domingo, 19 de marzo de 2017

EL PRÓXIMO EXAMEN.


        EL  PRÓXIMO  EXAMEN.

Después de las elecciones en el pequeño país de los tulipanes: Holanda, y cuyos resultados ya los abordé con un análisis en mi artículo “Cuando las barbas del vecino…”. Hoy nos encontramos ante las próximas elecciones presidenciales en nuestro vecino país: Francia
Por la importancia  que van a tener sus resultados, me permito abordar con mis modestas pero sinceras opiniones, el escenario político en el que van a transcurrir el citado comicio elector
Sus resultados van a evidenciar, las opciones por las que va a optar el pueblo francés, en la primera vuelta de estas importantísimas elecciones a la Presidencia de la República Francesa.
Tres aspirantes para ocupar el Eliseo, van a competir en el marco de una deteriorada situación económica y laboral del pueblo francés, a su vez desconcertados por las políticas socialdemócratas de Hollande y su primer ministro Valls
Una descompuesta derecha, que representa Emanuel Macron, un banquero de inversiones, ex-ministro de Economía, que tras la debacle de la derecha francesa de Sarkozy, y la fractura de esta formación donde Francois Fillon ha quedado herido de muerte  por el escándalo de la retribuciones públicas a su esposa; Macron con el reinvento de su formación, pretendiendo ocupar el “Centro derecha”, y que ha bautizado con las iníciales de su nombre y apellido EM, “En marche” que según los sondeos, lo sitúan en la ronda final que encabezaran, si los sondeos aciertan: Macron y Le Pen. 
Por otro lado Marine Le Pen, líder de la extrema derecha, xenófoba y anti-Europa, neo-nazi por todo su planteamiento, demagógico y populista que pretende situarse en el espacio creado por el agotamiento de las políticas de Hollande y Valls que han generado las numerosas protestas en manifestaciones y huelgas, y la fractura de la derecha que encabezo Sarkozy y la alternativa ahora de “En marche”.
Y por otro lado la aparición de un nuevo líder del PS, Benoit Hamon, donde la socialdemocracia intenta la recuperación de las políticas netamente socialistas frente al social-liberalismo de Valls y su Gobierno durante su mandato. Viene a configurar las tres opciones, sobre las cuales el pueblo de la Comuna, a va a poder decidir su futuro, rechazando la opción populista de Le Pen, de las políticas nacionalistas y separatistas de esta formación Neo-nazi, y con ello favorecer el giro necesario y el fortalecimiento de  las opciones de un nuevo proyecto socialdemócrata que defiende Hamon, como la única alternativa para hacer frente a las políticas neo-liberales que se impulsan desde Bruselas.
Y si los franceses, no se dejan engañar por los cantos de sirena de Macron y Le Pen, Francia será una vez más la gran referencia como lo fue con su revolución en 1789, una importante referencia para la recuperación de una “Nueva socialdemocracia en Europa”.
Porque en el fondo, Macron, con sus propuestas de defensa del liberalismo económico, precisamente cuando el capitalismo es un sistema caduco y culpable de los recortes neoliberales a los derechos y libertades en esta segunda década del siglo XXI, no parece que vaya a cosechar un resultado que la vaya a abrir las puertas del Eliseo.
Y ni tan siquiera ese privilegio de alcanzar la Presidencia de la República Francesa va a estar al alcance de la Populista de la ultraderecha, xenófoba y que preconiza la necesidad de un Brexit a la francesa.
Lo más probable, es que después de la primera ronda, siguiendo el curso de la ley electoral francesa, se vaya a la segunda vuelta, en donde se produce tradicionalmente el decantamiento de los partidos en aras al  fin y al cabo de facilitar un resultado ganador en la  carrera  electoral a aquella candidatura ó candidato más afín.
Hoy pues, en mi opinión, cuando los poderes económicos, están ya mediante los sondeos y otros medios, presentando en el escenario político tan solo a dos competidores, Macron y Le Pen, sería conveniente que se denunciara esa burda y torpe maniobra, que tiene por único objetivo eliminar el proyecto socialdemócrata que representa Benoit Hamon, y que este recupere con políticas claramente diferentes de las aplicadas por Hollande y Valls, la influencia social de la socialdemocracia.
Similares comportamientos son los que hoy se están dando, a dos bandas, en nuestro país: Por un lado, desde Mariano Rajoy que ya está “asomando la patita” acerca de las posibilidades de convocar nuevas elecciones, si en el Congreso de los Diputados no se le aprueban los Presupuestos. Y por el otro una Comisión Gestora y una banda de barones acomodados con los apoyos del populismo, a los que se suman los no menos acomodados, Felipe González y personajillos bien ocupados económicamente, que en complicidad manifiesta están boicoteando unas Primarias limpias y transparentes donde los afiliados pueda  elegir a Pedro Sánchez como líder de una “Nueva Socialdemocracia”.
Por eso en estas circunstancias, las elecciones presidenciales francesas y sus resultados, tienen un especial relieve, porque son de hecho una examen donde los proyectos del populismo de Le Pen, pueden  cosechar un rotuno fracaso, mientras que  la izquierda de Benoit Hamon desde la unidad de la izquierda con el sector ultraizquierdista de Melenchón aparezca como la alternativa creíble y apoyada por una inmensa mayoría del pueblo francés. Unos resultados que abriesen los ojos a los pueblos de Europa, para demostrar  que la Socialdemocracia no está muerta. Lo que han muerto han sido las políticas de colaboracionismo con los partidos de la derecha y los proyectos  neoliberales. 
Porque si ganase Macron, defendiendo el liberalismo económico en estos tiempos del evidente fracaso de las políticas neoliberales, y la permanencia en Europa, después del Brexit y el acceso a la Casa Blanca de Trump, no parece un gesto muy  convincente, cuando defender la integración europea, supone ir a contracorriente – quizá para diferenciarse de Le Pen – pero no plantear los cambios de políticas desde Bruselas, para mí es un “Brindis al sol” que no puede engañar a estas alturas a importantes sectores del pueblo francés. Macron seria la continuidad de las políticas neoliberales  marcadas desde Bruselas.
Y si ganase Le Pen, sería el inicio de hecho de un Brexit a la francesa, por eso yo espero que no llegue a la segunda ronda de las elecciones. Mi confianza con la conciencia política del pueblo francés  es muy grande.
Pero soy consciente que las consecuencias que ha provocado la crisis y la recesión tratadas con la filosofía neo-liberal, ha supuesto que la clase obrera y las clases más humildes hayan sufrido el empeoramiento de sus condiciones de vida y trabajo, lo que les ha llevado a  la desafección política hacia los partidos tradicionales de la izquierda, como le ha ocurrido al Partido Socialista, y a dirigir sus votos hacia la demagogia populista de Marie Le Pen en Francia. El populismo se ha nutrido de esas circunstancias.
Por esas razones, las elecciones a la Presidencia de la República Francesa, estoy convencido que son un gran examen y cuyos resultados, van a ser decisivos para incrementar el apoyo social contra el populismo de Le Pen. Lo que sería un gran paso, para acabar con esos peligrosos aires que el Populismo, de derechas o de izquierdas pretende llevarnos a una ruptura de  Europa, como en otros tiempos provocó Hitler.

                                    19 marzo 2017

 

  

  

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