¡AY!
LA FRANCE.
Nuestro vecino país, está
ya conmocionado por el terrorismo, por las batallas entre un Gobierno
debilitado y un sindicato CGT radicalizado, que han llevado a Francia al caos a
cuenta de una reforma laboral.
Hacía ya 20 años, que no
se veían gasolineras sin combustibles, refinerías bloqueadas y cientos de miles
de manifestantes en las calles.
En 1995, el estallido se
originó por un cambio normativo, el de la Seguridad Social. Está visto que
Francia no admite reformas profundas. En todo caso revoluciones.
Hoy están en juego el
modelo social en Francia, el papel de los sindicatos, el futuro de la izquierda
ó el del Presidente de la República Holland y su primer ministro Valls.
Yo no entiendo muy bien,
el porqué Holland se ha lanzado con su más dura reforma, que no estaba incluida
en su programa electoral, a un año de las elecciones presidenciales.
Esa reforma, ha activado
la división en la izquierda y el rechazo en la calle le ha devuelto a un record
negativo de popularidad del 15%. La oposición afirma que “está acabado”, que “No
tiene autoridad ni credibilidad”.
En la primera parte de su
mandato, se dedicó a equilibrar las desbocadas cuentas públicas, sobre todo el
déficit. La segunda a mejorar la competitividad de las empresas con 40.000
millones de euros en ayudas y ventajas. Y ahora tocan las reformas
estructurales.
Pese a llamarle “la
legislatura reformista” Holland y Valls han aprobado muy pocas y rebajadas
reformas. Llevan 30 años diciendo que son necesarias pero son siempre homeopáticas,
dice el historiador Benoit Pellistrandi.
La ley de la Reforma
Laboral, ha originado de inmediato otro foso en la izquierda y en el propio
Partido Socialista, hoy en riesgo de implosión. Veinticuatro diputados rebeldes
con otros 32 de la izquierda radical, apoyaron una frustrada moción de censura
contra Valls.
Ahora han pedido a Holland
que “abandone estas reformas que
inquietan legítimamente y dividen inútilmente a la izquierda”.
Falto de apoyos en la Asamblea Nacional, Valls aprobó
la reforma por decreto.
Hace dos años predijo que “la izquierda corre el riesgo de morir”,
si no hace reformas, y hoy añade “Este
país se muere por sus conservadurismos y por la imposibilidad de reformarse”.
Parafraseando eso que se
dice en nuestro país. “Hay amores que matan”
yo le diría a este catalán que ha llegado a primer ministro en el país de la
Comuna y la Bastilla, que hay Reformad Laborales que también matan: Matan el
empleo, matan las políticas reformistas y las políticas de izquierda. Como
usted está matando todo eso.
Y cuando eso sucede, no le
debería extrañar, aunque si preocupar, que sea el ultraderechista Frente
Nacional quien pesca en este rio revuelto.
Su líder y candidata
Marine Le Pen, rechaza la reforma, censura a la CGT por ser de extrema
izquierda y critica al Gobierno por no emplear la mano dura. Como se nota que
las cargas de la policía contra los manifestantes le parecen poco a esta
fascista.
Que más queremos, el
oportunismo de la Le Pen, y mientras “la
izquierda está dividida, la derecha está dividida” y el fascismo crece
Francia.
Cuando las barbas de tu
vecino, ves afeitar, pon las tuyas a remojar.
A ver si todos en este
país, aprendemos solo un poquito, pero el suficiente para reaccionar a tiempo y
en la buena dirección.
Con 40 años de Dictadura
ya tuvimos bastante.
2 junio 2016
El problema Le Pen es ya común en toda Europa, todo pinta mal.
ResponderEliminarUn manchego
Pues si, desgraciadamente es asi. La vuelta a un pasado odioso. A ver si reaccionan los políticos y nuestro pueblo.
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