viernes, 27 de noviembre de 2015


          EN VISPERAS DE LAS ELECCIONES DEL 20 D

Ante las elecciones generales que se avecinan, los líderes del PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos se han perfilado con diferencias muy notables por sus programas, y su experiencia, que según los propios sondeos de opinión, han sido situados por  los españoles, ante la tesitura de decidir proyectos claramente diferenciados que conviene conocer antes de decidir con nuestro voto la candidatura que vamos a depositar en la urna para decidir el gobierno y las formas de hacerlo en el país, antes de finalizar el año.
No es tarea fácil, porque mientras que los sondeos nos vienen anunciando variadas combinaciones pos-electorales, partiendo de las inalcanzables mayorías absolutas por ninguno de los partidos, y que en el fondo ningún partido quiere reconocer, conviene en mi opinión, reflexionar el momento que estamos viviendo en nuestro país.
Cuando desde alguna fuerza populista como Podemos, que pretende con sus planteamientos torpedear el llamado régimen del 78, parece conveniente recordar que la izquierda, si, esa opción política de la que reiteradamente se desvincula con fines electorales Pablo Iglesias y que pretende enterrar,  ha desempeñado un papel decisivo en España en las últimas décadas. Ese es un hecho que entiendo que los electores no deberíamos olvidar.
Primero en la lucha contra la Dictadura y luego en los años de la Transición democrática, el PCE y el PSOE junto a otros partidos de orientación  democrática han contribuido a la mayor transformación política, económica, social e institucional de la reciente historia española. Y ese periodo se ha desarrollado defendiendo principios ideológicos y confrontando ideas en un ambiente de dialogo que permitió crear y desarrollar el llamado régimen del 78, que algunos hoy ni quieren reconocer y se empeñan en destruir.
Por eso hoy, cuando como consecuencia de la crisis institucional, derivada de la crisis económica y de la corrupción política practicada por representantes del PP, han llevado al poder municipal a un buen número de coaliciones ciudadanas con programas y propuestas radicales, la población debemos reclamar que los nuevos gobernantes que han generado grandes ilusiones de cambios y unas expectativas de mejora de las condiciones de vida en unas ciudades, en las que la lucha contra la desigualdad aparecía como una prioridad en la campaña electoral, no quede en el olvido y no se dediquen a confrontaciones partidistas.
Porque algunos de esos nuevos alcaldes y alcaldesas, hoy ya están dedicando su tiempo a gestos demagógicos en vez de ocuparse en aprobar los programas sociales que les auparon a sus puestos.
Desde ese “populismo pachanguero” se están alienando los ediles de Zaragoza, Cádiz y de otras poblaciones más pequeñas de Cataluña, empeñándose en eliminar retratos del jefe del Estado, quitar o poner banderas y cambiar nombres de calles o polideportivos.
Ya lo advertía en mi reciente artículo, “La campaña de las Generales”, el problema que pueden provocar determinadas decisiones entre los grupos populistas que hoy se aliaron gracias a la legítima aritmética democrática, no son aconsejables.
“Los resultados de las elecciones municipales u autonómicas han hecho que nos encontremos ante la situación más abierta y plural en años, algo que no tiene porque ser negativa. Ahora bien, el problema es que después de la bocanada de aire fresco que ha supuesto los cambios en los Ayuntamientos y en las C. Autónomas, recortando considerablemente el poder institucional del PP, los partidos en el poder de los nuevos gobiernos, no vayan a enredarse en confrontaciones internas, y con sus diferencias –que las hay y muchas- no vayan a provocar la ingobernabilidad en los Ayuntamientos y C. Autónomas.”
Ahora en vísperas de del 20 D, están en juego unas cruciales elecciones generales donde los electores vamos a decidir si se va a continuar con las políticas económicas de “austeridad expansiva” y las reformas estructurales aplicadas por el Gobierno del PP durante la legislatura que termina, que nos han conducido a la catastrófica situación en la que nos encontramos, donde Demagogia aparte, el PP está empeñado en continuar con la misma política, a la que ahora la denominan “la recuperación”. O vamos a decidir con nuestro voto, el cambio del gobierno y de la política que España necesita.
 Ese es el principal y único objetivo fundamental, que ante estas elecciones cada elector, en mi opinión nos debemos plantear a la hora de optar con nuestro voto, para hacer posible El CAMBIO NECESARIO
 Y aunque los sondeos nos ofrecen cada día algunas variables que sitúan a los partidos PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos con sus correspondientes porcentajes que evidencian que ninguno de los cuatro va a obtener la mayoría absoluta, y que para gobernar el país va a ser necesario alianzas, pactos para hacerlo posible. La incógnita hoy se encuentra en quien pactara con quien.
El riesgo que se corre es que a pesar de la mala gestión del gobierno del PP, este sea el más votado, y en mi opinión con los acuerdos con Ciudadanos, pueda seguir gobernando, con la misma política que lo ha hecho en estos últimos cuatro años. Eso entiendo que puede darse, como consecuencia de la recuperación del voto perdido en base a la demagogia electoral del PP y porque el joven líder de Ciudadanos por sus propuestas propias de una formación de derechas, y el auge espectacular alcanzado en meses, se debe a que los poderes económicos y financieros ya han dado por fracasado a Rajoy y al PP. Y ese es el gran riesgo que nos traen las elecciones del 20 D.
Pero el Cambio de Gobierno que necesitamos, en mi opinión  es que el PSOE con sus propuestas de recuperación de aquellas medidas económicas y sociales recortadas cuando no anuladas por el gobierno del Sr. Rajoy sean el inicio donde el bienestar perdido por las políticas neoliberales se recuperen.
Cualquier cambio en este país, yo entiendo que pasa por el PSOE, y que este obtenga la mayoría suficiente para gobernar. Claro que ese es el problema de los partidos emergentes Podemos e IU, ahora Unidad Popular, que han basado toda su estrategia, en el ataque critico al PSOE, y eso tiene un precio.
Ambas organizaciones como consecuencia de su trayectoria tienen un gran problema y es que la primera no va a gobernar el país, ni su líder Pablo Iglesias van a  ser decisivos para formar gobierno. La descomposición de esa formación es el descalabro lógico y natural de quien ni tienen programa creíble, ni organización capaz de convencer a los españoles que Podemos haya servido para algo útil.
Y en cuanto a IU, la recuperación de la misma no creo que la vaya a obtener por los resultados que obtenga el 20 D. tendrán que reflexionar su trayectoria y sus programas que han determinado los resultados electorales  obtenidos a lo largo de su historia.
Hasta el 20 D, seguiré exponiendo mi visión acerca de lo que está sucediendo en nuestro país, pues hay mucho sobre lo que opinar. Por ahora advertir que no podemos dejar que el PP nos engañe, ni solo, ni acompañado de Ciudadanos.

                                        27 noviembre 2015

 

 

 

 

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