El
extremo multipartidista existente en el Congreso de Diputados, viene
planteando, varios y serios inconvenientes.
Lo
primero que se constata, y es una evidencia total, es una falta de cultura
aliancista. Parece que el pactar, el hecho solo de negociar y pactar, con
independencia de los contenidos. La forma, es suficiente para desencadenar los
ataques de aquellas fuerzas cuya acción política solo se reduce a denunciarlo.
Y
es que aquellos que se quejan de las políticas de alianzas, lo hacen porque son
solo unos autoritarios y ciegos políticamente, que aun no se han percatado –
por su ceguera - del pluralismo político que hay en nuestro país.
En
ese pluripartidismo, y al margen de las dos grandes formaciones políticas, el PSOE y el PP, se encuentran los
aparecidos movimientos/partidos, surgidos como los champiñones, sin estructura
organizativa, ni programa que se le parezca como tal. Así tenemos a Ciudadanos,
Podemos, VOX y los partidos separatistas PDeCAT y ERC, que todos en su
totalidad, tratan de romper el marco de la Constitución, de una forma u otra. Y
con sus variados pretextos así se están comportando los líderes que aspiran a
ser inquilinos de La Moncloa, y los que pretenden la separación de Cataluña con
nuestro Estado de Derecho.
Y
es verdad, que la Constitución de 1978, es tan reformable como deseemos, aunque
sea una de las más modernas del mundo occidental y que hay que adecuarla con un
nuevo texto, que la haga más convincente que la anterior cuando fue refrendada
por los españoles con el 88% que voto ¡Si! a la Constitución.
Pero
dado el escenario de las irracionales confrontaciones que actualmente se dan
entre las fuerzas políticas, donde los dos bloques fundamentales que configuran
los Independentistas por un lado, y las derechas y ultraderecha de VOX por el
otro. La verdad es que se hace muy difícil abordar ¡Ya! y ahora la reforma de
la Constitución.
Porque
en primer lugar, hay que ponerse de acuerdo en lo que se quiere reformar. Eso
es lo primero, y lo más difícil, ya que el espíritu de concertación – tantas
veces denostado – que impero entre los partidos políticos en 1978, hoy brilla
por su ausencia entre las fuerzas políticas. Tanto entre las tradicionales como
el PP y en las recientemente aparecidas, como si de champiñones se tratara,
Ciudadanos, Podemos y VOX, y no hablemos de los Independentistas.
Y
en segundo lugar, es que antes de la reforma, hay que ponerse de acuerdo que
esta se debe realizar para resolver los problemas que se tienen que abordar. No
para otra cosa.
Y
ahí radican los principales obstáculos para proceder a la reforma que nos
aportara con una actualización la nueva Constitución que tendría que someterse
al Referéndun para su aprobación.
Y
como sea, que hoy después de los 40 años de nuestra historia democrática en
nuestro país que ha desembocado en el multipartidismo actual, en el que la voz
cantante la llevan los extremos.
Estos
dos bloques formados entre los Independentistas por un lado y el bloque de la
derecha y ultraderecha por el otro, y que no tienen ninguno de los dos, la
intención de ocupar un espacio racional de centralidad, de normalidad
parlamentaria, nos lleva a la conclusión de que estos bloques, solo sirven para
bloquear la acción del Gobierno e incluso del mismísimo Parlamento donde la Mesa
del Congreso, ha estado dilatando la fecha del, debate de los seis Reales
Decretos Ley, que han sido finalmente aprobados, por la Diputación Permanente
del Congreso, pese al boicot de la Mesa atrasando la fecha, donde se han sometido
a votación. Y que esos bloques no nos interesan a los españoles, para nada, porque
son otros los intereses que persiguen
Porque
el Presidente del PP, Pablo Casado, ya ha anunciado este jueves que su partido
recurrirá ante el Tribunal Constitucional “los
Decretos abertzales y electorales” del Gobierno de Pedro Sánchez, que ha
convalidado la Diputación Permanente del Congreso sin el apoyo del PP. Recursos
idiotas los ha hecho el PP a lo largo de su historia, pero este recurso
anunciado por Casado ha sobrepasado la tasa de idiotez. Y no hacen falta
explicaciones.
Por
lo tanto, visto lo visto parece conveniente que aprendiendo de la experiencia
que nos han dado 40 años de Democracia, los españoles reflexionemos y elevemos
nuestra cultura política.
Y
no se trata de hacer un “Máster como
Casado” – que esas ventajitas no las ha tenido por listo, sino por pillo –
pero si centrarnos con nuestro voto a fortalecer la única fuerza política que
hoy por hoy, y desde ayer, desde el inicio de la Transición, ha apostado
siempre por los valores de la izquierda, en la configuración del Estado de
Bienestar dotado de una Sanidad Pública excelente, Educación y protección
social, alcanzados durante los años de los Gobierno socialistas en el país.
Por
lo tanto, administrar bien el poder que nos otorga y reconoce la Constitución,
será la de votar masivamente las candidaturas socialistas en cada colegio
electoral.
Porque
solo con una mayoria suficiente será posible la continuidad en el Gobierno de
Pedro Sánchez y de un Consejo de Ministros y Ministras de la talla política y
social, que necesitamos en este país. Porque, como han demostrado, en los nueve
meses de gobierno si con los 84 escaños del Grupo Socialista han sido capaces
de proponer medidas economicas y sociales de indudable beneficio para los españoles.
Con una mayor espacio parlamentario del Grupo socialista será la única garantía
de mejora y progreso para todos los españoles. Y así será la España que queremos.
Así
pues, el 28 de abril, vayamos a votar las candidaturas del PSOE.
4 abril 2019
César Llorca
Tello
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