Francia, entre
otros, son los resultados obtenidos como consecuencias de esos abandonos, de lo
que fue el proyecto socialdemócrata tras la II Guerra Mundial.
Y estas pérdidas del
apoyo social a los partidos socialdemócratas, y que parece que están abocados a
ir aumentándose, es lo que debe plantearnos el necesario giro copernicano en
las prácticas políticas que han provocado esas pérdidas que
tradicionalmente cosechaba la socialdemocracia.
En mi opinión, ha
habido varias causas que han provocado este deterioro de la socialdemocracia, y
entre ellas, la principal a no olvidar, es que la pérdida de votos se ha debido
fundamentalmente al abandono de las políticas, que la clase obrera inequívocamente
ha condenado, negando su voto a los partidos socialdemócrata.
Ha habido por
supuesto otros factores de carácter estructural, que aún estando presentes en
el origen de la socialdemocracia, han ido cambiando fundamentalmente. La
sociedad industrial, ya no es la que era, ha ido desapareciendo paulatinamente.
Hoy los trabajadores industriales representan menos del 25% del personal activo
en Europa.
Y es que hasta en
los sindicatos, se ha venido acusando esos cambios por el aumento del paro y
los cierres de empresas, y han tenido que ir adaptándose a esa nueva realidad
del modelo industrial resultante de la evolución de esos cambios.
Aún con una tasa
baja de afiliación, los sindicatos en general siguen siendo los genuinos
agentes para la negociación de los intereses populares, más allá de los de la
clase obrera. A pesar de que en el caso de España, tanto CC.OO. y UGT han
retrasado – en mi opinión - la reacción necesaria ante las políticas
neoliberales del Gobierno de Mariano Rajoy.
Hay otra razón de
peso, que viene a explicar el declive socialdemócrata, y que se debe a un
factor político-ideológico: “El triunfo
del proyecto neoliberal, que ha puesto en cuestión el Estado de Bienestar”
en todos los países que fue el inicio de una época de recortes de las ventajas
que los Estados de Bienestar contemplaban.
Y fue precisamente
los Estados de Bienestar, los que constituyeron el núcleo central de la hegemonía
socialdemócrata en todos los países, no solo por los apoyos de la clase
obrera, sino también de otros sectores
sociales. Porque la salud, la educación, el derecho a la jubilación y al seguro
de desempleo, entre otros, eran valores
indiscutibles hace tres décadas, y que las políticas neoliberales han ido
recortando, cuando no, negándolas en la práctica. Y eso se ha hecho en aras al
mercado y a la competencia, en el mercado de la globalización.
La hegemonía del
neo-liberalismo, vino asociada con la globalización y la supremacía del capital
financiero. Pero llegado ese momento, los partidos socialdemócratas se
adaptaron a la nueva época, se pusieron a favor de los vientos que soplaba el
neo-liberalismo, para conservar cuotas de poder, fuese como fuese, o
practicando políticas que favorecían más los mercados, que a las clases más
humildes y necesitadas, y postrándose muy respetuosamente con el orden mundial
liderado por los EE.UU. y el gran capitalismo financiero.
Y ese fue “EL GRAN
ERROR DE LA SOCIALDEMOCRACIA”, y no otro.
Empezó Tony Blair,
el primer colaborador socialdemócrata, con la adopción de políticas
neo-liberales desde el Gobierno de Inglaterra, y lo siguieron los partidos
socialdemócratas de otros países, desde los gobiernos de sus países ó mediante
coaliciones políticas para seguir en los Gobiernos, figurando siempre
subordinados a los partidos de la derecha.
Y los ejemplos a
seguir como un modelo ejemplar, fue la “Gran
coalición” instaurada en Alemania, que se convirtió en el “Modelo que se puso de moda” y que
hasta en nuestro país, Mariano Rajoy ha recordado y sigue apostando por él, con
un PSOE domesticado. Pero en Alemania, de hecho, los efectos han sido nefastos
para el propio SPD alemán, que se ha convertido en apéndice del CDU-CSU, como
han sido para los países del sur de Europa.
La realidad ha sido
esa y no otra: “Cuando más se fueron
apartando los partidos socialdemócratas de los Estado de Bienestar que habían
construido” y se fueron plegando a los intereses del capital financiero, más
fueron perdiendo la base histórica de su legitimidad.
Y cuando llego la
crisis del 2008/2010, con su correlato de la crisis del euro, eso les dio la
puntilla a los partidos socialdemócratas, porque cuando llegó el momento de
decidir, escogieron la defensa de las instituciones financieras en lugar de la
preservación del Estado de Bienestar, y aceptaron la disciplina de la
austeridad impuesta por Alemania, en función de sus propios intereses
nacionales, aunque disfrazados de europeísmo.
Otro ejemplo del mal-hacer
de la socialdemocracia, nos lo dio el PASOK, que de partido dominante en Grecia
durante muchos años, prácticamente ha desaparecido tras su alianza con el
partido de la derecha.
Y si es la
trayectoria del “Progresismo italiano” del PD, también es un mal ejemplo a no seguir,
pues después de ir dando tumbos ha conseguido ser deslegitimado Mario Renzi en
un referéndum que perdió, por sus errores políticos.
En Portugal, solo
la socialdemocracia sobrevive, gracias a la alianza con fuerzas de la
izquierda.
En el resto de
Europa, salvo en Suecia que la socialdemocracia resiste, a duras penas, en
Escandinavia y Holanda han cedido la hegemonía política a la extrema derecha
xenófoba.
Y entrando en el
área de los grandes errores de la socialdemocracia, en España, hay que situar
la catastrófica gestión de la crisis de José Luis Rodríguez Zapatero, que empezó por negar que existiera,
para continuar entregándose a Alemania, llegando incluso a reformar la
Constitución para limitar el gasto público cogido de la mano de Mariano Rajoy,
y sin proceder a un referéndum donde el pueblo soberano pudiera aprobar ó no
dicha reforma.
Ese desafortunado
comportamiento de Zapatero, vino a precipitar la debacle política en el 2011
perdiendo la mayoría y el Gobierno, y sucesivamente nuevos votos en cada
elección, mientras que en España surgía desde la base del desacuerdo total con
el gobierno y sus políticas, una potente alternativa política de izquierda,
engendrada desde los movimientos sociales, con los tics de un populismo de
izquierda, que surgieron con el desprecio a la Transición democrática de nuestro país.
Podemos, fue esa
fuerza que surgió después del 15M, como consecuencia de un estallido social
provocado por la crisis económica, de las instituciones y porque afloraba la
corrupción, de una forma brutal en nuestro país. Y ahí el PSOE no reacciono a
tiempo.
Incluso en el
Congreso de Sevilla, en febrero del 2012, se cometió un gran error, - en mi
opinión - porqué no se abordó el proceso
de regeneración y cambio de las actitudes políticas que se venían practicando,
ni se abordo con firmeza la lucha contra la corrupción.
Pero como en
política no hay determinismo, sino efectos de las políticas que se practican,
la muerte ó supervivencia de los partidos socialdemócratas va a depender de que
sean capaces ó no, de llevar a cabo los cambios de las políticas que han sido
un fracaso, como la experiencia empírica nos ha demostrado.
Porque solo si nos
proponemos hacer políticas auténticamente socialdemócratas, se puede recuperar
el apoyo de sectores sociales que ya no confían en el bla,bla,bla de unas
declaraciones, que no dan respuesta a los problemas reales que tenemos
planteados por la crisis y la gestión neo-liberal de la misma.
Para ello, hoy
necesitamos un autentico partido de izquierdas: “Un PSOE con otras políticas capaces de llegar al Gobierno, sin
necesidad de practicar ni populismos ni practicas neo-liberales” que le
llevaría a repetir los fracasos reiteradamente, como ha ido sucediendo en los
comicios de los últimos años.
La cuestión está
claramente planteada: O un PSOE supeditado a las políticas de colaboración
desde un papel segundón, y subsidiario del PP, de la derecha más corrupta y
neoliberal de nuestro país, ó un PSOE de Izquierdas, auténticamente
socialdemócrata capaz de alcanzar con otras fuerzas la mayoría necesaria para
Gobernar con un proyecto progresista.
Eso es lo que está jugándose
el PSOE, que sin querer entrar en las ambiciones personales de algunos
acomodados y acomodada, de los que han hecho posible la debacle en el seno del
partido, son los que desean un partido
que reconstruya un “nuevo bipartidismo”
equivalente al modelo de la “Coalición
alemana” tan reiteradamente deseada por Mariano Rajoy.
Pero la plataforma “SOMOS SOCIALISTAS”, propuesta y
defendida por Pedro Sánchez, es la que plantea ese giro necesario en la
naturaleza del Partido y de una práctica política por un proyecto de “UNA NUEVA SOCIALDEMOCRACIA”, que de
ninguna manera puede considerarse un “Brindis
al sol” como lo ha caracterizado Antonio Elorza en EL País de hoy domingo 5
de marzo. Y que yo no comparto por lo desacertado en su totalidad.
Por eso es tan
enconada la disputa, donde los poderes fácticos, empezando por la banca y las
potencias europeas, están intentando bloquear la estrategia que defiende Pedro
Sánchez y miles de militantes que apoyan
con entusiasmo los encuentros multitudinarios a los que asisten destacados
dirigentes socialistas como Odón Elorza, José Antonio Pérez Tapies, José Luis
Abalos y Zaida Cantera entre otros muchos
En esos encuentros
de los dirigentes de ese Nuevo PSOE, se afirma que este partido no puede ser un
apéndice útil para la derecha, ni continuar siendo una socialdemocracia
adaptada a los intereses del sistema, ni a las conveniencias del poder
establecido aunque eso les permita que “determinados
socialistas”, tengan la poltrona y un buen nivel de vida garantizado por su
“colaboración indigna e impropia de un
partido socialdemócrata”.
He ahí, lo que está en juego en el PSOE, y por el interés de que sea Pedro
Sánchez y quienes desean un PSOE de los militantes, de izquierda y de clase al servicio de la
clase más necesitada, hay que seguir aglutinando convencimientos para lograr el
éxito de una nueva socialdemocracia, con el rechazo a quienes hoy se oponen a
esos cambios tan necesarios, para la socialdemocracia, sus militantes y los 5
millones de votantes y en general para quienes hoy están sufriendo las
consecuencias de las políticas neo-liberales de Mariano Rajoy.
5 marzo 2017.
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